Por Claudio
Zlotnik - El nivel de importaciones de este mes cerrará con un
récord para la última década. El dato preliminar que manejan en despachos oficiales
da cuenta de compras en el exterior por alrededor de 7.000 millones de
dólares. Nada menos que un 50% por encima de las importaciones de abril del año
pasado. Se trata de una información relevante en el actual escenario
económico, con empresas líderes de distintos sectores reclamando a viva voz al Banco Central (BCRA) para que habilite
divisas para pagar sus compras en el extranjero. También
da cuenta de la enorme preocupación -tanto oficial como en el sector privado-
por el gran problema que tiene el BCRA para acumular reservas.
Durante el primer trimestre
del año, la autoridad monetaria no pudo comprar ningún dólar -al contrario, fue
vendedor neto de u$s48 millones- a pesar de las liquidaciones récord de las
cerealeras.
Las exportadoras dejaron en la ventanilla del Central nada menos que u$s7.926
millones. Unos u$s1.200 millones adicionales respecto del primer trimestre del
año pasado.
En
abril, la situación mejoró en el margen. Con liquidaciones en torno a los
u$s4.000 millones, el BCRA lleva comprados tan sólo u$s160 millones. De
hecho, ayer miércoles, el Central se vio obligado a vender u$s60 millones.
Cortó así una racha positiva de cuatro jornadas consecutivas de compras en el
mercado.
Esta
dinámica debería cambiar rotundamente en las próximas semanas. Por un lado,
existe un compromiso firmado con el Fondo Monetario de acumulación de
reservas. Por el otro, la necesidad de dar una señal contundente al mercado de
que el Banco Central puede quedarse con los dólares del superávit comercial, y
no como sucede hasta ahora.
Argumentos para el fuerte incremento de las
importaciones
El salto de las importaciones se
vincula con lo siguiente:
Una
mejora de la actividad económica en relación al año pasado. Los últimos
datos del INDEC dan cuenta de un crecimiento del 9% interanual (en febrero). Se
sabe: por cada punto que se expande la economía, las importaciones lo hacen en
por lo menos tres puntos.
La
inflación internacional, que ya venía complicada por la pandemia -básicamente,
por la suba de los costos en logística-, y que ahora empeoró por la guerra en
Ucrania. Conclusión: para traer la misma cantidad de mercadería, las empresas
necesitan más dólares.
El
aprovechamiento de las empresas con acceso al mercado cambiario oficial:
esos importadores compran "todo lo que pueden" al precio de $115
(mayorista), que se compara favorablemente con los $211 que vale el
"Contado con Liqui". Una brecha del 83%. Nada menos.
Las empresas se quejan por falta de dólares
¿Cómo
es posible que las empresas se quejen si las importaciones están
"volando"? ¿Por qué faltan divisas para traer insumos y mercadería
terminada, si las compras en el extranjero crecen 50% respecto de un año atrás
y llegan a un nivel récord?
En
las últimas semanas hubo una avalancha de compañías líderes reclamando al BCRA
que habilite divisas. Las últimas fueron empresas del sector automotor, pero
hace poco habían sido los laboratorios, las importadoras de café y también las
proveedoras de cacao, productos que no se fabrican en la Argentina.
Obviamente,
desde el BCRA y también desde el Palacio de Hacienda monitorean este escenario.
Un
funcionario clave del gabinete económico plantea, en diálogo con iProfesional,
que hay empresas que están sobrestockeando
mercadería, a pesar de las regulaciones oficiales, porque suponen que en algún
momento sobrevendrá una devaluación en el mercado oficial.
Atento
a esta complejidad y al renovado ensanchamiento de la brecha cambiaria, el
Banco Central cerró el grifo e hizo más difícil el acceso a los billetes
verdes.
La escasez de divisas podría asfixiar la actividad
Para
las empresas, la principal restricción tiene que ver con que les permite importar
por la misma cantidad que el año pasado, con una flexibilidad al alza, dado el
crecimiento de la actividad económica. El problema que enfrentan las compañías
es que los precios de las materias primas, insumos y productos terminados se dispararon
en los últimos meses, y precisan más cantidad de dólares para traer lo mismo
desde el extranjero.
La
Comunicación "A" 7466 del BCRA, de principios de marzo último,
impuso topes en la cantidad de dólares que las empresas podían pedir,
y se dispuso que el monto que se le asignaría a cada importador a lo largo de
este año sería el equivalente al menor de estos dos montos:
El
valor FOB de sus importaciones del año 2021 más el 5% de ese valor.
El
valor FOB de sus importaciones del año 2020 más un 70% de dicho valor.
Los
últimos que se sumaron a la lista de críticos fueron las automotrices y las
empresas de autopartes. Un sector clave para la actividad industrial.
Las
empresas le mandaron una carta a Miguel Angel Pesce, presidente del Banco
Central: "(Queremos) transmitirle nuestra preocupación por la demora en
dar respuesta a nuestro planteo con relación al impacto de la comunicación de
la referencia en el abastecimiento necesario para la fabricación de la cadena
de la industria automotriz".
La
nota advirtió: "Como lo anticipamos tanto en las reuniones mantenidas como
en las dos notas presentadas con fecha 14 de Marzo y 7 de Abril, confirmamos
que varias empresas autopartista nos han informado que a partir de los primeros
días del mes de mayo no podrán continuar
abasteciendo a las empresas terminales al no haber sido aceptado por parte de
sus proveedores del exterior los cambios en las condiciones comerciales que tenían previamente a la
comunicación A 7466".
Sin dólares: el caso del café y las farmacéuticas
Con el café no hay
vueltas: la Argentina importa el 100% de lo que se consume. Son alrededor de 45 millones de
toneladas anuales. A razón de un kilo por habitante por año. Mucho menos que
los finlandeses, que consumen seis veces más, y se convirtieron en los más
tomadores de café.
El
café, un caso que expuso las dificultades que enfrentan los importadores en la
Argentina.
Ocho
de cada diez kilos de café llegan desde Brasil. El resto se reparte entre
Colombia, mayormente, y desde Costa Rica y hasta de Perú.
Al
Banco Central le da lo mismo de dónde provengan los granos. La cuestión
principal es que no dispone de las suficientes divisas para atender el pedido de las
compañías cafeteras.
El
punto clave es lo sucedido con el precio del café en los mercados
internacionales. Como sucedió con otras materias primas, el valor explotó
durante los últimos meses. De un año a hoy, el precio se duplicó en dólares en el mercado internacional.
Y
como en 2021 hubo una merma en las ventas internas -por las restricciones
típicas de la pandemia-, ahora necesitan importar más café. Que encima vale el
doble en dólares.
La
industria farmacéutica se queja, a su vez, de que no puede importar algunos
insumos clave para sus productos, como son los blisters en los que se embalan
los medicamentos. Los laboratorios ya advirtieron que podría haber faltantes en
las próximas semanas. |