Por Florencia Barragan - El sector
hidrocarburífero argentino, dado los recursos no convencionales de Vaca Muerta,
podría “eliminar, o al menos morigerar” la restricción
externa, dado que “no existe otro sector de la economía con la
potencialidad de expandir las exportaciones” como el de petróleo
y gas.
Con desarrollar Vaca Muerta a la mitad de su capacidad, las exportaciones podrían
sumar u$s 33 mil millones anuales durante los próximos 50 años, “dos complejos sojeros”.
Así
se desprende de un documento publicado por el think tank Fundar, titulado “La
evolución del sector de hidrocarburos. Potencialidades de la matriz energética
argentina”, realizado por Nicolás Arceo, Lara Bersten y Andrés Wainer, expertos
en el sector energético. De todos modos, el trabajo analiza que para lograr
mayores volumenes de producción se necesitará inversión privada y un “nuevo
marco regulatorio”. La ley de hidrocarburos, anunciada en septiembre
del año pasado, todavía no llegó ni al Congreso.
Pese
a las auspiciosas potencialidades de mediano y largo plazo, el sector
energético enfrenta un desafiante panorama para el 2022. Más allá del acuerdo
con Bolivia por el gas, todavía restan importarse alrededor de 50 barcos de GNL
para abastecer la demanda de invierno, contrato que podría ser firmado
por la estatal IEASA en los próximos días, a precios muy superiores a
los de hace un año, y la industria descuenta que
podría haber cortes. Debido a la guerra, los precios internacionales
récord ponen en jaque la reducción de los subsidios y por ende la meta fiscal
acordada con el FMI. Las importaciones y los subsidios energéticos
podrían alcanzar un récord histórico, según un informe realizado por
Arceo en su consultora Economía y Energía.
Potencial
Por
los recursos en Vaca Muerta, Argentina se encuentra en el
segundo lugar en el mundo en reservas no convencionales en gas natural,
y en el cuarto en el caso del petróleo. En shale gas, el país tiene recursos
para dos siglos de consumo interno, y en sale oil, para un siglo, solo con la
formación neuquina, según los datos del informe de Arceo, Bersten y Wainer.
El
impacto que tiene esta magnitud de recursos a nivel sectorial significa quebrar
“la dicotomía entre abastecimiento del mercado local y externo que
caracterizó al sector desde su constitución en las primeras décadas del siglo
pasado”.
Sin
embargo, el impacto trasciende lo sectorial y pasa a ser macroeconómico, y de
hecho el trabajo asegura que “el vínculo entre la
restricción externa y el sector energético es mas estrecho de lo que la
literatura tradicional subrayó”. Como ejemplo, el informe publicado por
Fundar analiza que el deterioro del balance comercial energético comienza a
agudizarse en 2011, y como consecuencia de ese creciente déficit, “se fue
agudizando progresivamente” la restricción externa, que alcanzó un déficit
energético de u$s 6.902 millones en 2013. “Si bien la histórica vulnerabilidad
externa que suele presentar la economía argentina excede ampliamente el
intercambio comercial energético, sin dudas el déficit incurrido en este sector
ha sido un factor central”, dice el trabajo.
Por
el contrario, por la magnitud y características de los recursos no
convencionales, el desarrollo del sector podría “eliminar, o al menos,
morigerar la restricción externa”. El trabajo analiza tres posibles escenarios
acerca de la expansión que podría darse en la producción de Vaca Muerta y en
los volúmenes de exportación. Con el desarrollo de un 25% de
los recursos, podrían sumarse u$s 16.866 millones en exportaciones cada año,
por el próximo medio siglo. En el caso de desarrollarse el 50% de los recursos,
el dato asciende a u$s 33.731 millones anuales, en tanto que trepa a u$s 50.597
millones anuales si se desarrollara el 75% de los recursos. A modo
de comparación con el agro: “La potencialidad de la
producción hidrocarburífera permitiría consolidar una nueva plataforma de
exportación similar a dos complejos sojeros”, analiza el trabajo.
Para
alcanzar el incremento de las exportaciones, existen diferencias entre petróleo
y gas. El trabajo detalla que la suba podría darse en el corto plazo en el caso
del crudo dado que se cuenta con la infraestructura, aunque se requieren
inversiones para garantizar “plena operatividad”. Si bien asegura que el
desarrollo de la producción no convencional “no podría explicarse sin el
rol” de YPF tras su reestatización en 2012, el informe considera que el
desarrollo masivo en los niveles de producción necesita también de un
incremento “sustantivo” de la inversión privada.
Para
aumentar las exportaciones de gas, ahí si se necesita un “significativo
desarrollo de infraestructura”, en la red de gasoductos y en terminales
licuefactoras de exportación. Este jueves, el presidente Alberto Fernández
visitará la operación de YPF en Neuquén para dar comienzo a la construcción del
gasoducto Néstor Kirchner.
Acerca
de la demanda que podría tener Vaca Muerta en los mercados internacionales, en
un contexto de necesaria transición energética debido al cambio climático, el
informe analiza que esta transición será un desafío, pero a la vez una
oportunidad. Un desafío porque deberá aumentarse la producción en los próximos
años, dado que habrá un “abandono progresivo” de los combustibles fósiles a lo
largo del siglo. Pero a la vez una oportunidad porque el desplazamiento del
carbón en la transición energética implicará una mayor demanda de gas natural,
que es un 40% menos contaminante, por lo que “será utilizado como combustible
de transición”. |