Por Carolina
Paparatto - La temporada alta de oferta de dólares por la liquidación de la
cosecha gruesa comenzó y demuestra una continuidad de los récords exportadores
alcanzados durante 2021. Asimismo, este año, se suma el factor del alza de
precios provocado por la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, la performance
del Banco Central preocupa al mercado ya que está acumulando un nivel de
dólares escasos, principalmente si lo comparamos con el mismo período del año
pasado.
Uno
de los principales puntos de preocupación, es que, si la entidad liderada por
Miguel Pesce no logra revertir esta situación en los próximos meses, que, por
una cuestión estacional, son los de mayor ingreso de divisas, puede peligrar el
cumplimiento de la meta de reservas acordada con
el FMI.
Emiliano
Anselmi, jefe de macroeconomía en Portfolio Personal Inversiones, señaló: “En
las 74 ruedas que va del año, el BCRA compró u$s133
millones, contra u$s3.433 millones del año pasado. Por su parte, abril viene
siendo un mes magro en términos de cosechas; logró un balance positivo de
u$s167 millones de dólares, muy por debajo de abril del año pasado, que fueron
aproximadamente u$s1.100 millones”. Entre los principales motivos que explican
esta tendencia, analistas consultados por Ámbito señalan a la apreciación del
tipo de cambio real como uno de los principales factores.
Anselmi
planteó que el tipo de cambio real se apreció mucho de un año a otro: “Si lo
tomamos desde diciembre de 2020, que es el máximo de la gestión de Alberto
Fernández, hoy se ha caído 19%, lo que significa que los argentinos, medidos en
dólares oficiales, somos cada vez más ricos, por lo que podemos importar más,
demandar más turismo, más servicios y las empresas tenedoras de deuda privada
salen a demandar dólares para pagar su deuda a un tipo de cambio subsidiado.
Asimismo, si observas la cantidad de pesos que hay en la economía, el agregado
monetario, medido al dólar oficial está 30% arriba interanual, por lo tanto,
hay muchos más pesos que te pueden demandar dólares oficiales respecto al año
pasado. Por eso al BCRA le está costando mucho acumular, dado que aumenta la
demanda”.
El
BCRA aceleró el crawling peg en los últimos meses para sostener el tipo de
cambio real multilateral en el nivel de fines de 2021, como se acordó con el
Fondo. En abril elevó la depreciación al 4% mensual, tras el 3,3% de marzo. Sin
embargo, este ritmo no resulta suficiente ante la aceleración inflacionaria de
los últimos meses.
Sobre
este punto, Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, sostuvo que
el camino que comenzó el BCRA para no atrasar el tipo de cambio es correcto en
vistas de volver a equilibrar el mercado de cambios. Sin embargo, apuntó: “El
problema es que con la aceleración de la inflación el cambio que hizo en su
política perdió efectividad. De todas formas, es claro que una fuerte
devaluación y suba de tasas no haría otra cosa más que agravar el problema. La
deuda pendiente del gobierno es trabajar sobre las expectativas”.
En
esta línea, Adrián Yarde Buller, economista en Facimex Valores, dijo que la
aceleración de la tasa de devaluación tiene como objetivo principal ir cerrando
la brecha cambiaria y poner un freno a la apreciación que se generó en 2021. Y
añadió: “Mantener a la tasa de interés por encima de la tasa de devaluación es
central para que una estrategia de devaluación gradual no acelere la pérdida de
reservas, ya que de lo contrario los exportadores tendrían incentivos a
financiarse en pesos y postergar la liquidación de exportaciones a la espera de
un tipo de cambio más alto. Por eso, si el BCRA quiere acumular reservas tiene
que ir subiendo tasas a medida que acelera la devaluación. Igualmente, toda
esta estrategia pierde efectividad en un contexto de fuerte aceleración
inflacionaria donde no aparece un ancla nominal para las expectativas y
comienzan a crecer las dudas alrededor del cumplimiento de las metas fiscales”.
Anselmi
y Albornoz coincidieron en que el BCRA tiene que acomodar la tasa en pesos por
encima del crawling peg si quiere que la liquidación del agro en este periodo
estacional alto fluya. “Lo que ocurrió en las últimas semanas fue extraño, ya
que el martes devalúo al 40%, el miércoles al 49% y el miércoles de la semana
pasado al 58%. Es decir, entre al 40% y 58% hay un rango muy amplio, por lo que
desconcierta al mercado sobre cuál es la tasa de devaluación que quiere”,
observó Anselmi.
Otro
factor que impacta en el desempeño del BCRA es el aumento de las importaciones
en comparación al año pasado. Caprarulo advirtió que “el intercambio comercial
está en valores récord tanto para las exportaciones como para las
importaciones” y que “el problema es que el nivel de estas últimas creció a una
tasa mayor y durante el primer trimestre el saldo comercial fue el más bajo
desde 2018”.
Al
respecto, Albornoz sostuvo que específicamente en este mes “el problema del
gasoil es transcendental” en lo que hace al saldo comercial, tras las denuncias
de los transportistas para obtener un correcto abastecimiento de combustibles.
La
meta de reservas
El
acuerdo con el organismo internacional contempla una acumulación de u$s5.800
millones para este año. El primer trimestre se lograron cumplir las metas tanto
del déficit, emisión y reservas, pero en este último punto se contó con la
ayuda del primer desembolso del Fondo, tras cerrar el acuerdo a fines de marzo.
¿Qué expectativas hay para los próximos meses?
Anselmi
balanceó las posibilidades: “Veo difícil el cumplimiento de las metas de
reservas, porque tiene metas acumulativas trimestrales. La del primer trimestre
la cumplió por el desembolso del FMI, pero la cuenta que nos da es que tiene
que comprar más o menos u$s2.500 millones de ahora a fines de junio, y a este
ritmo no lo logra. Sin embargo, el periodo fuerte de estacionalidad del agro es
en junio, por lo tanto, no sería tan tajante, pero es difícil sobre todo con un
tipo de cambio real muy apreciado”.
“Si
el BCRA no logra acumular reservas en los próximos dos meses, probablemente
veamos un incumplimiento con el FMI respecto a esta meta. Estos meses son los
que más dólares entran a las arcas del Banco Central. Mientras que el segundo
semestre es mucho más desafiante en materia monetaria y cambiaria, porque si el
BCRA no compra genuinamente dólares en estos meses de la fuerte liquidación del
campo, que es el principal oferente de divisas del país, muy difícilmente pueda
cumplir la meta y logre acumular reservas netas a lo largo del año”, planteó
Albornoz.
Por
su parte, Caprarulo remarcó el alza de los precios y el efecto positivo que
puede traer al país: “Los términos de intercambio están en niveles
históricamente muy favorables para la Argentina. El aumento en el precio de
nuestras exportaciones también presiona sobre los precios internos y no ayuda a
estabilizar la economía, pero deberían prevalecer los efectos positivos. Si el
gobierno lo sabe aprovechar, este año el saldo comercial tiene que crecer
respecto al año pasado y así el Central podrá acumular más dólares”.
Mientras
que Yarde Buller apuntó que “abril no arrancó de la mejor manera en el frente
cambiario, ya que la aceleración de la tasa de devaluación y las subas de tasas
por ahora no están alcanzando para que el BCRA pueda mostrar compras de dólares
más significativas”. Y agregó: “Creemos que el Central puede acercarse a las
metas fijadas por el FMI comprando al Tesoro dólares que obtenga como
financiamiento de organismos internacionales y también parte del crédito del
propio Fondo, por lo que todavía hay espacio para acercarse a la meta del
segundo trimestre”. |