El
Congreso tendrá, en las próximas 72 horas, una definición trascendental sobre
el futuro de la economía. En medio de una fuerte puja con la oposición, el
oficialismo activó múltiples negociaciones con los bloques en Diputados, la
Casa Rosada y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para destrabar la
aprobación del acuerdo que el kirchnerismo firmó con la entidad que comanda
Kristalina Georgieva.
Ayer,
el plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda; y de Finanzas de la
Cámara baja escuchó la defensa que hicieron empresarios, gobernadores y
sindicatos al entendimiento con el FMI. Sin embargo, lo más importante no
ocurrió en el Anexo de Diputados, sino en el Palacio Legislativo. Allí, la
oposición de Juntos por el Cambio y
otras bancadas se reunieron con Sergio Massa y
deslizaron la incomodidad de votar el programa de medidas de ajuste que implica
el acuerdo en cuestión.
Lo
que piden desde el macrismo y otros sectores es separar el aval al
endeudamiento de dicho programa, que es potestad única del Ejecutivo. Es por
ello que Massa activó frenéticos cónclaves con los legisladores, la Casa
Rosada, Economía y Washington para pensar en soluciones alternativas al
articulado que presentó el Gobierno, siempre bajo la mirada final de la
secretaria de Legal y Técnica de Presidencia, Vilma Ibarra.
En
las próximas horas, el plenario de comisiones abrirá el debate para los
legisladores y se buscará un dictamen de mayoría. Ante las negociaciones en
curso, la firma de un despacho podría demorarse 24 horas y, en ese caso, la
sesión pasaría -en principio- de jueves a viernes. “Estamos haciendo todo lo
posible para consensuar. Hay que dejar de lado algunas declaraciones que no
ayudan y sentarse, proponer, conceder y votarlo”, manifestaron anoche desde el
oficialismo a Ámbito.
Hoy
continuarán las consultas. En caso de no llegar a un entendimiento entre el
oficialismo y la oposición, el Frente de Todos avanzaría con un dictamen propio
que avala la iniciativa, mientras que Juntos por el Cambio presentará un
despacho que sólo dará luz verde al financiamiento. De allí la preocupación a
que las medidas de Guzmán queden rechazadas. Más allá de este trajín, el
problema principal no estaría en la Cámara baja, sino en el Senado, donde las
abstenciones no cuentan para el quorum. Pero el panorama comienza a
complicarse.
Durante
la mañana de hoy, el macrismo hará una reunión de la mesa chica del interbloque
para elaborar una vía alternativa para mostrarle a Massa, mientras que por la
tarde habrá un cónclave virtual de la mesa nacional del macrismo. Todas las
miradas estarán depositadas allí y en un eventual acercamiento entre las
posturas del kirchnerismo y la oposición. Mientras tanto, el Senado continúa en
silencio y hoy se limitará a conformar la comisión de Justicia.
Defensas
Quienes
blindaron ayer el acuerdo fueron gobernadores, sindicatos y empresarios. Por
caso, el mandatario jujeño, Gerardo Morales (UCR), señaló: “De acá tenemos que
salir con la ley, con la aprobación del acuerdo para impedir el default porque
cuando se complica la economía los que se joden son los más pobres”.
Morales
luego dijo: “No me voy a inscribir en la grieta de la que hemos formado parte
todos y de las que aún siguen formando parte sectores radicalizados tanto del
Frente de Todos como de Juntos por el Cambio, que no le sirve a nadie. La gente
está harta porque no ve una reacción desde la política que tenga que ver con
resolver los problemas de la gente”.
En
tanto, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT),
Héctor Daer, aseguró que el entendimiento “es el mejor que se podía llegar para
no caer en default”. No obstante, detalló: “No hay acuerdo con el FMI que se
pueda festejar, esto es salir de la tragedia, es encontrar un punto de partida
de proyección”. También expresó que el proyecto es el primero “en la historia
de las discusiones del FMI que no se hace sobre el lomo de los derechos de los
trabajadores y la seguridad social”.
Por
su parte, el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, sostuvo: “Apoyamos
fuertemente este acuerdo que, leyendo lo que se denomina la letra chica, es
realmente muy positivo para el país. Nos permite tomar tiempo para mejorar
nuestras deudas fiscales, la situación de la gran cantidad de argentinos que
pasan hambre, pero nada podría hacerse sin un plan económico real y verdadero”.
Quienes sí se opusieron fueron referentes sociales y de organizaciones
piqueteras más cercanas al cristinismo.
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