Por Pilar
Wolffelt - A través de las licitaciones realizadas a lo largo de los tres
primeros meses del año, el Tesoro Nacional consiguió financiamiento neto en el mercado
local por cerca de $620.000 millones. El monto captado por Economía
equivale a poco menos del 10% del PBI y a casi la mitad del objetivo
fijado para el año en el acuerdo firmado con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), que es del 2% del producto. Esto le permitió al
Gobierno iniciar tímidamente un camino hacia una disminución de la emisión
monetaria, otro de los compromisos del programa con el organismo. En otras
palabra, logró poner menos pesos en la calle.
Sucede
que, tal como explica el economista de EcoGo Sebastián Menescaldi, Argentina
tiene una economía con muchos pesos y pocos dólares, y el
programa con el FMI intenta reducir esa cantidad de pesos y
aumentar los dólares de las reservas. Si eso se logra y se puede asegurar que
hay un horizonte hacia adelante, sería factible ir reduciendo la inflación.
Pesos: ¿cuánto bajó la emisión en marzo?
"En
marzo, se dio una contracción de la base monetaria de $193.434
millones, que en términos reales y sin estacionalidad implica una caída de
4,9%", señala a iProfesional el economista Tomas Álvarez Kuhnle, de la
consultora Analytica .
Observa
que, por el lado de la demanda, continuó retrayéndose en marzo el circulante en
poder del público mientras crecieron los depósitos ajustables por inflación, lo que
podría evidenciar una búsqueda de cobertura ante mayores expectativas de inflación en
detrimento de la liquidez.
Así,
según explica Menescaldi, "lo que
está haciendo el Gobierno, en el marco del acuerdo que firmó con el FMI, es desactivar, vía
financiamiento del fisco, la emisión monetaria".
Esto,
señala, se da luego de dos años de financiar cerca de 12% del PBI
con emisión, pero el nuevo objetivo ahora es emitir sólo 1 punto del PBI
en 2022. "Eso ayudaría, hacia adelante, a lograr un marco más consistente
de los pasivos remunerados, o sea las LELIQs, en términos del peso que tienen
sobre la economía", explica.
Así,
anticipa que es factible que esas Letras de Liquidez que están en manos de las
entidades financieras y que le requieren un fuerte pago de intereses al BCRA
tengan una caída en volumen respecto del tamaño de la economía. "De
lograrse ese resultado hacia adelante, ayudaría a reducir la inflación",
prevé.
Pero,
todo indica que, por lo tanto, la reducción que se observa hoy en la emisión va
a demorar en surtir efecto en el control de la inflación y debería mantenerse
durante los próximos meses la tendencia para que el resultado sea contundente.
Base monetaria: el camino acordado con el FMI
Al
respecto, Álvarez Kuhnle explica que, por el lado de la oferta de dinero, era
esperable que la meta de financiamiento monetario de $237.000 millones para el
primer trimestre que surgió del acuerdo con el FMI impusiera límites y
anticipa que, hacia adelante, se puede prever que no haya un sobrecumplimiento
de la meta y se emitan los $583.000 millones que aún permite el programa.
Y
es que, según apunta a iProfesional el economista jefe de la Fundación de Investigaciones
para el Desarrollo, Nicolás Zeolla, "el gran proveedor de liquidez de la economía argentina es el sector
público" y anticipa que, lo esperable de acuerdo con los
compromisos que se asumieron con el FMI y, sobre todo, del buen
desempeño que está teniendo el financiamiento en el mercado local durante el
primer trimestre, se logre seguir avanzando en una reducción de la emisión
monetaria.
Hay
que recordar que, sin contar la asistencia que consiga a través de otros
organismos como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, el
Gobierno debería acceder a un financiamiento de 2 puntos del PBI a través del
mercado de deuda en pesos, meta que, hasta ahora, viene sobrecumpliendo.
Menos pesos: ¿la solución a la inflación?
Algunos
analistas, como el economista especializado en el mercado de capitales Christian
Buteler, anticipan que, de seguir por este camino, la inflación debería
bajar fuertemente en segundo semestre del año. Eso, porque, según su visión, esa variable responde, principalmente, a causas
monetarias.
Lo
que sí es innegable es que, tal como indica Menescaldi, "el Gobierno tiene
que empezar de a poco a cumplir con todo lo que se comprometió en el programa
con el FMI", pero advierte que demostrar que realmente va a cumplir
con las metas fijadas es un proceso que lleva tiempo.
Pero el
gran problema que tiene el Gobierno en este sentido es el déficit fiscal,
una variable que también debería reducirse para lograr el objetivo monetario y
el encarecimiento de la energía en el mundo atenta contra este objetivo, por lo
que Zeolla advierte que "el contexto internacional hacen prever que la
meta de déficit primario del 2,5% a fin de año deberá revisarse".
En
tanto, para Alvarez Kuhnle, "mientras la demanda de pesos no
aumente y el financiamiento monetario sea positivo, el efecto sobre la inflación de
la reducción de la base monetaria será marginal en la medida en que no modifique
las expectativas".
Por
su parte, Zeolla de señala que otra variable que incide en la inflación local
es la extranjera, que está batiendo récords en este momento respecto de los
últimos 40 años, y también apunta que un componente esencial de la ecuación
inflacionaria en Argentina es la cotización del dólar. Así, el economista de
FIDE considera que, por lo pronto, "hay que convivir con una mayor
nominalidad mientras pase el shock internacional", pero advierte que, en
el camino, es esencial moderar los impactos sobre los ingresos.
Y
es que, según su mirada, un abordaje ortodoxo sobre el problema en este
contexto sería inconducente porque no lograría bajar la inflación y
generaría un efecto negativo en la recuperación.
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