Por
Juan Gasalla - Promediando abril, la economía transita el período de la cosecha
gruesa, que garantiza el ingreso de divisas por exportaciones del agro. No
obstante, el volumen de negocios en el mercado mayorista de cambios sigue
acotado, con ruedas cuyo monto apenas supera los USD 200 millones, hecho
que reduce las chances para que el Banco Central compre divisas a
través de sus habituales intervenciones de regulación del precio.
Por
su participación cambiaria, el BCRA sostiene un saldo a favor en abril de unos USD 14 millones, mientras que
en lo que va de 2022 contabiliza ventas netas por unos 34 millones de
dólares.
Con
liquidaciones récord del agro, gracias a los elevados precios internacionales
de las materias primas que más exporta la Argentina, es de esperar que la
entidad monetaria consiga acumular divisas en este segundo trimestre.
Según
un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la liquidación
de divisas alcanzará este año los USD 39.000 millones, unos USD 6.000
millones más que al máximo alcanzado en 2021.
Pero
las proyecciones de crecimiento de las reservas aún están lejos de
cristalizarse. Los activos brutos del BCRA tocaron los USD 37.000 millones
antes del acuerdo con el Fondo Monetario, un mínimo desde
diciembre de 2016. Después de la rúbrica del entendimiento entre el gobierno
argentino y el directorio del FMI, aumentaron por encima de los USD 43.000
millones con el arribo el 25 de marzo de unos USD 9.700 millones en Derechos Especiales
de Giro (DEG).
Un
informe de GERES (Grupo de Estudios de la Realidad Económica y
Social) precisó que según el último balance del Banco Central, actualizado al 7
de abril, las reservas netas del BCRA se ubicaron en USD 7.450 millones, aunque
descontados los DEG activos del FMI -que solo pueden usarse para pagos al
organismos multilateral- y la tenencia de oro -USD 3.839 millones-, las reservas
líquidas fueron negativas en USD 3.230 millones, sobre un total bruto de 43.229
millones de dólares.
“Por
lo pronto, el BCRA no logra hacer pie del todo en el MULC” -Mercado Único y
Libre de Cambios-, observaron desde Portfolio Personal Inversiones, al
considerar que el ‘magro saldo’ a favor en lo que va de abril,
inferior al de marzo y similar al de enero -cuando la estacionalidad del agro
es mucho menor-. Tal vez ya esté detrás de este fenómeno cierta reticencia
del agro a liquidar hasta que no sea restablecido el diferencial a favor
de la tasa en pesos” respecto de la devaluación del tipo de cambio oficial.
“El
BCRA ha decidido en las últimas jornadas acelerar el ritmo de depreciación a un
nivel superior a la tasa de interés en pesos. Si esta tendencia se mantiene,
puede desincentivar la liquidación de divisas, algo complejo en un
contexto donde la demanda es creciente por el encarecimiento de la
energía y los transportes. Por eso es importante ir monitoreando las
intervenciones del BCRA en el mercado cambiario ya que, si no logra mantenerse
comprador en la etapa de mayor oferta, el segundo semestre del año podría
presentarse más complejo”, señaló un informe de Quinquela Fondos Comunes
de Inversión.
“Conviene
recordar que la meta de acumulación de reservas netas es de USD 5.800 millones
para todo el año, pero como incluye los desembolsos del Fondo y los ingresos de
capitales de organismos internacionales que excedan los USD 1.389 millones,
la meta ‘pura’ de compra en el MULC es más cercana a USD 3.400 millones”,
precisó Nery Persichini, Head of Strategy de GMA Capital.
“En
el primer trimestre, gracias al desembolso del FMI de USD 4.363 millones del 25
de marzo, las reservas netas crecieron unos USD 1.900 millones, superando el
piso exigido de USD 1.200 millones. Para cumplir con el objetivo acumulado de USD
4.100 millones hacia el segundo trimestre, el BCRA deberá acelerar la compra de
divisas en la época del año con mayor estacionalidad de oferta por la
liquidación de la cosecha gruesa”, amplió Persichini.
Según
el economista Gustavo Ber, al “complejo escenario político, con posibles
implicancias en la gestión y en la implementación de las estrategias
consensuadas con el FMI, se suma a la agenda una aceleración en la
inflación, tal como se anticipa en el dato de marzo. De ahí que el acuerdo con
el organismo -así como la refinanciación con el Club de París- no hayan
mejorado las expectativas de los inversores dado que los desafíos por delante
resultan serios”.
El
titular del Estudio Ber prevé “una nueva ronda en el proceso de suba de tasas, el cual podría llegar tras la mayor
inflación de marzo”, con un Banco Central que “va complementando la estrategia
con una aceleración en el ritmo del crawling peg”, es decir,
devaluación gradual y controlada. |