Este viernes el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dará a
conocer las estimaciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Son
los pronósticos, no siempre acertados, de las consultoras privadas sobre la
evolución del dólar, la
inflación y otras variables.
Según el último REM, el sector privado espera que
el dólar mayorista
culmine 2022 a $154, de acuerdo con la mediana de las estimaciones
del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). El aumento le
pone presión al resto de las cotizaciones.
De esta manera, el tipo de cambio
oficial acumularía un alza de 51,1% durante todo el año
corriente, una cifra que sin embargo se ubica por detrás de una inflación
esperada del 59,2% para el mismo período. Mientras la suba de precios
proyectada se elevó significativamente respecto del REM previo, la tasa de
devaluación prevista se contrajo levemente.
Para el analista Salvador Di Stéfano, "el dólar seguirá
muy presionado por la falta de dinero efectivo, el Estado se sigue financiando
en el mercado interno (genera iliquidez), y los impuestos a vencer obligarán a
vender stock de mercadería, desahorrar en pesos o vender dólares en el mercado".
"El dólar por ahora y solo por ahora estable, para fin de año superando
los $ 300", añadió.
Por su parte, Miguel Boggiano también
avizora una suba similar del dólar.
“Pronostico un dólar de cuatro dígitos para este año; sí, de 1000 pesos
para un dólar”. Así lo indicó el analista económico y financiero Marcelo
Trovato, director de Pronóstico Bursátil, durante una transmisión realizada por
su canal de YouTube.
“El dólar blue (informal) es un refugio de valor que normalmente supera
ampliamente a la inflación y eso es lo que vamos a ver en el transcurso del
año”, anticipó, para luego añadir que “lo que viene no es bueno”.
Trovato indicó que si se considera la base monetaria más el volumen de
pesos argentinos “esterilizados” con Leliqs, el tipo de cambio de equilibrio
sería del orden de 16.000 pesos por dólar estadounidense.
En ese marco, el analista indicó que está dada la situación para una
súper devaluación que generaría una fuerte recesión económica con una caída
considerable consumo.
Esta
semana, el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de
Belgrano analizó en su último informe mensual las ventajas y desventajas de la
propuesta del candidato presidencial Javier Milei sobre la dolarización.
“La
primera cuestión que cabe aclarar es que el vocablo dolarización no tiene un
único correlato empírico. Por el contrario, hay dos principales esquemas
posibles. La dolarización parcial consiste en permitir el uso del dólar como
moneda a la par del peso. Es parecido a lo que ocurre en Panamá, donde tanto el
balboa como el dólar tienen curso legal. En la práctica, el dólar rige en las
transacciones de mayor valor y el balboa se utiliza en las operaciones de
menores montos”, explica Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la
Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
“En
este esquema, el público decide la utilización del peso o del dólar y el Banco
Central mantiene su rol de prestamista de última instancia, pudiendo
suministrar liquidez a bancos solventes que puedan atravesar situaciones
transitorias de estrés financiero, particularmente en circunstancias de crisis
económica. También podría seguir financiando el déficit público, aunque cada
vez menos, ya que la emisión monetaria generaría un aumento en el tipo de
cambio, licuando el valor del peso”, añade.
“La
otra posibilidad es la dolarización oficial. En este caso, el dólar pasa a ser
la única moneda de curso legal. Es la propuesta formulada por el diputado
radical Alejandro Cacace. Ello implica que el Banco Central debe retirar todos
los pesos en circulación y canjearlos por dólares de sus reservas. Como la base
monetaria es del orden de los 3,7 billones de pesos y las reservas de libre
disponibilidad se estiman en unos 6.000 millones de dólares, el canje debería
efectuarse a cerca de 620 pesos por dólar. Quien cobra hoy un sueldo de 100.000
pesos pasaría a percibir 160 dólares”, puntualiza el economista.
“Si,
por el contrario, se quisiera realizar el canje a razón de 200 pesos por dólar,
se requeriría contar con 18.000 millones de dólares reservas, es decir habría
que obtener un préstamo externo de 12.000 millones de dólares con destino a
esta operación”, continúa.
El
director del CENE también reflexionó sobre los principales efectos de la
dolarización oficial. “Imposibilitado el Banco Central de emitir nuevos pesos
y, por supuesto, dólares, el Estado sólo podría financiar un eventual déficit,
emitiendo títulos en dólares. Por lo tanto, el nivel del gasto público estaría
condicionado a la capacidad de endeudamiento del fisco”, ilustra.
“Una
vez producido el ajuste inicial de los precios a la paridad elegida para el
canje, la tasa de inflación para los bienes transables convergería con la de
los Estados Unidos. Pero ello no debería ocurrir necesariamente para los bienes
no transables: un peluquero en Buenos Aires puede aumentar el precio del corte
de pelo sin temor a que sus clientes opten por un colega de Brooklyn que cobre
más barato. Por consiguiente, la inflación local podría ser significativamente
mayor a la de Estados Unidos, en la medida en que haya un cambio de precios
relativos a favor de los bienes no transables, tal como ocurrió durante la
Convertibilidad. Este aumento de los insumos no transables podría erosionar la
competitividad de nuestras exportaciones. Por otra parte, de no ir acompañado
por un aumento en la oferta monetaria, que pasará a depender de la Reserva
Federal, el aumento de precios internos podría ir acompañado de una caída en el
nivel de actividad”, subraya el experto.
“La
tasa de interés también bajaría significativamente al desaparecer el riesgo de
devaluación. Pero no el riego país. El diferencial entre la tasa local y la
internacional se iría achicando, en la medida que el ingreso de capitales
incremente la oferta local de fondos, pero no se eliminaría”, detalla. Y
completa: “Al desaparecer el Banco Central como prestamista de última
instancia, en caso de una crisis económica, dicho rol sólo podría ser cumplido por
el FMI o la Reserva Federal”. |