Por Carlos
Burgueño - El Banco Mundial (BM)
le dio al país una venia importante y positiva: el acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional le dio al país la posibilidad mantener abiertas y vivas
todas las líneas de créditos posibles para proyectos de infraestructura y
mejoras de la administración pública, tanto para la Nación como para las
Provincias.
Sin
embargo, la entidad le dejó también claro a la Argentina que estas
posibilidades, hoy únicas para un país con acceso vedado a cualquier divisa en
los mercados financieros internacionales, sólo estarán disponibles mientras el
país se mantenga en línea con el Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo
pasado. Si la Argentina entra nuevamente al Veraz mundial y dinamita el acuerdo
cerrado con el organismo que maneja Kristalina Georgieva, automáticamente los
préstamos del BM también se congelarán.
Esto
quedó en claro el viernes pasado cuando Martín Guzmán se reunió en Washington
con el director de operaciones del BM, Axel Van Trotsenburg, en este caso
acompañado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, un
conocedor de los resortes del banco y del poder de Van Trotsenburg dentro de la
entidad.
El
encuentro fue en la sede del FMI de la
capital norteamericana, en el marco de la reunión conjunta de Primavera del
Fondo y el BM; encuentro en el que Argentina y su complicado Facilidades
Extendidas fue tema de discusión en muchos momentos del evento. Y no sólo en
encuentros en los que el participante fuera la Argentina. El caso nacional fue
punto de debate constante y meticuloso, por ser el caso de un deudor más
importante y peligroso en la historia del organismo. Dicho de otra manera,
pocos creen que seriamente Argentina vaya a cumplir con el acuerdo y la
discusión es qué tan rápido en los 12 años de vigencia se llamará a renegociar.
Por
este punto cobra importancia la reunión con Van Trotsburg, hombre conocido por
hablar sin mayores vueltas, dureza, pero sinceridad absoluta. El mensaje fue
que mientras Argentina se mantenga en sintonía con el FMI, incluso renegociando
metas y algún que otro waiver, el BM financiará proyectos en la Argentina. Si
el país toma alternativas fuera del estatuto del FMI, deberá también olvidarse
del Banco Mundial y sus líneas de financiamiento.
Van
Trotsburg hablaba a su nombre y del titular del BM, David Malpass, un
norteamericano que tiene mandato hasta abril de 2024 y llegó al cargo luego de
haber sido uno de los organizadores (y sponsor) de la campaña presidencial que
llevó a Donald Trump a la presidencia, para ser luego subsecretario del Tesoro
de los Estados Unidos entre 2017 y 2019. Se encargó desde ese cargo de
representar a su país en las cumbres del G20 y de sostener las relaciones con
los organismos financieros internacionales. Desde esa plataforma fue muy
crítico, aportando un contenido ideológico alto. Consideró a los organismos
como “intrusivos” y “atrincherados”, embistió contra los créditos bilaterales
chinos y opinó que el “multilateralismo” de este tipo de instituciones ha “ido
demasiado lejos”.
El
principal proyecto reciente que el BM tiene con el país, tiene que ver
directamente con el Facilidades Extendidas firmado con el FMI. El Gobierno
argentino y el Fondo acordaron la participación del BM para que financie un
estudio urgente que determine la mejor manera de avanzar en una más eficiente
segmentación de las tarifas.
El
banco está dispuesto a otorgar los fondos para que desde el gobierno de Alberto
Fernández se avance en el estudio, análisis y posterior aplicación de un nuevo
esquema que determine la manera de aplicar una eliminación, reducción o
mantenimiento de los subsidios a las tarifas eléctricas y del gas en todo el
país. Como la idea es que este proyecto avance de manera urgente, la intención
de las partes es que el esquema financiado por el BM, se aplique en el próximo
ejercicio. Las dos partes buscan consensuar una reducción del monto anual
aplicado a los subsidios de las tarifas de los servicios públicos, con un
esquema que respete la idea del oficialismo local de no avanzar en un tarifazo
(ni este año ni el próximo), pero reconociendo el problema del monto de los
subsidios para poder cumplir con las pautas fiscales. |