Por Florencia
Barragan - El Gobierno acordó con el FMI una “salida exportadora”, esto es, aumentar las exportaciones en cinco sectores estratégicos para sumar u$s25.000 millones
en la próxima década, para que no falten los dólares que el país necesita para
crecer. Sin embargo, se trata de una meta de “difícil” cumplimiento según
analistas, a la que debería arribarse en los próximos cinco años, para que haya
divisas para que no se frene el crecimiento.
En
el Memorando de Políticas Económicas y Financieras se establece que una de las
políticas para promover el crecimiento en el largo plazo será la “expansión de
las exportaciones”. Para cumplir esta meta, apuntan a dar “incentivos a
sectores estratégicos”, con un paquete de proyectos de ley que se encuentran en el Congreso.
De
aprobarse, las exportaciones podrían incrementarse en u$s25.000 millones en la próxima década, según estimaciones
oficiales. Se trata de cinco sectores a los que se les dará incentivos, baja
impositiva y estabilidad normativa: la economía del conocimiento,
hidrocarburos, agroindustria, minería y automotriz.
Escenario difícil
Argentina
necesitará dólares no solo para crecer y pagar los insumos necesarios para la
producción, sino también para acumular reservas, una de las tres metas pactadas
que de no cumplirse podrían hacer caer el acuerdo. Para poder alcanzar estos
objetivos, el país necesitará un promedio de exportaciones en torno a los u$s91.000 millones en el período 2022-2024, según
analizó el centro Cifra de la CTA.
Los
dólares se necesitarán para arribar al crecimiento de la economía estimado en
el programa, de al menos 3,5% en 2022, 2,5% en 2023 y 2,5% en 2024. Para eso,
el nivel de exportaciones debería superarse en 5% en 2022, y luego 13% en 2023,
y finalmente 10% en 2024. “Se trata de una meta difícil
de alcanzar, a menos que la dinámica de exportaciones se asemeje a la fuerte
expansión del período 2003-2008”, anticipó Cifra en el informe.
Con
esta necesidad de dólares, el incremento de 25.000 millones que espera el
programa para 2030 debería alcanzarse en la mitad de tiempo: en 2025, para
Cifra. Cabe señalar que se parte de un piso elevado: en 2021, las exportaciones treparon a casi u$s78.000 millones, el
dato más elevado desde 2012.
“El
nivel de exportaciones de 2021 no fue bajo. Elevarlo en u$s25.000 millones
implica un incremento de más del 30% en apenas cuatro años, lo cual no es
imposible, pero sí difícil”, afirmó a Ámbito Pablo Manzanelli, director de
Cifra. A favor, mencionó el escenario internacional en los precios de
exportación. “Habrá que ver si su efecto es duradero”, anticipó. En contra,
agregó que la política industrial no tiene “hasta el momento masa crítica para
consolidar ese proceso”.
Por
su parte, Anahí Rampanini, doctora en Desarrollo Económico, explicó que para
alcanzar el crecimiento de u$s25.000 millones anuales en una década, la suba
debería ser cercana al 3% anual. “No suena comprometedor en principio, pero
sería un error suponer que las exportaciones se mantendrán en montos tan
altos”, aseguró a Ámbito. Esto se debe a que en 2021 el índice de precios de
exportación se incrementó en 25% contra 2020, mientras que el índice de
cantidad lo hizo en 12%. “Hay un aumento real de las
cantidades, pero el mayor aumento se da por precio. Las cantidades exportadas
registradas fueron estables en el tiempo”, destacó.
De
cara al futuro de los precios internacionales, la investigadora del Conicet
anticipó: “Si bien es correcto suponer que este año se mantendrán altos debido
a la guerra, es muy probable en función a los ciclos económicos, si es que no
se genera una nueva catástrofe (climática, guerra o pandemia), que deberían
tener una tendencia a la baja”.
Manzanelli
mencionó las consecuencias de que no se cumpla con este salto exportador: “El perfil de vencimientos de la deuda que resultan de la
renegociación con los privados y el FMI van a limitar el crecimiento económico
por la incapacidad para importar”.
Escenario global
Además,
si bien el debate suele darse sobre la oferta local de la matriz argentina,
Rampanini aseguró que debería considerarse también la demanda global:
“Exceptuando economía del conocimiento, el resto de los sectores a propiciar
parecen olvidar los cambios en los patrones de consumo que se
están evidenciando en el mundo, y que están cambiando el marco normativo legal
en materia medio ambiental”, adelantó.
Como
ejemplo, mencionó el caso de Europa, que está por implementar en los próximos
años una batería de medidas que incluye el control satelital de las superficies
cultivadas: “Si en un terreno que hoy se cultiva soja antes había un humedal,
Europa nos aplicará restricciones a dichos productos. Por lo cual, el desafío
de la exportación requiere también de una correcta lectura de los
cambios en los patrones de comercio mundial, frente a un mundo donde el
comercio se cierra”.
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