La
aceleración del ritmo de aumento de los precios y la falta de productos, dos
factores decisivos en el malestar de gran parte de la población (Reuters)
Por
Daniel Sticco - Sobre un óptimo de 100 puntos, el Índice de Confianza del
Consumidor que Poliarquía Consultores prepara para el Centro de Investigación
en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella cayó en marzo a 36,91 unidades,
el nivel más bajo de los últimos 9 meses, con una disminución de 6,4% en el mes
y 9,8% desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández.
Se
trató de la segunda caída consecutiva, luego de la inesperada recuperación en
enero, porque venía de tres meses previos en franco declive.
Diversos
factores se conjugaron para provocar el deterioro del humor de las familias,
entre los que se destacan:
1)
La aceleración de la tasa de inflación, no sólo por la flexibilización de
algunos precios regulados por el Gobierno, como tarifas, combustibles, cuotas
escolares; a los que se agregaron los estacionales y los derivados de la
invasión de Rusia a Ucrania sobre las cotizaciones de las materias primas que
más exporta la Argentina, junto a la ausencia de señales concretas del Gobierno para encarar un plan de
estabilización;
2)
La brusca desaceleración del ritmo de actividad económica en general, de
una tasa de dos dígitos en diciembre, pasó a 5,4% en enero y se espera que por
el faltante de diversos insumos importados por falta de divisas se aproxime a
cero o incluso ingrese en la senda negativa en los próximos meses. Ese fenómeno
se observó no sólo en las góndolas de los supermercados y comercios de
cercanía, sino también en los talleres de servicio de reparaciones y repuestos
de cualquier bien durable -electrónicos, grandes artefactos domésticos, y
automotores-, e incluso en la industria y la construcción;
3)
La devaluación al extremo del acuerdo del Gobierno con el FMI, al punto que en el
día de su anuncio formal el 25 de marzo por parte del organismo la directora
gerente, Kristalina Georgieva, alertó: “El programa está sujeto a riesgos excepcionalmente altos.
Reconocieron la vulnerabilidad de Argentina a los shocks externos y las
dificultades de implementación dada la compleja situación social y política”.
Si bien el sondeo de opinión de Poliarquía para la UTDT se hizo entre el 3
y 15 de marzo, ya se percibía en los mercados el creciente desánimo de la
población.
4)
La baja de los tipos de cambio alternativos al oficial, porque encareció los
bienes dolarizados que no sólo siguieron subiendo fuerte en pesos, sino también
en su equivalente en moneda extranjera; y
5)
Las pobres expectativas de generación de empleos, en particular los asalariados
en el ámbito formal privado que se caracterizan por remuneraciones muy
superiores a las que se pueden obtener como monotributista y en particular en
los puestos no registrados, que junto con la administración pública fueron los
que más se recuperaron de la drástica caída del año previo.
“Todos
los subíndices del ICC mostraron caídas mensuales, Situación Personal cayó 3%,
Situación Macroeconómica 8,1% y Bienes Durables e Inmuebles 8,6%, siempre con
respecto al mes pasado”, destaca el informe mensual del CIF de la UTDT. En los
dos primeros casos acumularon sendas disminuciones de 8,8% y 40,9% desde el
cambio de gobierno, mientras que en el segundo, por el contrario aumentó 79,8%
sobre la base de un mínimo histórico, y se mantiene entre los peores niveles
desagregados, apenas 30,7 puntos.
En
el caso del subíndice Situación Macroeconómica cayó 8,1%, acusó la mayor
caída mensual desde noviembre del 2019, pese a que el Gobierno se mostró
convencido durante todo el mes que “lo peor ya había pasado”, los efectos de la
crisis sanitaria habían quedado atrás y había asegurado un ventajoso acuerdo
con el FMI que contribuiría a retomar la senda del crecimiento sostenido.
Se
ubicó 40,9% por debajo del nivel que había heredado de la presidencia de
Mauricio Macri.
Concluye
el informe de la casa de altos estudios: “Se advierten variaciones negativas
para el índice en todas las regiones. El ICC cayó 7% en el Gran Buenos Aires,
6,8% en Capital Federal y 5,1% en el Interior, siempre con respecto a febrero.
Por nivel de ingresos del individuo, la confianza bajó 9,1% en el grupo de
consumidores de ingresos más altos, y cayó 3,2% en los consumidores con nivel
de ingresos mas bajos”.
Y las
expectativas para abril no lucen mejores, habida cuenta no sólo de la
persistencia de elevadísimos niveles de inflación, los cuales se movieron en
marzo a un ritmo promedio superior a 90% anualizado, y se proyectan con un piso
de 65%, muy lejos de la meta máxima comprometida por el ministro Martín Guzmán
con el FMI, sino también del malestar empresario para sostener el ritmo de
actividad, porque afectará la intensidad laboral con recorte de horas extras y
posibles suspensiones de personal.
Fuente:
Centro de Investigación en Finanzas, UTDT
“En
marzo a nivel nacional, las percepciones de los consumidores respecto a las
Condiciones Presentes mostraron una baja de 7,2%, mientras que el componente
que mide las Expectativas Futuras de los encuestados cayó 5,7%, siempre con
respecto al mes anterior”, finaliza el informe del CIF.
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