El Banco Mundial se
encuentra invirtiendo en la Argentina en proyectos por
un monto total de u$s2.200 millones, que persiguen el objetivo de
alcanzar una mayor seguridad hídrica, de acuerdo con el reporte
Valoremos el Agua,
lanzado por la institución en el marco del Día Mundial del Agua 2022.
Al
respecto, la especialista senior en Agua y saneamiento, María Catalina Ramírez,
detalló que "actualmente se encuentra en curso uno de los proyectos más
grandes de saneamiento urbano, el de saneamiento de la cuenca
Matanza-Riachuelo".
El
mismo involucró un financiamiento por u$s1.227 millones “destinados
a la mejora del saneamiento, el control industrial, la planificación
territorial y el manejo de inundaciones”, en la obra más grande del Banco
Mundial en América Latina, “con un altísimo grado de avance en su
ejecución”, destacó Ramírez.
Además,
la especialista refirió que también se encuentran en una etapa avanzada de
ejecución otros proyectos: el Plan Belgrano, que “en las
provincias del norte argentino está a punto de finalizar, y mediante él hemos
logrado acueductos y una planta de tratamiento”.
Asimismo,
se encuentran en una etapa avanzada dos proyectos relacionados con la gestión
del recurso hídrico: el de Río Salado, “un préstamo
provincial por US$ 300 millones”; y uno con la Ciudad de Buenos Aires,
por u$s200 millones.
También
en el último año “se aprobó un proyecto en que se trabaja de forma directa con
AySA, para ampliar y mejorar los servicios de agua y saneamiento en el Área
Metropolitana de Buenos Aires, con foco en el saneamiento del agua en zonas
vulnerables”, con un monto comprometido de u$s300 millones.
Estos
préstamos buscan “aumentar la cobertura de agua potable y saneamiento en el
Gran Buenos Aires, junto con AySA, y en diferentes áreas en el norte del país,
además de inversiones para mejorar el riego en agricultura”, afirmaron los
especialistas.
De
esta forma, y en contexto del Día Mundial del Agua-,
los especialistas se refirieron a la seguridad hídrica, que involucra la idea
de disponibilidad de agua en suficiente calidad y cantidad para
todos los usos (medios de vida, productivos y ambientales) de forma accesible y sostenible, de acuerdo con el reporte
"Valorando el agua", elaborado por el organismo multilateral.
En
ese orden de ideas, el especialista senior en gestión de recursos hídricos del
Banco Mundial, Klaas de Groot, destacó que el concepto
también apunta a “cómo se adapta y de qué forma está organizado
un país respecto de la gestión de los recursos, lo que es crucial en el
aprovechamiento del valor agregado económico, ambiental y social del agua”,
y dijo que "esto permite identificar oportunidades para aumentar
la seguridad hídrica y poder aprovechar mejor el recurso”.
En
esa línea, el reporte sostiene que "el costo económico de la brecha de
seguridad hídrica en Argentina se estima en al menos u$s11.800 millones
anuales, o el 2,2% del PIB, y la falta de servicios de agua potable y, sobre
todo, de saneamiento adecuado para una parte importante de la población es la
que contribuye de mayor manera a la brecha de seguridad hídrica en términos
económicos", frente a lo que el especialista explicó que “por medio de
inversiones priorizadas, de conjunto permiten que se pueda ganar ese 2,2% del
PIB en un período estimado hasta 2030, de acuerdo con los modelos
económicos que surgen del documento de asistencia técnica de Valoremos el
Agua”.
El
reporte destaca que el agua cumple un rol fundamental para
el desarrollo sostenible e inclusivo de la Argentina y
para sectores económicos estratégicos, y detalla que en el caso
de la agricultura, “el 26% de la energía proviene de fuentes hidroeléctricas,
más del 50% de la demanda industrial proviene de sectores con alta dependencia
al agua (alimentos, bebidas, productos químicos), y el 84% de las exportaciones
salen por el agua, es decir, por la Hidrovía Paraná-Paraguay”.
Además,
resaltan desde la institución que tiene un impacto en la salud y
educación, dado que “la falta de acceso a servicios seguros de agua y
saneamiento de 7,5 y 21 millones de personas respectivamente (17 y 48% de la
población total respectivamente) tiene impacto económico estimado de 1,32% del
PIB: la población sin acceso a agua de red tiene que pagar hasta un 460% más
por agua segura (embotellada) de lo que pagaría en la factura del agua si
estuviese conectada a la red, y en las zonas rurales, la exposición a fuentes
inseguras entre las poblaciones aisladas da como resultado la perpetuación de
las condiciones de vulnerabilidad y pobreza”.
Además,
fenómenos extremos como inundaciones y sequías resultan “las mayores amenazas
en el sector agropecuario, con impactos anuales medios de hasta u$s3.000
millones”.
En
tanto, a nivel ambiental, “Argentina tiene 5,6 millones de hectáreas de
humedales y 53,6 millones de hectáreas de bosques nativos, ambos ecosistemas
donde el agua cumple una vital importancia, muchos activos están bajo distintos
grados de amenaza”.
Finalmente,
desde el Banco Mundial aseguran que además de “ser necesarias
mejoras en el sistema de gestión del agua para que las medidas sean
sostenibles, las inversiones requeridas en seguridad hídrica (infraestructura
de riego, cobertura de agua potable y saneamiento) podrían aumentar hasta en un
2,7% el PIB del país para el 2030, lo que en términos absolutos, significaría
u$s15 mil millones adicionales por año en valor agregado.
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