Por
Laura Serra - El Gobierno finalmente debió ceder a las demandas opositoras para
salvar en el Congreso el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En
una jornada cargada de reuniones y gestiones entre el presidente Alberto
Fernández; el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y los
representantes legislativos de Juntos por el Cambio, el oficialismo aceptó que
el proyecto solo contenga un artículo resolutivo que simplemente avala la
refinanciación de la deuda acordada por el Poder Ejecutivo con el Fondo, pero
eliminó el artículo que se vinculaba con los anexos que detallan las medidas a
adoptar para cumplir con el plan. Esta modificación implicó un revés político
muy fuerte para el ministro de Economía, Martín Guzmán (de viaje en Estados
Unidos), que había reclamado la aprobación sin cambios de la iniciativa.
Anoche,
el plenario de comisiones de Diputados aprobó el dictamen con las últimas
modificaciones y se definió que hoy será tratado en el recinto.
Tras
una jornada de ingentes negociaciones entre el presidente de la Cámara de
Diputados, Sergio Massa; el jefe del bloque de diputados oficialistas, Germán
Martínez, y los líderes de la oposición, finalmente hubo fumata: se acordó que
el proyecto de ley sobre el acuerdo con el FMI se limite a autorizar al Poder
Ejecutivo a realizar las operaciones de crédito público pactadas con el Fondo
Monetario Internacional para cancelar los vencimientos de la deuda de 44.500
millones de dólares contraída en 2018, durante la gestión de Mauricio Macri.
Tras
largos conciliábulos, el plenario de las comisiones de Presupuesto y de
Hacienda, presididas por los oficialistas Carlos Heller y Alicia Aparicio,
emitió el dictamen correspondiente sobre el filo de la medianoche. Se lo
discutirá hoy en el recinto, a partir de las 14.
El
principal artículo, el primero, establece lo siguiente: “Apruébanse, de acuerdo
con lo estipulado en el artículo 75 inciso 7 de la Constitución Nacional y en
los términos del artículo 2 de la ley 27.612, las operaciones de crédito
público contenidas en el “Programa de Facilidades Extendidas” a celebrarse entre
el Poder Ejecutivo Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la
cancelación del acuerdo stand-by oportunamente celebrado en 2018 y para apoyo
presupuestario”.
Tras
obtener el aval del presidente Alberto Fernández, el oficialismo accedió a los
planteos de la oposición: la nueva iniciativa no contemplará el memorándum de
entendimiento ni la carta de intención, por lo que quedará excluido el programa
económico que diseñó Martín Guzmán para cumplir con las metas pactadas. Los
distintos bloques opositores, incluso los más afines al Gobierno, no estaban
dispuestos a avalarlo por considerar que no es una atribución del Congreso,
sino del Poder Ejecutivo.
El
rechazo también tiene motivaciones políticas: los opositores no están de
acuerdo con las medidas incluidas en el programa económico de Guzmán. Dicho
programa incluye una senda de reducción del déficit fiscal llevándolo al 2,5%
del PBI en 2022, al 1,9% del PBI en 2023, y a 0,9% en 2024. Habría equilibrio
fiscal desde 2025 y superávit fiscal de 1,25% del PBI desde entonces.
Para
cumplir con estas metas, que van unidas a una reducción de la emisión
monetaria, el Ministerio de Economía se compromete a instrumentar una serie de
medidas que, a juicio de la oposición, son inconsistentes y devendrían en una suba
de impuestos y tarifas.
Reticencia
de Guzmán
Hasta
último momento, el ministro de Economía insistió en que el proyecto debía
aprobarse de manera integral, con su programa económico incluido, pero su
prédica no tuvo éxito. Massa, con el aval del presidente Fernández, le torció
el brazo en pos de un objetivo superior: exhibir en la Cámara de Diputados una
primera postal de respaldo contundente y mayoritario al acuerdo pactado con el
FMI para dirigirla no solo al Fondo –cuyo directorio aún debe aprobar el
entendimiento–, sino también al Senado. Allí, cobijados bajo la tutela de
Cristina Kirchner, anidan reductos kirchneristas renuentes al entendimiento con
el Fondo.
Tras
la cumbre entre Massa y la oposición, se confirmó que hoy habrá sesión en la
Cámara de Diputados. Ahora el oficialismo espera que la iniciativa sea aprobada
por una amplia mayoría de los legisladores, aunque sigue pendiente el
pronunciamiento de los camporistas alineados con Máximo Kirchner.
“Tras
muchísimo esfuerzo, Juntos por el Cambio logró convencer de que el default
jamás podía ser una solución, que por ello es importante aprobar el
financiamiento del FMI, pero también sacar de la ley enviada por el Gobierno
cualquier aval a un programa económico. Somos oposición responsable”, expresó Negri.
Con
el aval del Presidente, Massa retornó por la tarde a su despacho de la Cámara
de Diputados, donde recibió al diputado de Pro y vicepresidente de la Comisión
de Presupuesto, Luciano Laspina, designado por sus pares de Juntos por el
Cambio para negociar la letra fina del nuevo articulado.
Las
negociaciones fueron febriles. Cada palabra era medida con la meticulosidad de
un orfebre. Tras una hora de reunión, el santafesino subió raudo al segundo
piso del Palacio del Congreso, donde lo esperaban, expectantes, los jefes de
los bloques que componen la coalición opositora: Mario Negri (UCR), Cristian
Ritondo (Pro), Juan Manuel López (Coalición Cívica), Margarita Stolbizer
(Encuentro Federal), Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) y Alejandro
Cacace (Evolución Radical).
Mientras
tanto, en su despacho, el presidente de la Cámara de Diputados se entrevistaba
con el jefe del interbloque Federal, Alejandro “Topo” Rodríguez. El lavagnista
le entregó la propuesta que había elaborado su bancada y que iba en una línea
similar a la de Juntos por el Cambio. En buen romance, proponía autorizar al
Poder Ejecutivo a refinanciar la deuda existente entre nuestro país con el FMI,
sin incluir el programa económico de Guzmán.
“Nos
quieren hacer cómplices del programa económico del que no estamos de acuerdo.
Incluye, entre otras cosas, aumentos de impuestos y de tarifas. No los vamos a
avalar sin una previa discusión”, enfatizó Florencio Randazzo, miembro del
interbloque, durante una conferencia de prensa en la que participaron, además,
la diputada Graciela Camaño, el socialista Enrique Estévez y el cordobés Carlos
Gutiérrez.
A
esa altura de la jornada, Massa ya tenía el cuadro completo de la situación. Ni
siquiera el bloque más cercano al oficialismo, el interbloque Provincias Unidas
que conduce el rionegrino Luis Di Giacomo, estaba dispuesto a avalar con su
voto el programa económico de Guzmán contenido en los anexos del acuerdo; sólo
respaldarían el refinanciamiento de la deuda, y así lo explicitaron en una
propuesta que le elevaron a Massa.
Las
negociaciones llegaron finalmente a buen puerto. De aprobarse el dictamen, la
amenaza del default quedará atrás.ß
|