La
aceleración de la inflación en
marzo borró las buenas expectativas que generó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pese a las
metas que establece el acuerdo, el cumplimiento luego de la primera revisión -
que será a mediados de mayo- entra en un mar de dudas. El alza del dólar la semana
pasada aparece como un síntoma del sentimiento inversor que provoca aún más
incertidumbre. En el plano global, la guerra en Ucrania agudiza las presiones
inflacionarias y el endurecimiento de las tasas de interés mundial, comienza a
golpear a las economías emergentes.
"Un cristal de credibilidad pareció quebrarse en la confianza hacia
el sufrido mercado local. El recrudecimiento de la inflación y los vaivenes
políticos parecieron atentar contra la esperanza de las autoridades económicas
de mantener tasas, devaluación e inflación en un entorno inferior al 4% mensual
y con tendencia declinante. Ello se notó en el súbito despertar de los
dólares libres, que crecieron más del 6% semanal", comentó VetNet
Research.
Para
Ecolatina, "el frente externo luce definitivamente más desafiante que
algunos meses atrás. Las consecuencias de la guerra en Ucrania no se perciben
tan transitorias como en un principio. La desaceleración económica global
presenta un riesgo para la región y para la Argentina en particular, atenuando
el impacto favorable de la suba en los precios de nuestras exportaciones".
"Se
festeja si la inflación de abril está décimas debajo de 6%. Ya vemos lo
preocupante que puede ser. Es un escenario muy preocupante porque el Gobierno aspiraría en
abril a decir por lo menos que bajó de vuelta al 4,5%, que es malísimo
igual", agregó en declaraciones radiales Fabio Rodríguez, de M&R
Asociados. "El acuerdo con el Fondo intrínsecamente no tuvo un componente
antiinflacionario. Se subestimó ese componente y ahora estamos todos hablando
de eso", agregó.
Delphos
Investment sumó: "Los datos (...) muestran una coyuntura caracterizada por
un nivel de actividad cercano a los máximos recientes, un ritmo inflacionario
por encima del 60% y una escasez de dólares derivada de la demanda de divisas
para importaciones, servicios y otros pagos que no permite acumular reservas de
modo contundente aún con los altos precios internacionales".
"En este esquema, se hace más necesario un plan de estabilización
que permita seguir creciendo sin sacrificar el nivel de actividad. Sin embargo,
su implementación requiere de un liderazgo político mucho mayor al que muestra
en la actualidad la coalición gobernante", estimó.
Un
informe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina mostró que la
actividad en febrero registró una suba mensual de 5,4% e interanual de 10,8%.
De los doce sectores que componen el IPI CEU, diez registraron subas
interanuales.
"Hasta
hace poco los inversores preferían focalizarse en el post 2023, y así ensayaron
una recuperación en los ADRs y bonos apostando a un clima más amigable que mejore
las expectativas tras las claves elecciones presidenciales. Sin embargo, la profundización de la cautela y volatilidad desde el frente
externo está influyendo negativamente en el apetito por riesgo global, y así es
que crecen los rebalanceos hacia posicionamientos defensivos",
concluyó economista Gustavo Ber.
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