Por
Mariano Boettner - La pobreza ocupa un lugar muy lateral en el acuerdo de
políticas económicas acordado entre el Gobierno nacional y el Fondo Monetario
Internacional. La hoja de ruta consensuada con el organismo, a diferencia de
otras metas cuantificables como el déficit, la acumulación de reservas o la
emisión monetaria, no tiene en su letra chica ningún objetivo
cuantificable respecto a los indicadores sociales. El Indec informó este
miércoles que hacia fines de 2021 el 37,3% de la población vivía bajo la línea de pobreza.
La
palabra “pobreza”, incluso, aparece solo en muy contadas ocasiones a lo largo
del memorando de políticas económicas rubricado entre Buenos Aires y
Washington. Solo se la puede leer siete veces, aunque de ese total solo 1
está relacionada a perspectivas de gestión hacia adelante. En el resto de
los casos, solo para mencionar estadísticas o contextualizar el marco bajo el
cual se negoció la refinanciación del crédito.
La
única ocasión en que la pobreza tiene algún abordaje en el acuerdo es en el
segmento del gasto estatal, en el que especifica cuáles serán las
prioridades para el sector público. Además de mencionar la cuestión de los
subsidios en primer lugar, el gasto de capital y otros gastos corrientes,
apunta a la “asistencia social”.
En
ese sentido, asegura que el Gobierno continuará “afianzando nuestros mecanismos
de asistencia social para atender de manera óptima a las personas más
necesitadas, y nos concentraremos en combatir la pobreza infantil y
reorientar las ayudas para fomentar la inclusión en el mercado laboral, sobre
todo para las mujeres y los trabajadores con calificaciones bajas o
insuficientes”.
Al
respecto, menciona que el compromiso del Poder Ejecutivo será mantener un piso
de gasto social para un grupo de programas de asistencia prioritarios, entre
los que enumera a la Asignación Universal por Hijo para protección social,
Tarjeta Alimentar y las becas Progresar. Además asegura que habrá
“incrementos de cobertura si se deterioraran las condiciones sociales”.
Martín
Guzmán se comprometió ante el FMI a mantener un piso de gasto social, pero el
acuerdo no incluye objetivos concretos para los indicadores sociales
Ese
mínimo de gasto en programas sociales está estipulado con números en el otro
memorando, el técnico. En ese documento plantea que hacia fines de marzo el
Estado deberá haber gastado, como mínimo, $151,9 millones entre la
AUH, Tarjeta Alimentar y Progresar. Hacia junio, cuando debería tener lugar la
primera evaluación de metas, ese piso se eleva a $318 millones. Tres meses
más tarde, a $494,4 millones y debería finalizar el año con un gasto
social mínimo de $707,8 millones.
Más
adelante, asegura que buscará hacer más eficiente este tipo de erogaciones y se
compromete a hacer un estudio pormenorizado sobre el sistema. “Se
procurará reorientar el gasto social hacia programas de capacitación y
empleo, y seguir reforzando los sistemas presupuestarios para garantizar que el
gasto aborde las desigualdades de género”, apunta el memorando de política
económica.
“Para
mejorar aún más la eficiencia y focalización de nuestro apoyo social con
respecto a los resultados definidos, trabajaremos con socios estratégicos para
realizar y publicar una evaluación integral de nuestros programas y
nuestras estrategias de apoyo social, con el objetivo de identificar opciones
para la mejora de las políticas”, concluyó en ese sentido. Este estudio, se
afirma, debería estar concluido hacia fin de año.
A
la hora de hacer una evaluación sobre la situación actual, la letra chica del
acuerdo con el Fondo menciona que “persisten profundas brechas sociales y de
infraestructura. Las tasas de pobreza permanecen en niveles altos, sobre todo
entre los jóvenes, y 55% de los niños y niñas viven por debajo de la línea de
pobreza (con los datos hasta el primer semestre de 2021). Los avances en
el mercado laboral no se han distribuido de manera equitativa, ya que las
mujeres y los trabajadores jóvenes con baja o insuficiente calificación se han
visto afectados de manera más significativa por la pandemia, y la proporción de
trabajadores”, admite el Poder Ejecutivo.
El
Fondo Monetario, en el staff report que publicó después de la
aprobación del directorio al nuevo programa, explicitó su propio punto de
vista. “Las condiciones sociales, aunque mejoran gradualmente, siguen
siendo extremadamente frágiles: más del 40 por ciento de la población vive por
debajo del umbral de la pobreza y la proporción de informalidad laboral es alta,
especialmente para las mujeres y los trabajadores jóvenes poco calificados”,
consideraron los técnicos del FMI.
El
organismo, además, hizo recomendaciones para priorizar gastos y “reasignarlos”,
incluso algunos de los que están en control de las provincias. “Deberá prestarse
especial atención a la mejora de la equidad intergeneracional del gasto. Cerca
del 40 por ciento de todo el gasto federal en la Argentina está orientado a
pensiones, mientras que solo el 5 por ciento del gasto federal se destina a
programas emblemáticos de asistencia social (AUH, Tarjeta Alimentar y
Progresar) destinados a apoyar a madres y niños vulnerables”, analizó.
La
pobreza se redujo en la segunda mitad de 2021 y afecta a más de 17 millones de
personas.
“Reflejando
en parte estas diferencias intergeneracionales en el gasto a nivel federal, los
resultados sociales también varían significativamente entre generaciones: el 54
por ciento de los niños menores de 14 años viven en la pobreza, en comparación
con el 14 por ciento de los ancianos. Una reasignación del gasto (incluso
a nivel provincial, donde se ejecuta gran parte del gasto en salud y educación)
será fundamental para garantizar que los jóvenes estén equipados con las
habilidades y el capital humano para contribuir al desarrollo económico de
Argentina”, apuntó el staff.
Por
otra parte, el Fondo Monetario destacó que si bien la Argentina tiene
números de pobreza más bajos que el promedio regional y de países como
Brasil -aunque muy por encima de Chile, por ejemplo-, registra una tendencia
de suba en los últimos 5 años, algo que no sucede en el resto de las
economías latinoamericanas.
Un
indicador negativo en el que la Argentina sobresale en relación a países
emergentes con PBI per cápita similares, es en el de la pobreza infantil. En ese sentido, los
cálculos del FMI muestran que la pobreza infantil argentina superaba hacia
fines de 2020 a países como México, El Salvador, Colombia, Bolivia, Chile o
Uruguay.
El
informe del equipo técnico del Fondo no especifica ningún tipo de meta ni hace
proyecciones sobre números de pobreza para los próximos años. Incluso,
llamativamente, solo estima que la tasa de desempleo se estabilice por los
próximos años -sin cambios- en torno al 8,1 por ciento a partir de 2023.
Tampoco proyecta el PBI per cápita en lo sucesivo.
Pobreza:
cayó 3 puntos pero aún está por encima de la prepandemia
El 37,2%
de la población -unas 17,4 millones de personas- es considerada pobre en la
Argentina y el 8,2% vive en condiciones de indigencia, informó el Indec. De
acuerdo a los datos del segundo semestre de 2021, de esta manera, los
indicadores sociales principales mostraron una mejora respecto al 42% de
pobreza que marcó el 2020 y el 40,6% de la primera mitad del año pasado.
Tanto
la pobreza como la indigencia tuvieron un recorte, explicado por la
recuperación económica superior al 10% en 2021 que fue acompañada por un rebote
en los números de empleo. De todas formas, ese alivio fue muy parcial, en
especial para las familias que viven de ingresos de empleos no registrados. Como
referencia, los trabajadores informales perdieron por unos 12 puntos
porcentuales contra la inflación.
Más
allá de la mejora del segundo semestre de 2021, los indicadores sociales
todavía están por detrás de los niveles que tenían antes de la irrupción de la
pandemia. Como comparación, hacia fines de 2019, el último índice sin
incidencia de la crisis sanitaria, mostró una pobreza de 35,5% de pobreza y un
8% de indigencia. En el peor momento de la pandemia, la pobreza llegó a tocar
un pico de 42%, mientras que la indigencia tuvo su punto más alto en el primer
semestre del 2021, con 10,7 por ciento.
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