Sábado 16 - Por Sofía Diamante - La Secretaría de Energía dio
el primer paso esta Semana Santa para avanzar en un nuevo aumento de tarifas
con la convocatoria de tres audiencias públicas para la segunda semana de mayo.
En los próximos días, la cartera que dirige Darío Martínez publicará en la
página oficial el análisis técnico realizado sobre el costo del servicio de gas
y del de electricidad. Lo que se decida después del 12 de mayo definirá no solo
el eje de poder dentro del Gobierno, sino también la viabilidad del programa
económico acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El
sector energético es una de las áreas más sensibles para el kirchnerismo duro.
Según la vicepresidenta Cristina Kirchner, el expresidente Mauricio Macri
perdió las elecciones para su reelección por los “tarifazos” aplicados. Los
estallidos políticos en Perú y Chile por el aumento del costo del transporte también
pusieron en alerta a la expresidenta.
Sin
embargo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, prefiere resaltar otra
preocupación: la disparada de los subsidios a la energía, que el año pasado
significaron 2,3% del PBI (US$11.000 millones), casi el 75% del déficit fiscal,
de 3,1%. Esta tendencia continúa este año con más fuerza por el incremento de
los costos internacionales de la energía. En febrero, por ejemplo, los
subsidios crecieron 95% interanual, según los últimos datos publicados de las
cuentas nacionales.
“Si
bien el esquema de subsidios energéticos del Estado nacional debe entenderse
como una política de ingresos y que su principal objetivo es proteger el poder
adquisitivo de los hogares, actualmente su estructura genera profundas
distorsiones concentrando su peso en los sectores de mayor capacidad de pago”,
dice la resolución que publicó la Secretaría de Energía para convocar a
audiencias públicas.
Y
agrega: “Las partidas presupuestarias destinadas desde el sector público a la
cobertura de subsidios energéticos han sufrido aumentos notorios, impactando no
solo en el resultado fiscal (déficit primario), sino también en características
que hacen a la calidad del gasto, sobre todo en relación con su progresividad o
regresividad”.
Si
bien las resoluciones fueron firmadas por el secretario Martínez, el texto
tiene muchas similitudes con expresiones características de Guzmán. Por
ejemplo, uno de los considerandos dice que “atendiendo a la escasez de recursos
y a la escalada sostenida de los precios internacionales de la energía, no es
equitativo que se sostenga una política de subsidio universal por parte del
Estado que tiene un sesgo pro rico, por lo que se torna necesario avanzar en
una política orientada a segmentar por capacidad de pago, permitiendo una mejor
aplicación de los recursos estatales”.
La
característica de que los subsidios son “pro rico” fue dicha por el ministro de
Economía hace exactamente un año, luego de que no tuviera éxito su intento de
echar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo. En ese
entonces, Guzmán quiso prescindir de uno de los funcionarios más cercanos a la
vicepresidenta, que además pertenece a La Cámpora. Lejos de dar un paso al
costado, Basualdo quedó fortalecido y logró imponer, hasta ahora, la voluntad
de que las tarifas de luz aumentaran solo 9% el año pasado y 20% este en el
área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En
la actualidad, los usuarios residenciales pagan solo el 29% de lo que cuesta el
gas y el 35% de la electricidad. Las transferencias del Tesoro crecen cada día
con la devaluación de la moneda (ya que las facturas están en pesos, pero los
contratos de la energía están en dólares) y por los mayores costos del gas, que
afectan también a la generación eléctrica, porque el 60% de la demanda se
abastece con energía térmica.
El
proyecto de segmentación que presentó Guzmán, que se convalidó en el marco del
acuerdo con el FMI, divide a los usuarios en tres categorías: los que reciben
tarifa social, los que tienen mayores ingresos y el resto, que no se identifica
con ninguno de los dos grupos.
Para
el 10% de los consumidores con mayores ingresos, la Secretaría de Energía
indicó que no recibirá más subsidios, sin especificar de cuánto será el alza,
aunque se proyecta que podría ser de más de 200%. Tampoco se detalló cómo hará
el Gobierno para determinar ese segmento ni qué base de datos usará.
En
cuanto a los beneficiarios que reciben tarifa social, se indicó que los
usuarios de gas no tendrán ningún incremento, mientras que a los de energía
eléctrica en el AMBA se les aumentará 6%. Los clientes de Edenor y Edesur son
los únicos que están regulados por el Estado nacional, mientras que en el
interior, las provincias son las encargadas de controlar el servicio de luz.
Finalmente,
para la mayoría de la población que no recibe tarifa social y que no está entre
el 10% de la población con mayores ingresos, se indicó que el aumento será de
21,5% para los consumidores de gas y de 17% para los de electricidad. De esta
manera, si se tiene en cuenta el alza de 20% que ya se aplicó el mes pasado,
los aumentos finales serán en torno al 43%, muy por debajo de la inflación
esperada de 60% para este año.
Los incrementos se aplicarán a partir de junio, justo
cuando aumenta el consumo de gas y electricidad por las bajas temperaturas, por
lo cual el alza en las facturas se sentirá más de lo que implica el incremento
aplicado.ß |