El Ministerio
de Economía consiguió unos $14.117 millones adicionales en la segunda vuelta de
la última licitación de abril, que se sumaron a los $371.987 millones captados
en la jornada previa. Aun así, el Tesoro no logró cubrir los vencimientos de deuda en
pesos del mes, algo que no pasaba desde agosto de 2021.
En
la primera ronda realizada el miércoles, el 40% de lo colocado correspondió a
instrumentos con vencimiento en 2022, el 23% al instrumento con vencimiento en
2023, el 33% a instrumentos con vencimiento en 2024 y, el 4% restante, al
instrumento con vencimiento en 2026.
Asimismo,
el 43% del monto adjudicado fue en instrumentos indexados a la inflación (Lecer
y Boncer), el 38% en instrumentos a tasa fija (Ledes y Lelites), el 17% en el
instrumento atado al dólar oficial (Dólar Linked) y, el 2% restante, a tasa
variable (Lepase).
En
esta segunda vuelta, el 82% se adjudicó en Ledes, dejando el 18% restante para
la Lepase, todos títulos con vencimiento entre julio y septiembre de este año.
De
este modo, la cartera que conduce Martín Guzmánm finalizó el primer
cuatrimestre con un financiamiento neto
en moneda local de $572.940 millones (el 0,94% del PBI),
con colocaciones por un total de $2,54 billones y vencimientos por $1,97
billones, y un porcentaje de refinanciamiento de 129%.
Al
finalizar marzo, Economía había comunicado un endeudamiento neto acumulado
de $640.367 millones, casi $70.000 millones más que ahora
debido a que los abultados vencimientos del cuarto mes del año no se pudieron
afrontar en su totalidad.
Vale
remarcar que las licitaciones del Tesoro son fundamentales para el Gobierno en
el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que buscan
reducir la dependencia de la emisión monetaria para financiar el déficit
fiscal.
Efecto
inflación: los plazos fijos UVA volvieron a alcanzar su máximo histórico
Por Mariano
Fuchila . Producto
de la aceleración de la inflación, que
en el primer trimestre superó el 16%, los depósitos a plazo en
Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) crecieron desde fines del año pasado, con
una fuerte aceleración a partir de marzo, destacó el Banco central
(BCRA) en un comunicado.
Estas
colocaciones –sumadas las tradicionales y las precancelables– alcanzaron a fines de marzo un saldo de más de $250.100 millones, posicionándose a precios constantes
en un nivel similar al de mediados del año pasado, cuando habían registrado el
máximo valor.
Ambos
tipos de instrumentos ajustables por el Coeficiente de
Estabilización de Referencia (CER) se incrementaron en el último mes (promedio
móvil a 30 días): la subida fue de 7,8% para las colocaciones tradicionales y
de 12,8% para las precancelables, con datos al 19 de abril.
Para
el 2022, especialistas consultados por el Banco Central en el Relevamiento de
Expectativas del Mercado (REM) proyectan una inflación del 59,2%.
Cómo
funcionan los plazos fijos
UVA
Los
tipos de instrumentos a plazo ajustables por el Coeficiente de Estabilización
de Referencia que existen son los tradicionales y los
precancelables. Los primeros se instrumentan en pesos y se
convierten en UVA al momento de la colocación. Al finalizar el plazo de
inmovilización se calcula el interés devengado y se convierte el capital
actualizado según el valor del UVA del momento (cuyo precio se actualiza
continuamente en función del CER).
El
plazo mínimo de colocación de este instrumento es de 90 días.
Los
depósitos a plazo en UVA con opción de cancelación anticipada tienen también un
plazo de 90 días, pero el ahorrista puede hacer uso de la opción de precancelación a partir del día 30. La tasa que pagan estos
instrumentos es diferente si se precancela o si se mantiene hasta su
vencimiento.
En
el primer caso, la tasa de interés nominal anual es fija en pesos y actualmente
se ubica en 41% (la tasa efectiva anualizada es de 49,66%). En el segundo caso, y
de tratarse de personas humanas, se paga una tasa de interés mínima garantizada de UVA 1%.
|