El doble dilema del Banco
Central: qué hacer con el dólar y las tasas de interés frente a la disparada de
los precios
Por Fernando Meaños - El
Banco Central tendrá que decidir si sube las tasas 24 horas después de
conocerse el índice inflacionario de marzopOR El próximo miércoles el Indec
informará el índice de inflación de marzo, que los analistas del relevamiento
de Expectativas de Mercado (REM) pronosticaron en un 5,5%. Veinticuatro horas después, el directorio del
Banco Central tendrá su habitual reunión semanal en la que podría decidirse una
suba de la tasa de interés de referencia, tal como ya ocurrió, sucesivamente,
en los tres primeros meses de marzo.
El dilema que enfrenta el
BCRA para decidir un cambio en la tasa corre en paralelo con otra decisión que
toma todos los días: acelerar o no la devaluación del peso a través de su
intervención en el mercado de cambios. Ambos indicadores impactan de lleno
en la inflación y según algunos analistas el resultado, en todos los casos,
mezclan ventajas efectos negativos, por lo que su elección podría apuntar a
inclinarse por el mal menor.
Si el BCRA se inclina por
subir las tasas facilitará la absorción de pesos en la economía e
incentivará a que los actores económicos “se queden en pesos”, en particular
los exportadores que liquiden sus ventas. A la vez, si lo hace hará aún
más abultada la cuenta de los intereses por su deuda: los pasivos remunerados
del Central en manos de los bancos (Leliq y pases) ya superan los 5 billones
(con “b”) de pesos y parecen haber llegado a un límite.
La elección final del BCRA
podría apuntar a inclinarse por el mal menor
En paralelo, si el BCRA
acelera la suba de la paridad cambiaria oficial a un ritmo más cercano a la
inflación, tal como hizo en las últimas semanas, incentivará la liquidación de
los agroexportadores para recomponer sus reservas (un requerimiento
expreso del FMI) y evitará el atraso cambiario que acumuló en los últimos dos
años.
Pero al mismo tiempo, al
hacerlo le quitará el último y debilitado freno a la inflación; una aceleración del dólar
oficial inevitablemente, tendrá un impacto en los precios al consumo.
Este doble dilema atraviesa
por esta horas el Banco Central y resolverlo con precisión es clave para
sostener el recién nacido acuerdo con el Fondo Monetario. Y la inflación
apremia los tiempos. “Con la aceleración de esta semana del ritmo de
devaluación del tipo de cambio en alrededor de 20 puntos porcentuales (de 40% a
60% al año) y la inminente convocatoria a revisión de tarifas, la economía
perderá las últimas dos anclas nominales que le quedaban”, destaca un informe
de Consultatio.
“La falta de un plan
antiinflacionario en el acuerdo con el FMI que permita contener expectativas es
hoy más cara que nunca para la economía”, agrega el informe. Para Consultatio, el
gobierno está “levantando anclas cuando arranca la tormenta”, es decir, cuando
la inflación está en su punto más crítico.
El reporte destaca otro punto
que no será obviado por el BCRA: la inflación elevada “permite
contener los desequilibrios” no resueltos por el acuerdo con el FMI. ¿Por qué? La disparada inflacionaria ayuda a
mitigar el déficit fiscal, (porque los ingresos indexan por la inflación
presente y parte de los gastos, por la pasada) y licúan la deuda en pesos. El
80% de la deuda pública en moneda local, además, se ajusta por CER.
Un informe de la Universidad
Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) dio cuenta de que la
“inflación de las y los trabajadores se disparó al 6,8% en marzo” y que se
extiende al 9% en el caso de los alimentos. “Se trata de una cifra que no
se veía desde el salto devaluatorio de agosto de 2018 (6,5% en septiembre de
ese año)”, agregó el reporte.
Consultatio espera que la
inflación de marzo se ubique en el podio de las más altas de los últimos 30
años y destaca, en la misma línea: “Lo verdaderamente especial del dato es
que se trata de un registro cualitativamente distinto a cualquiera de sus
tristemente célebres precedentes: no surge como el efecto de un shock
cambiario”.
Ante un índice inflacionario
tan excepcional y para que la nueva velocidad de la suba del dólar pueda
continuar, otros analistas ven inevitable que el BCRA conducido por Miguel
Pesce disponga una nueva suba de tasas el próximo jueves. Un informe de la
consultora Equilibra dio cuenta de que el tipo de cambio oficial subió esta
semana a un ritmo anualizado superior al 50% desde el 25% registrado en enero.
Una medición diaria mensualizada lo ubica en 3,9%, por encima del 3,6% que
pagan los plazos fijos minoristas.
“Esta dinámica nos da
indicios de que debería aproximarse una nueva ronda de subas de tasas de
interés en pesos, tanto para garantizar un tipo de cambio real que no
desincentive las liquidaciones de exportaciones y posibilite la acumulación de
reservas internacionales netas, como para sostener la demanda de pesos de
ahorristas privados y evitar turbulencias en los mercados de cambio
oficial y financieros”, apuntó Equilibra.
Una decisión de suba de tasas
desde el BCRA, por otra parte, siempre encontrará rechazos desde la política
por el encarecimiento del crédito. Cualquier medida que pueda entorpecer la
recuperación, aún en un escenario de escasa actividad crediticia, recibirá
críticas, lo que suma otro capítulo al doble dilema que enfrenta el Central. |