Sábado 23 - Por Carlos
Burgueño - Martín Guzmán tomó contacto ayer con los enviados del Club de París a la
reunión de primavera conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM), con lo que las partes retomaron la relación para comenzar a cerrar las
negociaciones por un plan de pagos para saldar los aproximadamente u$s2.000
millones que se le debe a ese organismo. En el encuentro de
Washington la delegación argentina les dio a los acreedores una novedad: la idea del país es utilizar todo o parte del “Fondo Nacional
para la Cancelación de la deuda con el FMI”, para liquidar la deuda con
los países miembros del bloque. Para esto se buscará que el Congreso Nacional
habilite la alternativa de utilizar los dólares potencialmente blanqueados, no
sólo para atender desde 2026 los pagos con el Fondo; sino, mucho más acá en el
tiempo, para liquidar este pasivo que debe ser renegociado antes del próximo 30
de junio.
Esa
fue la fecha límite que Martín Guzmán pactó el 23 de marzo pasado, cuando se
encontró en Francia con el presidente de la entidad, Emmanuel Moulin,
extendiendo el “puente de tiempo” que vencía el 31 de marzo, y comprometiéndose
Argentina a discutir un nuevo plan de pagos que cierre
definitivamente el pasivo. O, en su defecto, un compromiso de pago al contado
pero cuando el gobierno disponga del dinero que surja de la aplicación del
blanqueo que el martes pasado tuvo dictamen en el Senado y que la próxima
semana podría tratarse en el recinto.
Mirando
más números y porcentajes que cuestiones políticas, conviene más cerrar la
deuda con el Club de París que con el FMI. Como además la posibilidad con la
que se esperanza el oficialismo del Senado es que se declaren posiciones
financieras fuera de la Argentina por unos u$s70.000 millones, esto
determinaría ingresos declarados por unos u$s20.000 millones máximo. Este
dinero no alcanzaría para cerrar la deuda con el FMI, pero sí para liquidar
definitivamente la historia de pasivos con el Club de París.
Para
que esto se pueda concretar, se debería modificar parte del texto que tiene
dictamen en el Senado, y que hasta ahora no tiene asignación específica en el
texto que será debatido en la Cámara Alta.
Según
lo comprometido por Guzmán en su encuentro con Moulin, debería haber un acuerdo
con el Club de París antes del 30 de junio; con lo que seguramente no tendrá
aprobado el blanqueo que ayer comenzó a transitar en el Senado. Mucho menos el
dinero recaudado. Pero con la habilitación potencial para poder usar los
beneficios del llamado para cumplir también con los compromisos ante el club de
París, podría acelerar el llamado a liquidar la cuenta, mucho antes que termine
el plan de pagos que se negocie en los próximos meses. Y, así, ahorrarse
bastante dinero ante el interés de 9% anual que seguramente le cobrará la
entidad a la Argentina.
Dentro
del Club, el primer acreedor es Alemania con un 37,37%, dinero generado de
manera mixta; con créditos directos para empresas privadas (en los 90), sumado
a viejas líneas del gobierno alemán a la Argentina de décadas anteriores. En el
listado luego aparece Holanda con un 7,98% de la deuda. Se trata de otro caso
complicado, donde por cuestiones culturales no existe mucha flexibilidad para
países que no cumplen con sus pagos. Los Países Bajos votan tradicionalmente en
el board del FMI en contra de los acuerdos que propone Argentina.
El
cuarto acreedor del país es España, con un 6,68% de la deuda. Es el rezago
generado por el crédito que en 2001 giró el gobierno de José María Aznar, para
ayudar a sostener la convertibilidad y los giros de dividendos de las compañías
españolas radicadas en el país. El total de ese crédito fue de unos u$s1.100
millones, Argentina los declaró en default en diciembre del 2001 con el resto
de la deuda externa argentina y durante la primera etapa de gestión de Néstor
Kirchner hubo un intento de negociarla por fuera del Club de París, en mejores
condiciones que el resto de los acreedores. La presión del resto de los socios
de la Unión Europea hizo que el pasivo se sume a la demanda general del Club de
París. |