Sábado 26 - Por Laura Serra - A casi un mes del inicio de las
sesiones ordinarias, la Cámara de Diputados no sale de su letargo. No hay
sesiones ni reuniones de comisión y, por lo tanto, tampoco sanción de leyes.
Juntos por el Cambio acusa al oficialismo de bloquear su funcionamiento por la
crisis interna que lo azota y lanzó el primer golpe para terminar con la
parálisis: pidió una sesión especial para el martes 5 de abril con un tema
convocante, la derogación de la polémica ley de alquileres.
La
jugada opositora se precipitó luego de que el oficialismo diera señales de que
avanzaría con un proyecto propio que apunta no sólo a mantener la ley y sus
principales bases, sino a reforzarlas. Se trata de una iniciativa del diputado
José Luis Gioja que, según sus fundamentos, tiene por objeto “mejorar las
condiciones de contratación de los inquilinos” y “otorgar beneficios
tributarios para locadores”, que incluye desgravación del impuesto a los bienes
personales por 15 períodos fiscales. Además, retoma la posibilidad de impulsar
un impuesto a la vivienda ociosa, una propuesta que también enarbola el
secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
Para
los opositores de Juntos por el Cambio, el proyecto oficialista, lejos de solucionar
el problema de la escasez de inmuebles en alquiler y la suba de los precios, lo
agravará. Por ello propondrán directamente la derogación de la norma accomo
primer paso para una reforma integral.
El
presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, anticipó ayer desde Salta
que la semana próxima buscará habilitar el debate.
“Mi
idea es que trabajemos, en una comisión integrada por todas las fuerzas
políticas, en la suspensión de la Ley Lipovetzky, que claramente fracasó, y en
la constitución de un grupo de trabajo que nos permita, en los próximos 90
días, tener una nueva ley, porque esta ley perjudicó a propietarios, inquilinos
e inmobiliarias”, enfatizó.
Los
opositores criticaron la actitud de Massa. “Dice que conformará un grupo de
trabajo para discutir una nueva ley de alquileres cuando es el propio
oficialismo el que demora la integración de las comisiones de la Cámara de
Diputados. Difícil creerles. Por eso llamamos a una sesión especial para
terminar con esta parálisis y para que el Frente de Todos blanquee qué quiere
hacer con el problema de los alquileres”, insisten.
Para
lograr quorum, los opositores necesitarán el refuerzo de las restantes bancadas
opositoras. “Nosotros fuimos los primeros en advertir que la ley de alquileres,
que impulsó en su momento Cambiemos, era un desastre. Ahora quieren derogarla;
si quieren nuestro apoyo, Juntos por el Cambio tendría que ampliar el temario
de la sesión especial. Nosotros insistimos en que debemos discutir con urgencia
la boleta única, arancel cero para las pymes y un nuevo proyecto de retenciones
pacial ra el sector agropecuario”, anticipó Alejandro “Topo” Rodríguez, del
interbloque Federal.
Reacción oficialista
El
Frente de Todos, conducido por Germán Martínez, devuelve el golpe y
responsabiliza de la parálisis de la Cámara baja a Juntos por el Cambio y sus
divisiones internas. El jefe del bloque oficialista está convencido de que el
principal bloque opositor especula con una inminente ruptura de su bancada para
asegurar su mayoría en las comisiones estratégicas de la Cámara baja.
En
efecto, si la oposición contara con la llave de dichas comisiones, le será muy
difícil al Gobierno llevar adelante su agenda parlamentaria y, por el
contrario, los opositores impondrían la suya, lo que acentuaría la debilidad
política del presidente Alberto Fernández. Ese es el nudo de la disputa.
Las
negociaciones están estancadas desde hace más de una semana. Los opositores
pretenden presidir un mayor número de las llamadas comisiones estratégicas,
antes dominadas por el oficialismo. Martínez se opone y reclama la mayoría
oficialista en todas las comisiones, como en el Senado.
Mientras
las comisiones no se constituyan la oposición seguirá de manos atadas, pues sin
dictamen cualquier proyecto que intente presentar en el recinto requerirá una
mayoría agravada de dos tercios para ser aprobado. Esto explica por qué la
sesión especial opositora, de realizarse, tendrá solo un valor simbólico.
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