Por Carlos
Burgueño - Una iniciativa casi personal de Martín Guzmán del 2021 ante el Fondo
Monetario Internacional (FMI) dio
resultado; y la Argentina recibirá dólares extras que enviará el organismo a
todo el mundo. Serán unos u$s1.300 millones provenientes de DEG, que el
Gobierno destinará a reforzar las reservas del Banco
Central, con el objetivo que al menos en una de las variables que deberán
cumplirse por la firma del Facilidades Extendidas aprobado el 25 de marzo de
2022, tenga un aprobado mayor al requerido.
El
dinero que enviará el Fondo reforzará el número que mostrará la entidad que
maneja Miguel Pesce, que para el momento en que llegue la primera misión del
FMI al país durante la primera quincena de mayo, mostrará un nivel de reservas
en azul superior a los u$s7.000 millones. La cifra de aumento comprometida para
todo el año es de unos u$s5.000 millones.
Como
además se espera que para el momento de la visita haya un ritmo de compras más
sólido que el actual por parte del BCRA, dado que sería
tiempo de llegada de divisas sojeras, el resultado que se exhibirá ante los
técnicos del organismo será aún más sólido.
Este
dato, cruzado con el nivel de reducción de la brecha cambiaria entre el oficial
y las cotizaciones alternativas financieras y el blue (muy por debajo del 80%
con que se inició la cuenta al momento de cerrar el acuerdo con el FMI); le
permitirían al Gobierno aprobar el capítulo del BCRA en la inspección de mayor.
No es un dato menor. Se sabe que los hombres y mujeres de Washington tienen al
Central siempre en la mira, con lo que la reunión con Pesce es trascendente.
Más si los resultados al momento de enfrentar a los visitantes es
superavitaria.
El
nuevo giro de dinero desde el FMI, es parte del acuerdo al que se llegó entre
el organismo y sus principales accionistas durante la última reunión del G20 de
Roma en octubre del año pasado. En ese marco, fue el propio Guzmán el que
presionó por uno nuevo giro de dinero para ayudar a países de ingresos bajos y
a países de ingreso medio a enfrentar “los desafíos estructurales como el
cambio climático y las pandemias”. El bloque dio el aval y la orden a
Kristalina Georgieva de armar la estructura de los nuevos préstamos; los que
finalmente se habilitaron la semana pasada para devolver a un plazo de 20 años
a una tasa de interés preferencial de menos del 4,05% reglamentario (aún debe
definirse) y se comenzará a pagar 10,5 años después de entregado.
El
dinero se habilitaría desde el primero de mayo, tendría el nombre técnico de
“Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad” y la primer cuota se liquidará en
octubre de 2032. Este dinero estaría destinado exclusivamente a la obtención de
efectivo para que los países en desarrollo y con nivel medio y bajo de
ingresos, puedan encarar la salida de la pandemia y la prevención de nuevos
estallidos del covid-19; además de fondos para invertir en la preparación de
las infraestructuras públicas por las consecuencias del cambio climático.
Como
el dinero es fungible, y el FMI sólo pedirá en el tiempo el destino de la
inversión, durante un lustro los estados podrán utilizar ese dinero en otras
metas. En el caso argentino, será para reforzar reservas ante las misiones del
propio Fondo que girará el dinero. Con el tiempo comenzarán a investigarse
otras metas ligadas a pandemias y el cambio climático. Este fideicomiso
manejará fondos por unos u$s45.000 millones, y completa el primer desembolso
total por unos u$s650.000 millones que ya distribuyó el organismo en agosto del
año pasado, y por el que se le correspondieron a Argentina unos u$s4.350
millones que se destinaron a pagarle al propio Fondo en septiembre y diciembre
del año pasado, y que fueron devueltos luego de cerrado el acuerdo el 25 de
marzo pasado.
El
fideicomiso que se activó el miércoles pasado fue reclamado por Guzmán ante
Georgieva en las reuniones bilaterales que el ministro mantuvo en Roma; pedido
que además tenía el aval del papa Francisco. La titular del FMI llevó la
inquietud a la cumbre, proyecto que finalmente fue aprobado por los estados centrales.
Se llamó al Fondo a instrumentarlo lo que finalmente terminó de anunciarse el
miércoles pasado para que comience a aplicarse desde el primero de mayo. Se
supone que la primer semana del próximo mes los casi u$s 1.300 millones que le
corresponden a la Argentina ya estarán girados a las arcas del BCRA. Si todo
sale como cree el Gobierno, el dinero quedará en la misma cuenta hasta agosto,
cuando los técnicos del FMI vuelvan al país por segunda vez en el año, en este
caso para la próxima misión.
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