Por Salvador Di
Stéfano - La política cambiaria y monetaria busca que la inflación sea la
locomotora, la tasa de interés la siga y el dólar el
furgón de cola, un tren fantasma para la producción argentina. El resultado de
esta política es una inflación en dólares que fue del 28,8% durante el año 2021
y que sigue siendo muy elevada en el año 2022, ya que en los primeros dos meses
la inflación fue del 8,8% mientras que la tasa de devaluación fue del 4,6%,
resultado la inflación en dólares llegó para quedarse
Quienes
deberán ponerse a trabajar para tomar decisiones son los argentinos que tienen
ahorros en dólares, la pérdida de poder de compra crece aceleradamente, en los
últimos 12 meses la inflación en dólares fue del 32,7%. Desde que asumió Alberto Fernández la devaluación fue del 79,4% y la
inflación del 123,5%, no hay duda que el dólar oficial está atrasado y que el
exportador perdió poder de compra.
Para
los que desean medir la inflación, el dólar bolsa o MEP y el dólar blue desde
que asumió Alberto Fernández, la inflación fue del 123,5%, el dólar blue subió
el 167,5% y en dólar bolsa o MEP 169,2%. Comience a comprar algún activo,
porque hace un año que está perdiendo la brecha ganada.
Los
activos de los argentinos en el exterior a diciembre del año 2021 suman U$S
417.507 millones, de los cuales solo U$S 39.662 millones corresponden a las
reservas del Banco Central. Las inversiones en carteras en el exterior suman
U$S 80.460 millones e inversiones directas suman U$S 42.452 millones, en ambos
casos son sumas que están atadas a un negocio que podría tener más rentabilidad
que la inflación de mercado, sin embargo, hay U$S 254.932 millones que están
bajo el rubro de otras inversiones en el exterior, pero que podrían ser dólares
alojados en caja de seguridad.
Se
estima que los argentinos tendrían cerca de U$S 200.000 millones durmiendo en
cajas de seguridad (canuto) o plazos fijos en el exterior a tasas no superiores
al 3% anual. Esto implica que el universo de dicho dinero está perdiendo poder
de compra, no solo en Argentina, recordemos que Estados Unidos tiene una
inflación minorista del 8% anual y mayorista del 10% anual. Tener billetes, de
la nacionalidad que sea, dejó de ser un buen negocio. El mundo ingresó en un
período de alta inflación y habrá que ver si la probable paz que se firme entre
Ucrania y Rusia detiene la escalada de los precios.
En
Argentina la política monetaria de tener inflación en dólares nos deja como
resultado una suba del PBI en dólares que
ayuda a distorsionar las cuentas nacionales. El PBI, medido a moneda constante,
creció el 10,3% durante el año 2021, sin embargo, si medimos el PBI en dólares
a diciembre de 2020 se ubicaba en U$S 326.956 millones y a diciembre de 2021 se
ubica en U$S 454.377 millones, lo que representa una suba del 39,1% en dólares.
¿Será?
La
suba del PBI en dólares a niveles de U$S 454.377 millones no hace más que
evidenciar que el atraso del tipo de cambio en nuestro país favorece la
exposición de algunas metas comprometidas ante el Fondo Monetario
Internacional. Por ejemplo, nuestra deuda en dólares
medida como porcentaje de PBI luce muy baja ante la distorsión que muestra un
PBI en dólares que crece a una tasa del 39,1% anual (28,8% crece por atraso
cambiario y 10,3% por actividad).
Este
no es el único problema que nos genera el atraso cambiario. En la actual
coyuntura el gobierno solo se financia en el
mercado colocando deuda en pesos ajustada por
inflación. La deuda en pesos ajustada por inflación se mide en dólares, a
diciembre del año 2021 esta deuda era de U$S 42.122 millones y a diciembre de
2021 creció a U$S 62.203 millones, lo que evidencia una suba del 47,7% anual,
buena parte de esta suba es colocación de deuda y otra el aumento de la
inflación muy por encima de la tasa de devaluación, recordemos que en el año 2021
la inflación fue del 50,9% y la tasa de devaluación del 22,1%.
Para
los primeros dos meses del año 2022 la deuda en pesos ajustada por inflación
llegó a los U$S 66.915 millones lo que implica una suba en dos meses del 7,6%,
cuando la inflación en dos meses fue del 8,8% y la tasa de devaluación del
4,6%.
Para
lo que resta del año 2022 creemos que el gobierno buscaría colocar unos U$S
10.000 millones adicionales de deuda ajustada por inflación, con lo cual el
stock de deuda se ubicaría en torno de los U$S 77.000 millones, si en los
próximos 10 meses del año tenemos una inflación en dólares del 20%, esta deuda
podría ubicarse en torno de los U$S 92.400 millones.
Tomando
como base la cifra estimada para diciembre del año 2022, y sumando un
endeudamiento adicional de unos U$S 10.000 millones y una inflación en dólares
del 20% para el año 2023, el gobierno de Alberto Fernández le dejaría al
próximo gobierno una deuda en pesos ajustada por inflación de aproximadamente
U$S 122.880 millones. Es una deuda que mayoritariamente está siendo colocada a
corto plazo, y que se va tornando impagable con el correr de los meses. Esta
deuda no se puede licuar con una devaluación, ya que toda devaluación genera
aumento de precios en la economía.
Conclusión
La
deuda en moneda extranjera de Argentina a febrero del año 2022 suma U$S 251.142
millones, está distribuida entre acreedores a los que pagábamos baja tasa de
interés y su amortización está muy prorrateada en el tiempo, en los próximos
dos años vence el 20% del stock total de deuda. Desde que asumió la presidencia
Alberto Fernández esta deuda subió en U$S 2.197 millones. Comprar un bono en
dólares a una paridad del 30% no parece arriesgado, ya tiene descontado lo
peor, paga en dólares y la amortización está a largo plazo.
La
deuda en pesos ajustada por CER suma a febrero del año 2022 U$S 66.915
millones, y el 60% vence en menos de dos años. Desde que asumió Alberto
Fernández esta deuda subió U$S 42.464 millones. Estos bonos cotizan a paridades
superiores al 100%, son puro riesgo y un reperfilamiento es probable a futuro.
La
pesada herencia para el próximo gobierno será la enorme deuda en pesos ajustada
por inflación que le dejará la actual gestión, otra vez los ciudadanos de a pie
tendremos que escuchar las excusas de un nuevo gobierno que seguramente tendrá
que arreglar lo que hizo el anterior, pero que si lo hace mal nos dejará peor
que como estábamos, tal como sucedió desde 2011 a la fecha.
La
clase política argentina debería llegar a un consenso básico, lograr superávit
fiscal, bajar la inflación, lograr un tipo de cambio competitivo, fortalecer
las reservas y levantar. Son 5 puntos clave para sacar a la Argentina de la
decadencia.
En
la actual coyuntura, hacemos trampa atrasando el tipo de cambio, la inflación
es más elevada que la tasa de interés, no hay incentivos para invertir, las
reservas son bajas, fortalecemos el cepo y tenemos desabastecimiento porque no
hay inversión. Si no cambiamos estamos en problemas como país, si no invertís
los dólares cada día que pasa perdés poder adquisitivo.
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