Por Juan Manuel
Franco - El cierre formal del acuerdo con el FMI trajo
ciertas advertencias por parte del Board del
organismo. En concreto, se advirtió que “los riesgos del programa son
excepcionalmente altos” lo que podría llevar a “la potencial necesidad de una
recalibración significativa” en las metas. ¿Por dónde podrían darse estas
recalibraciones?,¿qué implicarían en términos de la dinámica de las variables
macroeconómicas?
El
conflicto bélico Rusia-Ucrania llevó a una disparada notable en los precios de
los commodities, en especial de los energéticos. Así, la
cuenta de importaciones energéticas de Argentina será más abultada, aunque
estimamos que de momento el alza en los commodities agrícolas
exportados por el país pueden compensarla. No obstante, creemos prudente
monitorear la dinámica de estos precios hacia adelante dada la volatilidad
reciente. Con todo, vemos que la meta de acumulación de reservas (USD5,8bn en
2022) no correría, en principio, riesgo de incumplimiento, aunque de
complicarse por el lado de importaciones creemos que la “recalibración” del FMI
no pasaría por la meta de reservas a acumular sino por una aceleración del tipo
de cambio real para lograrla.
Distinto
es el caso de las cuentas públicas, donde los mayores precios del gas
dificultarán el objetivo de reducción de subsidios energéticos, algo que pondrá
a prueba la creatividad del equipo económico para lograr la consolidación
fiscal por otras vías. En ese sentido, vemos a la reducción del gasto Covid
como la principal, aunque podrían darse también caídas reales en otros gastos
corrientes. Además, de complicarse el cumplimiento, el gasto de capital también
podría ser menor. Por su parte, mayores alícuotas impositivas para distintos
tributos podrían sumar algo, aunque el margen es muy acotado dada la alta
presión tributaria. No obstante, la dificultad para cumplir la reducción de
subsidios y demandas sociales que podrían ir en aumento en un contexto de caída
de los ingresos reales podrían llevar al FMI a recalibrar la meta de déficit
primario (2,5pp del PBI).
Otra
meta es la de emisión monetaria. Consideramos que esta podría estar algo
condicionada por el cumplimiento de la meta fiscal ya descripta y de la
continuidad del financiamiento neto vía licitaciones del Tesoro. En ese
sentido, el financiamiento neto acumula 0,9pp del PBI, aunque se logró en gran
parte vía emisión de papeles con vencimiento este mismo año que eventualmente
deberá también “rollearse”. Dado que podría verse
un impulso del tándem Mecon-BCRA para canalizar Leliqs hacia títulos del
Tesoro, el efecto es monetariamente expansivo, algo que dificultará la
reducción de una inflación que se muestra persistente. Con relación a esto,
creemos que, incluso iniciando un sendero de corrección de desequilibrios, el
arrastre monetario de 2021, la recomposición en precios relativos de tarifas y
servicios, y un dólar mayorista que correrá a un mayor ritmo, llevarán a
elevados registros de inflación también este año.
¿Cómo
posicionar carteras en este contexto? Dado que esperamos persistencia en las
presiones inflacionarias, creemos que para perfiles conservadores o inversores
que deben estar en pesos, la deuda CER es la mejor alternativa. En este
espacio, preferimos el tramo de duration que va de agosto 2022 a marzo 2023.
Asimismo, estimamos que el CER le ganará al dólar mayorista, pero para quienes
deseen cobertura cambiaria anticipándose a una posible aceleración mayor del
dólar, vemos valor en estratégias sintéticas con CER y futuros de dólar, que
estimamos superadoras a los dollar linked.
Para
perfiles arriesgados, nuestros análisis marcan que hay valor en Globales,
incluso suponiendo una reestructuración dura hacia julio 2024, cuando deberán
empezar a pagarse amortizaciones. En este espacio destacamos a GD35 y GD41.
Quienes sean más optimistas y no vean reestructuración para ese entonces
podrían apostar por GD30, con una amortización que representa un interesante
porcentaje del precio actual. Vemos valor en iniciar estas posiciones contra
pesos dada la caída en la brecha cambiaria. Asimismo, vemos atractivo en
carteras diversificadas como la de nuestro SBS Acciones Argentina FCI para
posicionarse en equity local pensando en el
mediano plazo. Finalmente, destacamos que para pensar en límites superiores
cada vez mayores de las valuaciones de Globales y equity local, el mercado debe percibir que los
desequilibrios macro comienzan a abordarse de modo sostenible, cumpliendo con
las sucesivas revisiones trimestrales.
(*) Economista de Grupo SBS.
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