Por Yanina Otero - Mientras las
cosechadoras avanzan en los campos argentinos recolectando maíz y soja,
la economía recibiría a partir de las próximas semanas un respiro indispensable
de la mayor liquidación de divisas de las empresas agroexportadores. Por lo
pronto, en lo que va de abril el sector ingresó al mercado de cambios
local poco más de u$s2.000 millones y se espera que el mes termine con un
ingreso mayor a los u$s3.000 millones.
Los
altos precios internacionales de los commodities del campo apuntalaron ingresos
de divisas durante el primer trimestre y este panorama se mantendría al menos
de acá a agosto próximo, período en el que, según las proyecciones de la Bolsa
de Comercio de Rosario, ningún mes terminaría con una liquidación por debajo de
los u$s3.000 millones. El año cerraría con un aporte del sector en torno a los
u$s45.600 millones, en un contexto en el que se espera un récord en los envíos
totales del país de u$s84.800 millones.
Mientras
tanto, en este panorama que parce, al menos, auspicioso, se encienden luces de alerta. Es que en el primer trimestre del
año creció la primarización de los envíos del agro, es decir, se exportó más
grano sin procesar que productos con valor agregado.
Concretamente,
según el registro oficial del ministerio de Agricultura de la Nación, en el
período enero- marzo, Argentina exportó un total de poco más de 15,6 millones
de toneladas de granos, mientras que en el mismo período del año anterior los
envíos alcanzaron los 11,3 millones de toneladas. Mostrando así un crecimiento
del 38%.
En
contrapartida, en lo que respecta a las exportaciones de productos con valor
agregado, los envíos de aceite de soja alcanzaron
1 millón de toneladas, cuando en el primer trimestre del año anterior habían
sumado 1,7 millones de toneladas, lo que merca un retroceso mayor al 40%.
En
la misma línea, las exportaciones de subproductos (principalmente harina y
expeller de soja) en los primeros tres meses del año acumularon 6,1 millones de
toneladas, lo que representa un retroceso del 19,7%, porque en marzo del año
pasado acumulaban 7,6 millones de toneladas.
Según
explican desde el sector agroindustrial, en este momento la capacidad ociosa
del sector supera ampliamente el 50% y eso no es buena noticia para la Argentina. Es
que, la industria de crushing local es una de las más
importantes del mundo e incluso se consolida como líder en los envíos de aceite
y subproductos de la soja.
Teniendo
en cuenta este escenario, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania provocó una
suba exponencial de los commodities del agro y salvo un momento durante los
últimos días de Marzo, donde los márgenes de molienda resultaron ser
ligeramente positivos para la posición Abril (entre 2 y 5 dólares por tonelada
de ganancia y por unos pocos días) como consecuencia de una baja coyuntural en
el precio de la soja spot o disponible, en el resto de las posiciones Mayo y
Junio los márgenes de molienda continuaron siendo negativos. Desde el comienzo
del año calendario 2022 los márgenes de molienda de soja no han podido salir del
rango de márgenes negativos, provocando perdidas reales a la industria aceitera
durante todo este periodo”.
La
industria alega que a partir del incremento de las retenciones a los
subproductos de la soja para conformar un fideicomiso que busca compensar los
precios internos del trigo, la molienda de oleaginosas se encuentra con un
claro retroceso en la rentabilidad que ya se está haciendo notar en la
primarización de los envíos.
Lo
cierto es que el final de la película se verá en los próximos meses porque
todavía resta camino por andar y los altos precios que muestran los
subproductos del agro podrían ser un aliciente para que se incremente la
molienda en las próximas semanas. De cualquier manera, el panorama parece ser
más que alentador en lo que refiere al ingreso de divisas. |