Por Carlos
Lamiral - Según indica el programa que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordó con la
Argentina, el próximo 15 de abril el jefe de Gabinete, Juan Manzur, debería
modificar el Presupuesto vigente para adaptarlo a las proyecciones de
crecimiento, inflación y demás variables incluidas en ese entendimiento. Todo
bajo el contexto de los cambios que están ocurriendo en la economía global que
impuso la invasión de Rusia a Ucrania.
La
adaptación de las previsiones sobre gastos e ingresos de 2022 figura como la
primera de las metas a cumplir por el Gobierno de Alberto Fernández con el
organismo que conduce Kristalina Georgieva. Este año la Administración Pública
Nacional arrancó con un crédito presupuestario de $10,8 billones e ingresos por
$7,9, billones, pero le está costando mantenerse dentro de esos parámetros.
Debido
a diferentes modificaciones realizadas por la Jefatura de Gabinete en el primer
trimestre del año, al resultado primario deficitario previsto, de poco más de
$2 billones, habrá que agregarle $3.876 millones más, según estimó la Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC).
El
viernes se publicó en el Boletín Oficial la Decisión Administrativa 343, por la
que se aumentó el presupuesto de la Administración Nacional en $7.233 millones
y el cálculo de recursos en $3.788 millones.
Entre
las principales modificaciones figuran un refuerzo de los créditos para
el INDEC en $8.884 millones para acciones vinculadas con
la realización del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas y $3.000
millones para la ANSES, a fin de incorporar las erogaciones asociadas al
complemento mensual, financiadas con mayores aportes y contribuciones por el
mismo monto.
También
se aumentan las partidas de la Jefatura de Gabinete en $1.161 millones para
dotarla de mayores recursos tecnológicos, atender las erogaciones pertinentes para
el cumplimiento de su cometido y asegurar una mayor presencia en el territorio
del Instituto Nacional de las Juventudes.
Por
otra parte, se reducen en $6.674 millones los créditos del Programa de
Recuperación Productiva (REPRO) del Ministerio de Trabajo y se compensan entre
esa cartera y la de Salud $4.264 millones destinados al Plan 1000 días.
Se
trata de cambios sobre el Presupuesto 2021 prorrogado por decreto por el Poder
Ejecutivo porque la oposición en el Congreso rechazó el proyecto de 2022. Esa ley
tenía una proyección de inflación del 33% anual y un crecimiento para este año
del 4%, con un déficit de 3 puntos del PBI. El acuerdo con el FMI plantea una
inflación de entre 38% y 48%, y un déficit de 2,5% del PBI.
Es
previsible que, debido al descalabro que produjo la guerra en Ucrania en los
mercados mundiales de materias primas y de energía, la Argentina y el organismo
con sede en Washington tengan que volver a sentarse en una mesa a afinar el
lápiz. El término que usa el FMI es el de “recalibrar” políticas, pero no dice
si eso incluye recalcular las metas.
Frente
a ello, otra de las medidas comprometidas, vinculadas para ajustar el
Presupuesto, es la reducción de los subsidios a la energía. El acuerdo dice que
durante abril el Gobierno convocará a audiencia pública para llamar a un ajuste
de tarifas mayoristas. Forma parte de lo que se denomina meta “estructural”. La
suba deberá comenzar a regir el 1 de junio próximo.
El
Gobierno tenía previsto gastar este año casi $1,4 billones en subsidios
económicos pero según lo acordado tendrá que recortar unos $420.000 millones,
lo que equivale a un 0,6 puntos del PBI.
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