Por Francisco Jueguen - Las principales
asociaciones y cámaras empresarias de la Argentina afirmaron que el impuesto a
la “renta inesperada”, que está diseñando el ministro de Economía, Martín
Guzmán, atentará contra las inversiones privadas, la actividad y la creación de
empleo.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), la
Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara de Comercio (CAC) y la industria
oleaginosa (Ciara) advirtieron sobre las consecuencias de seguir sumando
presión impositiva sobre el sector privado.
Las alarmas comenzaron a sonar en el círculo
rojo. Las asociaciones empresarias más importantes del país alertaron que el
impuesto a la “renta inesperada”, que ya está diseñando Martín Guzmán, y que
agregaría una mayor presión fiscal sobre el sector privado, impactará sobre las
inversiones, la actividad y la creación de empleo.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), la
Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara),
CEC (Centro Exportador de Cereales) y la Cámara de Comercio (CAC), entre otros,
cuestionaron la iniciativa.
Luego de una reunión de su comisión directiva
anteanoche, AEA decidió enviar ayer su opinión sobre la propuesta de Guzmán.
“La Argentina debe volver a retomar la senda del desarrollo económico y social
sostenible. Para ello resulta esencial generar las condiciones para que las
pequeñas, medianas y grandes empresas puedan concretar inversiones que generen
empleo y hagan crecer la producción y las exportaciones”, indicaron en la
entidad que agrupa a empresas como Techint, Arcor, Grupo Clarín, Laboratorios
Bagó, Grupo Miguens, La Anónima, IRSA, Santander, PAE, Mercado Libre, Toyota y
Globant, entre otras firmas.
“La creación de nuevos impuestos –como el
recientemente anunciado ‘impuesto a la renta inesperada’– va en la dirección
opuesta a lo señalado. En la Argentina ya están en vigencia 165 impuestos y la
carga tributaria sobre el sector formal de la economía es muy elevada y ha
crecido fuertemente en los últimos 20 años, superando holgadamente el promedio
de la región. Con menos impuestos generaremos más inversiones y empleo”,
cerraron.
“Un impuesto más significa que uno envía un
mensaje a toda la gente y a los empresarios de que empezar a hacer actividades
económicas en Argentina va a ser cada vez más difícil”, dijo el presidente de
AEA, Jaime Campos, en declaraciones radiales.
En la UIA, contaron, hay “mucha calentura”.
Pese a que esperan conocer la letra chica del proyecto –una ley enviada al
Congreso–, en la entidad creen que “no se puede sumar ningún impuesto más”. La
industria es la vedette del Gobierno. Quizá por eso casi nadie levantó la voz
en la reunión de junta directiva de representantes sectoriales y regionales de
anteayer, salvo por algún cuestionamiento directo desde San Juan por la situación
en la que quedaría la minería. “Hay espías”, relataron otros, cautos, por la
llegada de esas minutas a altas esferas oficiales.
Otros atribuyen algunos silencios a la suerte
de cada una de las empresas de la UIA frente al pago o no de un nuevo impuesto,
que allí califican de un “impuesto encubierto a la riqueza”. Está también quien
piensa que la estrategia de Guzmán es toparse con el no de la oposición para
congraciarse con el cristinismo en medio de la interna.
La cúpula de la entidad tendrá algún detalle
más cuando el ministro vuelva de la reunión de primavera del FMI y el Banco
Mundial en Washington. El Fondo suele repetirle al ministro que debe mejorar
los incentivos al sector privado. La UIA le presentará el lunes al Presidente
el “libro blanco” con sus propuestas. Alberto Fernández podrá adelantarles
entonces un esbozo del nuevo impuesto a los industriales.
En un comunicado, la UIA advirtió que existe
“preocupación” por la posible creación de una alícuota adicional dirigida a las
empresas. “Al respecto, se analizó cómo afectará a la inversión un nuevo
incremento en la presión tributaria sobre el sector formal de la economía y el
impacto negativo que tendrá en la actividad y el empleo”.
“La junta exteriorizó su preocupación
teniendo en cuenta la acumulación de impuestos entre Nación, provincias y
municipios, y el costo de la burocracia administrativa”, afirmó el presidente
de la UIA, Daniel Funes de Rioja.
Guzmán solo informó que se aplicará a
empresas con ganancias netas imponibles superiores a los $1000 millones en el
año. “Hay sectores de la economía que se benefician con ganancias
extraordinarias inesperadas producto de la guerra y miles de millones de
personas en el mundo que sufren las consecuencias de los aumentos de los
precios”, dijo ayer en el foro de ministros del G-20.
“Desde Ciara-CEC, expresamos nuestra profunda
preocupación ante la propuesta del nuevo impuesto anunciado por Martín Guzmán”,
señaló la industria oleaginosa. “Si bien la guerra generó un aumento en el
precio de ciertas commodities agrícolas, lo hizo también con los costos de
producción, más aún en nuestro país. Sumados a la escasez de insumos críticos
han neutralizado, o más, los relativos beneficios de los productos del agro”,
agregó.
“No estamos de acuerdo con ninguna nueva
exacción. Es demasiado ya la carga tributaria. Solo se genera más desaliento a
las inversiones”, dijo a la nacion Mario Grinman, presidente de la CAC. ● |