Foto
de archivo - A pesar de la liquidación de exportaciones récord en los primeros
tres meses del año y de la caída en el nivel de brecha cambiaria, el Banco
Central no pudo en el primer trimestre acumular reservas por fuera del
desembolso inicial de dólares que hizo el Fondo Monetario Internacional en
el marco del nuevo programa financiero.
Según
estimaciones de la consultora Quantum, la pérdida en el colchón de divisas
que experimentó la autoridad monetaria fue de casi USD 3.300 millones al
quitar de la cuenta el envío inicial de divisas que hizo el organismo internacional.
“Si
bien la brecha se redujo significativamente, su existencia dificulta que el
BCRA pueda acumular reservas internacionales, una de las principales metas del
programa acordado con el FMI. Según la última información disponible, en
el primer trimestre del año la liquidación de exportaciones agrícolas superó
los USD 7.900 millones (18% más que en igual período del año pasado)”, explicó
la consultora que dirige el ex secretario de Finanzas Daniel Marx.
Durante
los primeros tres meses del año, entonces, el BCRA acumuló reservas
internacionales por USD 3.475 millones, lo que incluye el desembolso neto de
amortizaciones del FMI por USD 6.750 millones. Por lo tanto, dejando de
lado al FMI, el BCRA perdió USD 3.277 millones entre enero y marzo.
“Los
principales factores fueron los pagos netos de capital e intereses a
organismos internacionales, otros pagos netos del sector público y reducción de
la liquidez en USD que tiene el BCRA por los depósitos del sector privado en
esa moneda en los bancos. El resto de las operaciones del Banco Central con el
sector privado fueron prácticamente neutras en términos del impacto sobre las
reservas internacionales”, consideró Quantum.
Ese
incremento fuerte en las liquidaciones del sector exportador en el primer tramo
del año no se tradujeron en un colchón de divisas más ancho para afrontar el
resto del año en que el ingreso de dólares desde el sector privado comienza a
mermar. “El superávit comercial de USD 1.394 millones (devengado) generado
mayoritariamente por el sector privado prácticamente no se tradujo en compras
de dólares del BCRA en el MULC”, mencionó la consultora.
“Es
interesante mencionar que ese superávit comercial se logró por la diferencia
entre exportaciones de bienes por USD 19.352 millones, 26% más que en 2021, e
importaciones por USD 17.958 millones, 39% más que en 2021. En este último
caso, afectado por el mayor costo de fletes”, detalló el informe.
Habrá,
estima, Quantum, un efecto “compensador” entre las mayores exportaciones
del segundo trimestre y el salto en los precios internacionales de la energía,
que implicará para el Estado un gasto mayor en moneda extranjera para abastecer
a la industria y a los hogares en los meses de mayor demanda.
“En
el segundo trimestre del año -y en parte del tercero-, la estacionalidad de
nuestras exportaciones aportará mayor oferta de divisas al mercado oficial. Sin
embargo, parte de esas mayores divisas se perderán en el valor
incrementado de las importaciones de gas y gasoil. De cualquier modo, si no se
sostiene la tendencia de reducción de la brecha, puesta en riesgo por
decisiones que están afectando la disminución de los desequilibrios macroeconómicas
y la tasa de inflación, resultará difícil lograr flujos netos positivos de
divisas que le permitan al BCRA acumular reservas”, asegura Quantum.
El
programa económico acordado con el FMI exige que para este año el Banco Central
pueda acumular en forma neta unos USD 5.800 millones a lo largo de 2022 y de
USD 15.000 millones en total hasta 2024. Hay, en ese sentido, también metas
trimestrales que cumplir. La que finalizó el 31 de marzo pasado implicaba un
aumento de las divisas en el BCRA de USD 1.200 millones, que se cumplió gracias
al primer desembolso del FMI que incluyó -además de los dólares para pagar
deuda- un monto neto. A fines de junio, según la letra chica del acuerdo,
las reservas deberían haberse incrementado 4.100 millones de dólares.
Un
informe de IERAL, de la Fundación Mediterránea, estimo que “en lo que va
del año, las compras netas exhiben un rojo de 12 millones de dólares, cuando en
igual período de 2021 se había logrado un saldo positivo de 2,6 mil millones de
dólares”.
“Si
bien el acuerdo con el FMI prevé que para el cumplimiento de las metas de
aumento de reservas se puedan computar desembolsos del propio organismo; dado
los compromisos existentes se estima que de todos modos el Central debería ser
capaz de efectuar compras netas en el mercado por unos 4 mil millones de
dólares hasta fin de año”, calculó.
“Por
lo visto hasta aquí, se tiene que en el arranque de 2022 los términos de
intercambio siguen favoreciendo a la Argentina, pero esto no se refleja en
abundancia de dólares ni en incrementos adicionales de las reservas del Banco
Central”, indicó ese centro de estudios con base en Córdoba.
Brecha
cambiaria: por qué baja pero no suben las reservas.
Para
Quantum existe una correlación entre una brecha más baja y la posibilidad de
acumular reservas. “Desde fines de enero de este año el tipo de cambio libre
peso-dólar se apreció 12% en términos nominales -y 25% real teniendo en cuenta
la inflación en Argentina y en EEUU. El oficial, en cambio, se depreció 9% en
términos nominales, pero se apreció 3,1% en términos reales. Estos movimientos
llevaron a que la brecha se redujera a niveles del 77%”, consideró la
consultora.
Ese
contexto y la baja cantidad de reservas sumadas a lo largo del primer trimestre
hace concluir al centro de estudios que dirige Daniel Marx que existe
un “equilibrio cambiario frágil, moldeado por factores transitorios que
responden a cuestiones estacionales, comportamientos oportunistas de corto
plazo y persistencia de desequilibrios que no terminan de disipar la
incertidumbre”.
“En
este periodo, la combinación de los mencionados elementos derivó en mayor
oferta de divisas en los mercados de USD libre, pero menor en oficial, lo cual
dificulta que el BCRA acumule reservas”, explicó. Como factores, Quantum
analizó cuatro:
-Un
nivel “inicial” del tipo de cambio libre: “En el contexto de paridad de
poder de compra, a precios actuales un tipo de cambio libre en torno a los ARS
200 estaría muy adelantado, similar a los niveles de sobrerreacción de crisis
en el pasado”, apuntó.
-Una
disminución parcial de la incertidumbre: “Con políticas algo más claras
surgidas del entendimiento con el FMI (por ejemplo, acciones de política
previas que incluyó la suba de la tasa de interés en pesos de 350 puntos
básicos en ese período) aumentó la preferencia por mantener saldos en pesos,
también incentivada por la posibilidad de invertir en activos ajustables por
CER”, agregó.
-Efectos
del turismo sobre la oferta de dólares: “En el primer bimestre del año el
turismo receptivo creció 543% respecto del año pasado (207 mil personas
ingresaron vía aérea). Dada la brecha, es esperable que la mayor parte de las
divisas gastadas por los turistas se canalizaran al mercado blue, que en alguna
medida arbitra con MEP”, consideró.
“Por
su parte, los residentes que viajaron al exterior aumentaron 167% respecto del
año pasado (318.300 personas). Sin embargo, en este caso la mayor demanda de
divisas probablemente se haya verificado en el mercado de cambios oficial
mediante el uso de tarjetas de crédito y también utilizando dólares atesorados
previamente, siendo limitada la demanda en el mercado informal o CCL o MEP”,
concluyó la consultora al respecto.
-Liquidación
de exportaciones de servicios no tradicionales: “Una alta porción de
profesionales está vendiendo sus servicios al exterior sin liquidar esos
ingresos en el mercado oficial de cambios. El efecto de ello es agregar oferta
al mercado libre/informal de USD. La contracara es que el BCRA no acumula esas
divisas”, fue el último factor que analizó el informe.
“Algunos
de estos efectos, sobre todo las expectativas generadas por el acuerdo con el
FMI son reversibles o transitorios, lo cual se traduce en cambios en la
preferencia por el atesoramiento de divisas. La elevada tasa de inflación de
marzo (y la esperada para abril), el reciente aumento del gasto público en
subsidios y jubilaciones y los incrementos salariales que se están acordando en
las negociaciones paritarias no contribuyen a sostener la mayor oferta en el
mercado libre”, mencionó Quantum, como una de sus conclusiones.
“El
BCRA adapta la política monetaria para contener las presiones cambiarias,
subiendo la tasa de interés y manteniendo el crecimiento de la base monetaria
por debajo de la tasa de inflación. Sin embargo, a un ritmo menor al requerido
dada la aceleración en la tasa de inflación y sus expectativas”, cerró. |