En
espejo a lo sucedido la semana pasada en la Cámara de Diputados, donde Máximo Kirchner encabezó las
huestes de resistencia al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en
el Senado los
legisladores de La Cámpora y los referenciados en Cristina
Fernández de Kirchner votaron negativamente.
Los
trece votos en contra fueron de los camporistas Mariano Recalde, María Eugenia
Duré, Anabel Fernández Sagasti y Matías Rodríguez; los ultrakirchneristas Oscar
Parrilli y Juliana Di Tullio; además de los puntanos María Eugenia Catalfamo y
Adolfo Rodríguez Saá, el rionegrino Martín Doñate, la salteña Nora del Valle
Giménez, la santacruceña Ana María Ianni; la chaqueña María Inés Pilatti
Vergara y el jujeño Guillermo Snopek.
Un
párrafo aparte merece el voto negativo de Rodríguez Saá, que ya esa decisión no
estaba en los papeles de nadie.
A
estos trece rechazos hay que sumarle las dos abstenciones de la rionegrina
Silvina García Larraburu y la neuquina Silvia Sapag (la tercera abstención fue
de Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino), con lo cual totalizan 15
los votos "no positivos" del Frente de Todos.
No
obstante, fueron 20 los votos oficialistas a favor del proyecto, empezando por
el jefe de la bancada, el formoseño José Mayans, pasando por otros legisladores
de relieve como el tucumano Pablo Yedlin y el misionero Maurice Closs.
En
un documento que difundieron a la prensa, los senadores kirchneristas que
votaron en contra explicaron los motivos detrás de esa decisión.
Según
evaluaron, los compromisos que asumirá el Gobierno con el FMI son de improbable
cumplimiento y atentan "contra el crecimiento económico" del país.
"A
pesar de nuestra voluntad de honrar las deudas, sabemos que ajustar a los
sectores de ingresos medios y bajos es por definición contraproducentes con los
propios objetivos de crecimiento económico", concluyeron los legisladores
de La Cámpora y del kirchnerismo, que optaron por no seguir la línea bajada por
la Casa Rosada.
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