Por Andrés Lerner - En medio de la discusión pública que se desató en las últimas
semanas sobre el rol de los planes sociales, el Gobierno define un proyecto
para formalizar a unas 8 millones de personas. Se trata de una
iniciativa para crear un monotributo productivo, que ya se
envió al Congreso, pero que será complementada por otra normativa que apunta
a multiplicar el crédito bancario
y no bancario para la economía popular. Esto se acompañará con una modificación del compre estatal para darle
mayor nivel de prioridad a asociaciones y cooperativas.
“Crecer desde abajo”, así
definió la estrategia en cuestión un alto funcionario del Ministerio Desarrollo
Social durante un diálogo con Ámbito. En esa línea,
explica que desde hace cinco décadas, la cantidad de puestos de trabajo
registrados en el sector privado está prácticamente estancada. “El derrame no
funciona, tenemos que trabajar directamente con ese sector de la sociedad que
trabaja por su cuenta o en unidades de la economía popular”, señala.
El Registro Nacional de
Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular marca
que en esas condiciones hay actualmente unas 3 millones de
personas. Pero escalando la producción y expandiendo la actividad podrían llegar a ser 8 millones. A ese universo buscan
formalizarlo a través de un monotributo productivo. A diferencia de la
herramienta ya existente, el monotributo social, que permite facturar hasta la
categoría “A”, este permitiría registrar una mayor cantidad de ingresos, hasta
la categoría “C”.
Según la iniciativa
parlamentaria, el Estado se haría cargo por un determinado
período de tiempo del componente de salud. Esos fondos no se volcarán en
este caso a las obras sociales sino que se utilizarían para fortalecer el
sistema público de salud y se le daría a los beneficiarios acceso a los
programas oficiales como el Remediar. Quienes
estuvieran comprendidos dentro de la nueva herramienta también tendrían
cubierto por dos años del componente jubilatorio.
Al mismo tiempo, un grupo de
funcionarios termina de pulir la letra final de un proyecto de “Desarrollo de
la Economía Popular”. Según detallaron fuentes oficiales, el foco será
fortalecer el acceso al crédito. Se apunta a que el 10% de los depósitos
bancarios se utilicen para financiar unidades de este tipo aunque el eje
central es la creación de un sistema de créditos no bancarios.
Se generaría un fideicomiso
que estaría administrado por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
En todos los casos la tasa estaría subsidiada y muy
por debajo a la que se ofrece actualmente en el mercado, pero no se utilizaría
para gasto corriente. Sería destinada a la compra de maquinarias y a
incrementar el capital de trabajo.
En la letra de la normativa
que llegará en las próximas semanas al parlamento, también se incluye un nuevo
régimen que ayudará a facilitar la formalización de las unidades productivas de
la economía popular. Se incluiría la figura de asociaciones, que
requieren de menor cantidad de integrantes que las cooperativas, y se
apuntará a desburocratizar los trámites.
El proyecto de ley también
buscará modificar el régimen de compre estatal para darle un mayor grado
de prioridad a este tipo de proyectos. “Está claro que con los planes
sociales no alcanza y que el sector privado registrado hoy no puede dar
solución a toda la demanda de empleo; hacer crecer a la economía popular es la
única manera de romper con la pobreza estructural”, sostuvo uno de los
funcionarios que trabaja en el plan que será presentado en el parlamento. |