Por Camila Dolabjian - El Gobierno comenzó a poner el foco en otro
lado en su “guerra” contra los “diablos” de la inflación. Catorce días después
de que Alberto Fernández la anunció, sus funcionarios ya admiten que bajarla no
es una opción, por lo menos de corto plazo. Por ahora, pretenden evitar
“saltos” en los precios y crear un muro que frene la inercia que podría llevar
a la inflación a ser la más alta desde 1991, por encima del pico de 2019 al
cierre del gobierno Mauricio Macri.
Según pudo recoger la nacion de fuentes
oficiales, pese a que el Gobierno cerró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) en el que se proyecta un alza de los precios de entre el 38% y 48% para
este año, el gabinete económico trabaja hoy para evitar que 2022 cierre con un
alza de 65%, una perspectiva más parecida a la que manejan los economistas
privados y en línea con el alza del primer bimestre del IPC.
Esta semana se adelantó la pizza de los
viernes. Algunos de los ministros alineados con Alberto Fernández suelen
reunirse al mediodía de la última jornada de la semana en el Ministerio de
Desarrollo Productivo. Sin embargo, Martín Guzmán, de Economía; Santiago
Cafiero, de Relaciones Exteriores; Claudio Moroni, de Trabajo; Matías Kulfas,
de Desarrollo Productivo, y Cecilia Toaumentos desca, actual secretaria de
Relaciones Económicas Internacionales, se encontraron ayer –tras la
presentación del Plan Argentina 2030 en el Centro Cultural Kirchner– para comer
y discutir sobre la inflación.
Las reuniones se multiplican. El almuerzo de
ayer fue el segundo encuentro de este tipo en menos de 48 horas y ocurrió tras
un intercambio entre Kulfas y Sergio Massa.
Hubo un cambio de expectativas en el
Gobierno, de acuerdo con fuentes oficiales. Las estimaciones de inflación
aseguradas en numerosos planes y documentos, como la cifra incluida en el
programa con el Fondo o aquella en el proyecto de presupuesto 2022 que naufragó
en el Congreso, fueron arrojadas por la borda.
El diagnóstico, luego de dos semanas de
“batallas” contra los incrementos, contrasta entre distintas oficinas públicas.
La Secretaría de Comercio Interior dijo anteayer que, desde que les dieron un
ultimátum a las empresas alimentarias y supermercadistas la semana pasada, ya
habrían detectado bajas en los precios y un freno a las subas en los comercios.
Sin embargo, otros funcionarios opinan lo contrario y siguen advirtiendo
incrementos.
Para una parte de los ministros, las
municiones se acabaron. Fuentes oficiales aseguraron que –por el momento– no
tienen planificadas más medidas respecto de la suba de precios. Resta saber si
Roberto Feletti, secretario de Comercio Interior, logrará algún acuerdo con los
mercados centralizantes para domar los en productos frescos. Otra parte del
gabinete busca políticas para mejorar los ingresos. Se discute la posibilidad
de implementar algún tipo de asistencia social para los sectores informales y
de bajos recursos. Si bien todavía no hay detalles sobre un proyecto, una de
las alternativas en análisis es un “bono de refuerzo salarial” que las empresas
deberían dar a sus dependientes.
La mesa chica de Fernández y el propio
Presidente se aferran a algunos datos. Hace seis días celebraron que el
desempleo cayó al 7% a fines de 2021, pese a que la creación de trabajo es
todavía de baja calidad. En ese sentido, buscan resaltar unidad con sectores
fuera del oficialismo, plagado de internas y producir buenas noticias.
Invitaron a representantes de rubros productivos, industriales y sindicales al
lanzamiento del Plan Argentina 2030.
El proyecto lleva la impronta de Matías
Kulfas y el teórico apoyo del sindicalismo y los industriales. Una alta fuente
oficial lo calificó como “el primero desde la restauración de la democracia
comparable con el Plan Quinquenal de Perón”. La intención dentro del
oficialismo es sortear la acusación al Gobierno de la ausencia de un plan
integral, a pesar de que el anuncio no incluyó ninguna política pública
concreta.
Sin embargo, aceptan que eso no alcanza.
Necesitan que no hayan más “saltos” en los precios. “Estamos bien en
crecimiento, en empleo, pero estamos muy mal en distribución”, admite un
funcionario.
La opinión es compartida por los privados.
Daniel Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), estuvo
presente en una reunión con el Presidente y la CGT anteayer. También, en la
presentación del Plan de Desarrollo Productivo en el CCK. Sin embargo, en un
comunicado de la UIA, expresaron que desde la entidad comparten los principales
contenidos conversados en el encuentro del lunes –sin mención al programa
anunciado ayer– e hicieron hincapié en abordar “una agenda tripartita para
identificar las causas, consecuencias y posible evolución de las expectativas
inflacionarias”.
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