Por Carolina
Paparatto - Los dólares paralelos
operan en calma tras el anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional. El dólar blue comenzó
abril a $200 para la venta luego de caer $11 durante marzo, la mayor baja
mensual (5,2%) desde enero de 2021. La brecha con el oficial se
ubica en el 80%. En la misma dirección, el contado con liqui (CCL) retrocedió
$10 el mes pasado.
Analistas
consultados por Ámbito coinciden en que la mayor
disponibilidad de divisas estacional colabora con ese escenario de estabilidad.
Y estiman que su evolución estará atada, en parte, al cumplimiento de las
principales metas con el FMI. Algunos advierten que la aceleración
inflacionaria les pone un piso nominal a las cotizaciones paralelas.
Sergio
Chouza, director de la Consultora Sarandí, planteó que en el mercado de cambios
se ve que hay un momento de relativa abundancia, por una mayor disponibilidad
de dólares en la plaza formal. “Esto está generando un alivio en los dólares
financieros que son los que, en última instancia, arbitran al blue, por lo que
uno tiende a pensar que por lo que resta del segundo trimestre no debería haber
presiones alcistas. Si esto ocurre en la plaza financiera, probablemente siga a
la par la misma dinámica estable la plaza paralela informal”.
El
acuerdo con el FMI descomprimió la tensión en el
mercado de cambios y actuó como estabilizador sobre la cotización blue, ya que
luego de haber tocado valores máximos el 27 de enero, un día antes del primer
pago al organismo internacional ($222), se acomodó en torno a los $200. Sin
embargo, Christian Buteler, analista financiero, cuestionó la
durabilidad actual del blue frente a la aceleración inflacionaria.
“Es
muy difícil que se pueda mantener una estabilidad del tipo de cambio con una
inflación entre 5% y 6 % mensual. Me parece que no es muy consistente: si todos
los precios de la economía suben a ese ritmo, por qué el dólar (que es un
precio más dentro de la economía) no debería subir a ese nivel. Actualmente,
creo que tocaron un piso tanto para el blue como para los financieros entre
$190 y $200”, sostuvo Buteler.
Coincidió
en el análisis Alejandro Giacoia, economista en
Econviews, “luego de la baja que se dio entre febrero y marzo, creemos que la
brecha está en niveles cercanos a su piso, por lo que no quedaría mucho espacio
para que las cotizaciones paralelas sigan bajando. En caso de que haya otra
suba de tasas, lo cual es probable, y un mayor ritmo de devaluación, podrían
ayudar a que la brecha entre las cotizaciones se comprima algo más, pero no
mucho”.
Asimismo,
Chouza señaló: “Los dólares alternativos han pegado un recorte mayor al 10%
nominal. Si a eso le sumas la inflación de estos meses en torno al 30%, estás
teniendo una apreciación importante en estos dólares alternativos, nominalmente
ya no hay más margen para recortar”.
Las claves
Todos
los economistas coinciden en que la capacidad del Gobierno de cumplir las metas
acordadas con el FMI será un factor clave para que la cotización del blue se
mantenga estable. Sin embargo, Giacoia agrega el factor de la disponibilidad de
divisas, principalmente ante el aumento de los precios de la energía. Por otro
lado, tanto Chouza como Buteler señalan que la aceleración inflacionaria
presionará sobre las cotizaciones.
“La
estabilidad tanto del dólar blue como del CCL, al ser cotizaciones libres,
depende mucho de las percepciones que tiene el mercado. En adelante, todo lo
que tenga que ver con las metas del programa con el Fondo, su cumplimiento y
las revisiones trimestrales, son factores que pueden generar ruido. Otra
cuestión sobre la que se deberá poner atención es la disponibilidad de divisas
que tenga el Central. El aumento del precio de la energía y en particular del
GNL pondrá una fuerte presión sobre las reservas internacionales, por lo que es
probable que se vaya ajustando el cepo en función de ello y esto puede
repercutir sobre las cotizaciones alternativas”, sostuvo Giacoia.
Por
su parte, Buteler planteó que, dentro de los principales factores para
mantener la estabilidad, se encuentra la emisión: “Los pesos son el
combustible necesario para comprar el dólar. Ayudó en este trimestre tener una
menor emisión de pesos, pero la realidad es que ya hay muchos pesos emitidos.
El mercado en algún momento va a empezar a percibir estos precios baratos y lo
va a demandar y el precio de esa manera subirá. También un factor importante es
bajar la inflación, que desgraciadamente, al contrario, en vez de bajarla
respecto a febrero tenemos una nueva aceleración. El primero se estaría
cumpliendo, pero en el segundo estamos lejos”.
Chouza
advirtió que, con una economía que tuvo casi 5% de inflación en febrero y aún
más en marzo, la estabilidad cambiaria implica una apreciación real
significativa: “Te estás apreciando al 5% mensual en los canales paralelos
libres, que es un número importante, por lo cual esto no va a aguantar mucho
tiempo. Lo que puede pasar es que se acelere, pero menos que la inflación, algo
similar a lo que ocurre con el dólar oficial, sobre todo por el hecho de que se
están apreciando las monedas de los países vecinos y de que hay inflación en el
mundo, además de en la Argentina”.
En
esta línea, agregó: “Hay un aspecto más macro que va a empezar a cuadrar los
próximos meses, que es la marcha del estado de la economía en general, y cómo
avance la perspectiva del cumplimento del programa con el Fondo, en particular.
Las metas del tercer trimestre son las más exigentes y las que pueden derivar
en mayores presiones sobre el dólar si se observa que el objetivo está lejos de
cumplirse o se vislumbra complicado”.
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