Por Carlos
Lamiral - Tanto los empresarios de la industria como aquellos que se dedican a
la importación abrigaban hasta hace unas semanas la esperanza de que para abril
iban a poder contar con más dólares provenientes de la liquidación de la
cosecha. Ahora creen que la escasez de divisas se va a
prolongar por lo menos hasta agosto y eso se explica en el incremento del precio del gas que el país deberá importar este
año. Serían u$s5.000 millones más que en 2021.
Desde
febrero, cuando la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ajustó los controles sobre la capacidad económico
financiera de las empresas se
produjo una fuerte restricción a las compras desde el exterior y tal como
habían anticipado empresarios en ese momento, la medida generó una reacción de las importadoras a nivel de la Justicia.
Según
estimó Miguel Ponce, el director del Centro de
Estudios del Comercio Exterior del Siglo XXI, “un tercio de lo que ha ingresado
este año al país lo ha hecho bajo amparo de los jueces”. Para el
consultor de empresas “la cantidad de amparos es inusual desde la época del ex
secretario de Comercio, Guillermo Moreno” cuando se habían puesto en vigencia
las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI)”.
En
el Banco Central los
funcionarios rechazan los cuestionamientos de los empresarios, al destacar que
en lo que va del año se está produciendo un “récord de importaciones”.
Si se ven los datos del Intercambio Comercial Argentino (ICA) en los dos
primeros meses las compras crecieron 36,6% en enero y 51,7%
en febrero, mientras que en el acumulado del bimestre suben 44,1%, todo
respecto de 2021. Los datos del INDEC corresponden a operaciones devengadas,
es decir informadas, pero eso no quiere decir que se hayan pagado.
Los
amparos de los jueces están dirigidos contra las declaraciones del Sistema
Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), que deben hacer los
importadores a través de la Aduana. Se terminan de autorizar en el Ministerio
de Desarrollo Productivo e interviene también la AFIP. En la Cámara de
Importadores de la República Argentina (CIRA) estiman que poco menos de 1.000 empresas están importando bajo amparo
judicial.
Las
SIMI cuestionadas, en general, son de empresas que importan productos bajo Licencias No
Automáticas (LNA), que corresponden a bienes finales o que tienen
proveedores locales. Las que ingresaron bajo Licencias Automáticas (LA) son de insumos para la producción o de
bienes que no tienen proveedor local. Las LNA pueden tener un período de
trámite de 90 días y alcanzan a unos 1.500 productos. Las LA tal como lo indica
su nombre, son de diligencia inmediata.
Las
empresas definieron como estrategia no cuestionar al Banco Central, que obliga
a pedir crédito comercial a proveedores del exterior a las empresas que
importen por encima del 5% del valor del año pasado o del 70% respecto del
2020. “El BCRA no dice que no se puede importar. Dice que para hacerlo
hay que respetar ciertas condiciones”, explicó un empresario a Ámbito
Financiero. El importador consideró que “es imposible operar con el
plazo de 180 días” porque no se ajusta a los criterios del comercio exterior.
También señala que la restricción de dólares genera problemas para el envío de
pagos anticipados a un proveedor del exterior. “Hay que pensar que si una
empresa quiere importar un insumo que se tiene que fabricar, el proveedor pide
un anticipo”, explicó. A su vez dice que las operaciones no se pueden abonar a
través de dólar Contado Con Liquidación (CCL) porque en ese caso el gobierno
estaría reconociendo un desdoblamiento del tipo de cambio.
“Pensábamos
que esto se iba a poder resolver para abril, pero con la guerra en Ucrania el
precio del gas se disparó y ahora creemos que esto se va a prolongar por lo
menos hasta agosto”. explicó. Se estima que este año el gas importado demandará unos u$s5.000
millones más que en 2021 y eso obligará a administrar los dólares. Se prevé
entonces que las restricciones para las importaciones, sobre todo la de bienes
de consumo final, se van a mantener.
Por
otro lado, empresarios pymes también
presentaron hace unos días sus quejas ante el Banco Central. Advirtieron que se
va a producir “un parate” de las fábricas por falta de materias primas.
“Las
pymes están sufriendo la falta de materia prima que no se produce en el país. Y
si bien existe un sistema para garantizar el consumo histórico de cada fábrica,
que busca evitar un salto en las compras externas ante la escasez de
dólares, la comparación con la casi nula actividad en pandemia y con el año
pasado, cuando recién se estaba restableciendo con dificultades la producción,
muestra un panorama que no se ajusta a las necesidades de la reactivación de
este año”, afirmó el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA),
Daniel Rosato.
Rosato
advirtió sobre un efecto no deseado que se está produciendo por los amparos.
“Las importaciones de insumos para la actividad están en el listado de
Licencias Automáticas, mientras que los productos terminados cuentan con
Licencias No Automáticas. Ante las restricciones y la
aplicación del cupo para importar, se está dando una dinámica de autorizaciones
más ágiles de LNA que de LA, lo que provocó involuntariamente un ciclo de
importación de valor agregado”, advirtió.
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