Si
el clima acompaña, la próxima cosecha podría alcanzar 130 millones de
toneladas. (Télam)
Un
nuevo capítulo en el conflicto que mantiene el campo y el Gobierno se encuentra
a punto de comenzar y, otra vez, las retenciones son el disparador del
enfrentamiento. La inminencia de la suba en los derechos de exportación de
aceite y harina de soja para poder financiar un fondo especial para subsidiar
el precio de la harina de trigo puso en alerta al campo, que no está dispuesto
a que se aumente la carga tributaria hacia sus producciones.
Ahora
bien, el Gobierno pretende con esta suba de dos puntos porcentuales en la
alícuota de estos subproductos, que pasarían a tributar el 33%, alcanzar una
recaudación extra entre USD 420 y USD 430 millones, según cálculos privados,
pero por el solo hecho de la suba de los precios internacionales de la
mano de la guerra entre Rusia y Ucrania, el Estado percibiría retenciones por
USD 2.000 millones más a lo estimado solo un mes atrás.
Según
un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) por la escalada en los
valores de los commodities de las últimas semanas, se espera que durante 2022
ingresen en concepto de derechos de exportación un total de USD 11.320
millones, unos USD 2.009 millones más que los previsto en febrero. De
concretarse tal guarismo, el salto interanual se ubicaría en el 25%.
De
este total, nada desdeñable si se tiene en cuenta la severa crisis económica
que atraviesa nuestro país, la gran mayoría es aportada por el complejo sojero,
justo el rubro donde el Gobierno quiere sumar presión tributaria. Así, la BCR
estimó que la suba de los precios FOB de exportación de la harina y el aceite
de soja, considerando “los grandes volúmenes de mercadería que restan declarar
de la inminente campaña 2021/22″, darían lugar a la percepción de más de USD
10.000 millones este año.
Foto
de archivo ilustrativa de un camión cargado con soja en un campo en Porto
Nacional, en el estado brasileño de Tocantins Mar 24, 2018. REUTERS/Roberto
Samora
No
obstante, con la medida de suba de retenciones en puerta, que según la
entidad bursátil “impactará negativamente en la competitividad de la industria
oleaginosa nacional y que reducirá la capacidad de pago de esta al productor”,
se logrará un aumento en la recaudación “limitado”, que totalizarían en USD 432
millones, apenas 4% superior al aporte estimado originalmente con las alícuotas
vigentes.
Exportaciones
Por
supuesto que la suba de los precios internacionales de los granos y subproductos
representarán mayores ingresos para el sector y el país. Si se suman al
incremento en los valores de los productos energéticos también, Argentina
podría embarcar durante 2022 el equivalente a USD 84.841 millones en total, de
los cuales la agroindustria haría un aporte récord de USD 38.635 millones.
De
concretarse esta nueva previsión por parte de la Bolsa rosarina, superaría a lo
exportado por parte del agro el año pasado en USD 828 millones. Esta nueva suba
en las expectativas tiene lugar en un contexto donde la guerra entre Rusia y
Ucrania “sigue apuntalando la incertidumbre respecto a los embarques desde el
Mar Negro y la producción agropecuaria en Ucrania”.
En
este marco, las cosechas de trigo y maíz disponen de ventas externas que ya
superan el 90% del volumen de equilibrio establecido por el Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca, por lo que “no se espera un fuerte salto en el
valor de las exportaciones de estos dos productos por la suba de precios
internacionales, aunque una ampliación del volumen de equilibrio en un marco
alcista de precios internacionales redundaría en un repunte aún mayor para las
exportaciones”. Es por esto que la perspectiva gira hacia el complejo sojero.
Según
destacó la BCR, en las últimas tres semanas se anotaron cerca de 1 millón de
toneladas de aceite de soja y más de 2,3 millones de subproductos como harina y
pellets, aprovechando el auge alcista de los precios. Sin embargo, una
suba en las retenciones a los subproductos “condicionan las estimaciones preliminares
de exportación”, advirtió la entidad bursátil. Por caso, “un potencial
escenario de baja del 5% de los precios internacionales de la harina y el
aceite de soja, en un contexto de elevados precios internacionales sin
posibilidades de registrar ventas externas, redundaría en pérdidas de más de
USD 444 millones para el aceite y USD 601 millones para la harina”.
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