Por
Mariano Boettner - El Gobierno sentará este martes nuevamente a empresarios
y dirigentes gremiales para continuar el diseño de una “hoja de ruta” en común
para atravesar los meses de mayor presión inflacionaria y establecer algún
horizonte consensuado sobre los precios para los próximos meses cuando baje la
espuma del impacto del salto en los commodities internacionales en las
góndolas. Más allá de esta discusión “macro”, esta semana el Poder Ejecutivo
buscará cerrar medidas “micro”, con nuevos esquemas de control de precios y
canastas de consumo con valores de referencia.
Será
el tercer capítulo de una negociación que inició la semana pasada con un perfil
más bajo, con un encuentro entre el propio presidente Alberto
Fernández y sus ministros ante las cúpulas de la CGT y la Unión
Industrial Argentina, y que siguió con una reunión más formal el jueves pasado
por la tarde. Las tres partes firmaron un documento con compromisos que, según
explicaron fuentes presentes en ese mitín, funcionará como “marco” para
dar una discusión que será áspera.
El
Poder Ejecutivo se vio obligado a apurar una nueva mesa por los números de
inflación de febrero y de marzo -que se conocerán la semana próxima-, que
mostraron que el impacto de la crisis de precios internacionales en los
alimentos impactó de manera considerable en los valores domésticos. Y además en
un contexto de una inflación que ya tenía un piso alto. “La idea es dar
continuidad a la coordinación de políticas que ayuden con la inflación”,
mencionaron fuentes oficiales sobre el carácter que tendrá el nuevo careo
tripartito.
A
pesar de que se trató de una idea recurrente durante la semana pasada, cuando
el Gobierno dejó trascender -y hoy oficializó- que pagaría un bono a los jubilados por la aceleración de
precios, uno de los asistentes a la reunión en el Ministerio de Economía el
jueves pasado jura que no estuvo en el menú la posibilidad de una suma
extra de esas características para los trabajadores del sector privado. Entre
las conducciones de las principales cámaras empresariales lo rechazan.
Incluso
en algunos gremios la idea de un bono no prende tanto, sino que eligen
priorizar una negociación paritaria más fuerte, con porcentajes más altos y con
tramos de incremento más cortos. Esa última hipótesis es compartida en algunos
despachos oficiales, por el momento en forma privada y sin declaraciones
públicas. “El Gobierno va a ayudar a que haya paritarias más altas”, mencionaba
un funcionario del equipo económico en los últimos días. Con números en la
mano, aseguran que este año “las empresas van a tener márgenes para dar
aumentos más altos”, aseveran.
Por
el sector sindical, en la mesa se sentaron Héctor Daer y Carlos
Acuña -integrantes del triunvirato cegetista junto a Pablo Moyano-,
y Andrés Rodríguez, representando a los empleados del sector público.
Entre los empresarios, en tanto, estuvieron presentes y lo estarán este martes
el presidente de la Unión Industrial Daniel Funes de Rioja y el
director ejecutivo de la entidad Diego Coatz. La reunión tendrá lugar
cerca de las 17 en el Ministerio de Economía.
Martín
Guzmán y Daniel Funes de Rioja, en la reunión del jueves pasado en el
Ministerio de Economía
“Lo
que hablamos el jueves es que hay que trabajar en las expectativas de
inflación. Ver cómo se dan los números de marzo y abril pero también qué
va a pasar el resto del año. Debería bajar la inflación porque la situación
actual es circunstancial”, dijo a Infobae uno de los presentes en la
reunión.
Por
otro lado, desde el sector empresario consideraron que también quieren “ver qué
es lo que va a aportar el Gobierno en términos fiscales”. “No digo que
presenten un plan, pero el acuerdo con el FMI es un punto de partida y desde
ahí hay que ir monitoreándolo”, mencionaron desde una importante entidad que
nuclea a ejecutivos.
“No es una cuestión de echar culpas sino
sentarse a la mesa de trabajo y definir expectativas de inflación. Con una
inercia tan alta, hay que sentarse a trabajar para hacer que esto (los índices
de precios de febrero y marzo) no sea un nuevo piso, sino un techo”, continuó
la fuente empresarial.
El
cara a cara del jueves pasado, del que también participaron el ministro de
Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el de Trabajo Claudio
Moroni y la jefa de gabinete del Ministerio de Economía, Melina
Mallamace, terminó con un documento firmado por todos los presentes con algunas
declaraciones de principios.
“La
inflación es hoy la combinación de problemas internos y de la escalada
inflacionaria internacional y expresa un desafío para evitar que ello se
traduzca en mayores dificultades para los ingresos de la población y la
competitividad de las empresas”, afirmaron.
En
ese sentido, destacaron la necesidad de “redoblar los esfuerzos para afrontar
esta problemática de manera coordinada entre el Gobierno y los sectores
empresarios y sindicales, para poder arribar a soluciones consensuadas que
propongan resultados diferentes a las instrumentadas en el pasado”. También podrán
“plantear medidas coyunturales y estructurales para mejorar la situación
productiva del país, promoviendo más inversión pública y privada, con más
competitividad y exportaciones, así como la generación de trabajo productivo y
formal”.
“Se
firmó un acuerdo de tres sectores para crear una mesa para encontrar consensos
y concertación en aspectos múltiples, como inflación, la cuestión energética y
otros que se irán identificando en las próximas horas. Todo en la visión que el
acuerdo con el Fondo Monetario y el programa macroeconómico que implica
enfrentar los desafíos de ir hacia el crecimiento económico sostenido con
inclusión social y productiva, debe haber un sendero de recuperación de las
reservas que fortalezca la estabilidad macroeconómica, algo muy presente e
importante. Lo mismo ocurre en relación a la necesidad de mejorar las
capacidades industriales y tecnológicas en general y de la pymes en
particular”, dijo Funes de Rioja tras la reunión.
En
un ámbito distinto, otro funcionario que busca algún nivel de acuerdo con los
empresarios del sector de consumo masivo es el secretario de Comercio
Interior Roberto Feletti. Este lunes mantuvo una reunión
con representantes de supemercados chinos, almaceneros y
autoservicios para determinar el alcance e implementación del “mini
Precios Cuidados” que busca llevar el Poder Ejecutivo a los comercios
barriales.
Ese
programa, que terminará de encontrar forma esta semana, junto a las nuevas
condiciones de Precios Cuidados -el esquema más general que contempla a 1.300
productos- incluirá una canasta breve de 60 bienes con valores de
referencia.
“El
objetivo es que esta iniciativa, que contendrá 60 productos pertenecientes a
diversos rubros de consumo masivo, esté presente en todo el país y establezca
precios de referencia en comercios de cercanía, con el propósito reducir la
dispersión de valores que existe entre estos locales y las grandes cadenas de
supermercados”, mencionó Comercio Interior.
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