Por
Mariano Spezzapria - El kirchnerismo profundizó ayer sus críticas contra el
ministro de Economía, Martín Guzmán, con nuevos cuestionamientos del secretario
general de La Cámpora y ministro bonaerense, Andrés Larroque.
Tras
responsabilizarlo el lunes por la crisis social en la provincia de Buenos
Aires, Larroque aseguró ayer que a Guzmán “nadie lo votó”. El ministro de
Kicillof es el vocero que eligió La Cámpora para el desgaste permanente de la
figura de Guzmán, que se ahondó luego de la ruptura que generó dentro del
Gobierno el acuerdo con el FMI. En la Casa Rosada evitaron responderle, pero reconocen
que la embestida busca desplazar al ministro.
En
paralelo, La Cámpora y el partido de Sergio Massa avanzaron ayer con la
ratificación de la alianza oficialista en la provincia de Buenos Aires, sin la
participación de los dirigentes que responden al presidente Alberto Fernández.
No
es producto de la casualidad ni de una “calentura”. Andrés “el Cuervo” Larroque
es el referente habilitado por La Cámpora y la vicepresidenta Cristina Kirchner
para marcar las serias diferencias del kirchnerismo con la administración de
Alberto Fernández. Con el agravante de que el funcionario bonaerense dispara
ahora sus cuestionamientos contra el ministro de Economía, Martín Guzmán. Y la
interna del Frente de Todos vuelve a exponerse a cielo abierto.
Larroque
apuntó contra Guzmán por segundo día consecutivo. Lo había hecho el lunes en La
Plata, donde sostuvo que “la verdadera política social se hace en el Ministerio
de Economía”. Y ayer redobló la embestida. “A Guzmán no lo votó nadie”,
advirtió, en declaraciones radiales que cayeron como una bomba de profundidad
en la Casa Rosada. Sin embargo, en el albertismo siguieron la orden del
Presidente de no responder las críticas internas, pero por lo bajo las
calificaron de “irresponsables e inoportunas”. “Quieren la cabeza de Guzmán”,
admitieron cerca del Alberto Fernández a La Nacion.
La
embestida llega justo después de que Guzmán se mostró con la titular del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en vísperas de la primera
revisión técnica del organismo.
El
“ruido político” que surge del propio Frente de Todos ante el rumbo económico
que lleva el Gobierno tampoco contribuye a las negociaciones para tratar de
apaciguar el alza inflacionaria, de las que Guzmán participa personalmente,
como lo hizo el lunes con la Unión Industrial Argentina (UIA). En silencio tras
la arremetida de Larroque, el ministro tiene en agenda actividades en la
Patagonia, por temas energéticos, para los próximos días.
Larroque,
que es ministro de la gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires,
apuntó en línea con la mirada económica clásica del kirchnerismo, que al país
le hace falta un “shock de inversión”, aunque no desde el sector privado, como
reclama la oposición, sino desde el público. Pero Guzmán y Alberto Fernández
están en otra sintonía: el Presidente reivindicó en un mensaje interno que las
últimas medidas de ayuda a jubilados y a beneficiarios de planes sociales
representan solo el 0,25 por ciento del déficit fiscal. Y remató: “Ya van a
aprender”.
La
pulseada entre Fernández y el kirchnerismo es fundamentalmente política. Bajo
la tutela de Máximo Kirchner y con aval de Kicillof, el Frente de Todos
constituyó ayer una mesa de coordinación política en territorio bonaerense (ver
aparte), que incluye a kirchneristas y a massistas, pero por ahora a ningún
albertista. Y que se convirtió en un mensaje directo para el Presidente, a
quien le reclaman una instancia similar a nivel nacional.
De
hecho, el propio Larroque había rechazado –en declaraciones anteriores– la
acusación de “sectarios” que suele reprochárseles a los dirigentes de La
Cámpora, con una frase que dirigió al Presidente: “El sectarismo está en
quienes quieren gobernar con cinco amigos”, sentenció. En el fondo, el
kirchnerismo le está reclamando a Fernández que abra su sistema de decisiones.
Claro
que Larroque, el “francotirador” habilitado por el kirchnerismo, no lo hace de
manera diplomática ni mucho menos. “Yo no lo conocía a Guzmán. El 27 de octubre
de 2019 no lo conocía, quizá por ignorancia mía. Creo que nadie lo votó a
Guzmán. En 2021 hubo un veredicto sobre la política y el desarrollo, yo creo
que sí”, dijo, al atribuirle prácticamente la derrota en la elección
legislativa al ministro de Economía.
“¿Y
a Larroque quién lo votó”, se preguntó ayer un dirigente que empezó a
frecuentar el entorno presidencial, sin disimular la bronca que le provocó la
declaración del secretario general de La Cámpora.
En
la organización que lidera Máximo Kirchner se ufanan de ser “organizados y
profesionales” a la hora de comunicar. Sus dirigentes prácticamente no
mantienen contacto con los medios, pero cuando lo hacen es porque lo decidieron
en conjunto y tienen, además, el aval de Cristina Kirchner. De ahí que nadie
considere, en el mundillo interno del FDT, que Larroque haya apuntado contra
Guzmán en una arremetida personal.
Tanto
es así que la argumentación que ofreció para justificar sus cuestionamientos
excedió largamente su punto de vista personal. “La unidad no puede ser una
trampa. Si es una emboscada al kirchnerismo o al sector que expresa Cristina,
estamos en problemas. Podemos seguir haciéndonos los tontos, fingiendo
demencia, pero está la gente de por medio”, advirtió.
“No
hago política para dar excu- sas o tratar de buscar explicaciones de lo que no
puedo resolver. Cuando uno se propone un rol, aspira a cierto protagonismo. Tiene
que tratar de hablar con claridad y explicarle a la sociedad. A veces eso no
pasa y nuestra gente entra en desazón”, abundó Larroque. Y reveló, de esa
forma, el temor del kirchnerismo a perder su base de legitimación a manos de
otras fuerzas políticas.
Para
los seguidores de Cristina, el Gobierno no tiene “un buen relato que contenga a
la sociedad”. Piensan que la dupla Fernández-Guzmán los dirige a una “crisis de
representación” de la que les será muy dificultoso recuperarse. Tal vez por eso
lanzaron al ruedo las primeras versiones sobre una candidatura de “la jefa”
para 2023, como una estrategia de contención de daños que le reprochan al
Presidente.
Larroque
volvió a apuntar contra el ministro por segundo día consecutivo
El
albertismo siguió la orden presidencial de mantener silencio, al igual que
Guzmán
“Quieren
su cabeza”, dijo un funcionario con despacho en la Casa Rosada. |