Sábado 19 - Los
importadores advirtieron hoy que “las restricciones a las compras externas
vigentes dificultan el normal abastecimiento para la producción, lo que podría
significar menores inversiones, exportaciones y menor crecimiento económico
para la Argentina”.
Por
este motivo, la Cámara de Importadores de la República Argentina se reunió ayer
con el Banco Central “para dialogar al respecto”.
“Esto
se debe a que las renovadas trabas oficiales para las importaciones generan un
aumento adicional de los precios y trabas para el crecimiento económico que
busca el propio Gobierno”, indicó la CIRA en un comunicado.
“El
Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso, en los primeros días
del mes de marzo y a través de la Comunicación “A” 7466, la asignación de una
categoría específica vinculada con la forma de acceder al mercado de cambios y
a la disponibilidad de divisas para ciertas importaciones. Tal como está
planteada la normativa, un crecimiento económico superior al esperado generaría
una mayor demanda de importaciones y el límite impuesto terminaría impactando
más temprana y negativamente en la producción y en el consumo”, indicó la
entidad que preside Oscar Pérez.
“Durante
el 2022 la demanda de compras externas se estima que será mayor debido a los
aumentos en los precios internacionales, que pueden contribuir al valor de las
exportaciones argentinas. Se requiere de un incremento del volumen de la
oferta exportable, que será posible si también se incrementan las importaciones
necesarias para producir”, advirtió la CIRA.
“La recuperación en curso de la actividad
económica en Argentina requiere de importaciones. El 41% de las importaciones
son bienes intermedios, el 35% bienes de capital y sus partes, el 9%
combustibles y el 14% bienes de consumo. Tomando el promedio de los últimos
seis meses, el rubro de bienes intermedios se incrementó 52% anual, seguido por
piezas y accesorios para bienes de capital (46%) y bienes de capital (33%)”,
precisó.
“En
este escenario, limitando el acceso al mercado de cambios con hasta 5% por
encima del valor de 2021, con un crecimiento del PBI esperado en torno al 3% y
con precios de los insumos aumentando fuertemente debido a los hechos en
Ucrania, es de esperar que se observe un impacto en la producción ya que los
insumos intermedios y los bienes de capital son los primeros rubros que
alcanzarían los límites”, aclaró.
Ante
este panorama, “ayer las autoridades de la CIRA y del BCRA se reunieron para
analizar y conversar sobre esta situación y la referida Comunicación “A” 7466.
A propósito de esta última, la CIRA expresó su preocupación respecto del
impacto negativo, en el corto y mediano plazo, sobre los planes de las
empresas, la producción, la actividad económica y el empleo en la Argentina. Un
importante canal de diálogo quedó abierto para darle seguimiento a los temas de
coyuntura y operativos, con el fin de minimizar el impacto y la incertidumbre
en las operaciones de comercio exterior”.
Frente
a la puesta en marcha semanas atrás de un sistema de controles adicionales para
las licencias automáticas, fuentes de una cámara industrial señalaron que “el
gran problema de la norma del Banco Central es que no solo frena el crecimiento
y genera un faltante de productos lo cual conlleva suba de precios o sea más
inflación”.
Cómo es la norma
Cabe
recordar que la entidad que preside Miguel Pesce dispuso su
incorporación al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), que
evalúa cada operación importadora y del que participan el ministerio de
Desarrollo Productivo y la AFIP. De este modo, el Banco Central asigna una
categoría a cada pedido para acceder a los dólares para pagar la importación.
Al
mismo tiempo, el BCRA también dispuso “mantener hasta fin de año las
condiciones de acceso al mercado aplicables a pagos de importaciones, la
conformidad previa para cursar pagos de endeudamientos financieros del exterior
con acreedores vinculados y las normas en materias de refinanciación de pasivos
externos”, o sea, todo el cuerpo normativo vigente para importar.
Pero
se agregó un paso más: el Banco Central asignó a cada SIMI una categoría,
A o B. En el primer caso, el importador recibe el mismo tratamiento que
tuvo hasta ahora; si se adjudica la categoría B, la importación de bienes
asociadas debe ser financiada como mínimo a un plazo de 180 días corridos a
contar desde el registro del ingreso aduanero de los bienes a la Argentina.
El
BCRA habilitó el acceso al mercado de cambios a un importador para las SIMI
categoría A por el equivalente al menor de dos montos: el valor FOB de sus
importaciones de 2021 más un 5% o el valor FOB de sus importaciones de 2020 más
un 70%. Para los nuevos importadores, el límite se fijará en USD 50.000, al
igual que para aquellos que no hayan superado ese monto en base al cálculo
anterior.
Además,
las fuentes indicaron que esta decisión administrativa “toma como base el 2020
más un 70 por ciento o el 2021 más un 5%, lo que sea menor”.
“En el caso de la mayoría de las fábricas se
reactivaron en el 2021, porque 2020 fue un año de pandemia con muchos rubros
cerrados directamente y con mucho faltante de materias primas, más que por el
cambio de gobierno en 2019 y recién el año pasado se normalizan los cambios
industriales”, se enfatizó.
En
este sentido, indicaron que se ven afectados “todos los incentivos para la
fabricación nacional con la ampliación de licencias no automáticas”
“Todas
las fábricas tiene la base del 2020 muy abajo y, por ende, en este 2022 van a
tener menos insumos e importación que el 2021, lo cual no solo no les permite
crecer si no por el contrario las paralizaría en breve, ya que muchas de ellas
recién inauguradas o puestas en marcha”, indicaron
Por
esta razón, se afirmó, “ya se están realizando muchísimos planteos desde las
cámaras industriales sobre este tema".
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