Por Liliana
Franco - El anuncio del acuerdo con el FMI y el fuerte
incremento en los precios de las materias primas apuntan a traer mayor
tranquilidad al mercado cambiario con el dólar,
según señalan los operadores. Ello es así no sólo porque el entendimiento con
el Fondo (una vez aprobado por el Congreso y por el Directorio del organismo)
implicará la refinanciación de la deuda, sino también desembolsos netos
reforzados por el financiamiento de los organismos internacionales.
Cuando
se concrete el acuerdo, el FMI le girará al país financiamiento neto por 3.500
millones de dólares, a
los que se agregarían 2.600 millones de endeudamiento neto con otros organismos
internacionales, por lo que el efecto sobre las reservas
internacionales llegaría a 6.100 millones de dólares.
El
dato que el ministro Martín Guzmán confirmó ante la Comisión de los Diputados
este lunes es que, tras la firma del acuerdo, el FMI desembolsaría
inmediatamente casi 10.000 millones de dólares, una cifra que daría respiro a
las reservas del Banco Central en momentos en que los cálculos privados estiman
que actualmente los activos netos son negativos en unos 500 millones de
dólares.
Generoso
Entre
los economistas tiende a primar la idea que con este acuerdo la Argentina logró
evitar las medidas de “ajustes brutales” que antaño exigía el Fondo.
Es
un acuerdo “generoso” señala un informe de Cohen para sus clientes y agrega que
“superó nuestras expectativas, dada la laxitud de las metas establecidas y la
falta de compromiso para con reformas estructurales”.
Otro
aspecto importante es que, si bien se prevé una reducción de la inflación, el
acuerdo no incluye targets en esta
materia. “Antes el FMI era más exigente con la inflación”, recuerda un
exnegociador de la deuda argentina.
El
organismo contaba con un menú de tres posibilidades – control de tipo de
cambio, agregados monetarios o metas de inflación – para anclar la suba de los
precios, pero, explica, “en los últimos años el Fondo
se tornó más flexible, dio más libertad a los países para que fijen sus
políticas y por eso aceptó que la Argentina presente un rango de inflación de
38 a 48% para este año”.
Este
dato no es menor. Los especialistas señalan que dada la indexación que abarca
buena parte del gasto público – particularmente las erogaciones previsionales
– una desaceleración brusca de la inflación llevaría a una expansión
insostenible de estos gastos.
Dudas
Sin
embargo, uno de los aspectos que los economistas ponen en duda es la
posibilidad de lograr la reducción del déficit a partir del ajuste tarifario
anunciado por el gobierno.
Cabe
recordar que el Memorando de entendimiento contempla mantener un piso del gasto
social y considera que el gasto de capital será un pilar del programa,
previendo un crecimiento desde 1,4% del PIB en 2021 a 2% en 2022.
El
único rubro del gasto primario para el cual se prevé una reducción en 2022 son
los subsidios a la energía, que deberían bajar en el equivalente de 0,6% del
PIB en el año (de 2,3% en 2021 a 1,7% en el año en curso).
Con
este propósito, el gobierno anunció una segmentación y una nueva fórmula de
actualización de las tarifas. La
segmentación contempla que el 10% de los consumidores con mayor capacidad de
pago dejen de recibir subsidios al gas y a la energía eléctrica.
En
cuanto a la fórmula de actualización, para los usuarios residenciales la tarifa
se actualizará en función de la evolución del salario privado. Para los
beneficiarios de la tarifa social aumentaría 40% de la suba del coeficiente de
variación salarial y para el resto de los usuarios el porcentaje de incremento
sería equivalente al 80% de la dicha variación.
Esto significaría un aumento de 200% para el 10% de mayor capacidad de
pago, 21% para los usuarios que reciben tarifa social y 42% para el resto de
los usuarios, de acuerdo con los cálculos de pxq.
Un
número
Justamente
en el debate en el Congreso, el diputado del PRO, Martín
Tetaz mantuvo un entredicho con el ministro de Economía porque no
le daba un ejemplo de cuánto aumentaría la factura de luz a los usuarios que no
contaran con subsidios.
Tetaz: “Decime un
número. ¿No me podés decir un número?
Guzmán: “Depende del costo de
la energía… no sé a cuanto estará el GNL en junio” … La falta de respuesta del
ministro desató un griterío de legisladores pidiendo “un ejemplo, a hoy cuanto
pagaría su factura al que le eliminan los subsidios” mientras Carlos Heller intentaba poner orden.
El
ministro Guzmán también negó que el aumento de tarifas vaya a significar “un
tarifazo” como lo acusó el diputado Nicolás del Caño. “No se
trata de un tarifazo, pues las tarifas serán menores en términos reales
respecto del alza salarial”.
La
consultora que dirige el economista Emanuel Álvarez Agis advierte
que el cálculo del escenario base del memorando se basa en que el costo
mayorista de la energía se mantendría constante en términos reales durante 2022, “lo cual parecía difícil dado el escenario de precios
internacionales previo al conflicto entre Rusia y Ucrania y se volvió
prácticamente imposible en el contexto actual”.
Por
esta razón explica que, si no se alcanzara este 0,6% de ahorro debido a un
incremento del costo de la energía, se tienen que buscar otras fuentes para
cumplir con la reducción del déficit primario.
Sin condicionalidades
Un
tema importante a tener en cuenta es que, si bien el programa contempla un
sendero de reducción del déficit fiscal primario, no hay dentro de las metas
cuantitativas ninguna condicionalidad que se base en cómo transitar este
sendero.
En
consecuencia, en las revisiones el FMI sólo será
determinante que se cumpla el objetivo de déficit primario -2,5% del PBI para
el año en curso, lo que supone una reducción de medio punto-, sin importar para
la aprobación de los desembolsos cómo se llega a ese resultado. Por
esta razón, el acuerdo no tiene una “meta”, acerca de cuánto deben subir, por
ejemplo, las tarifas de los servicios públicos.
De
acuerdo con la visión de pxq, dado que el Gobierno se fijó como meta que el
gasto crezca en términos reales (una vez excluido el gasto COVID19), se puede
pensar que el crecimiento real de la economía puede ayudar a bajar el déficit
en términos del PIB.
Si
el gasto en prestaciones sociales más las transferencias a las provincias y las
universidades (junto con otras transferencias) creciera 1% real con el PIB creciendo
4% (el consenso de los economistas prevé algo menos, 3%) habría un ahorro de
0,4% en términos del producto. “Si, a su vez, se logra algún incremento de
ingresos se podría alcanzar el 0,6% para cumplir el objetivo del FMI en caso de
que no se lograra ahorro por el lado de los subsidios” sostiene.
Cumplible
En
la opinión de esta consultora el acuerdo con el FMI es
"cumplible”. Al respecto señala que, en materia de reservas
internacionales, casi la totalidad del incremento pautado para
2022 será aportado por el FMI. De esa manera, la meta no requiere de una
determinada dinámica del mercado de cambios, sino de poco más que se concrete
el primer desembolso del FMI y que el control de cambios haga el resto.
Y
en lo que se refiere a la meta de déficit fiscal, estima que “el gasto de capital será el responsable de hacer el ajuste que no
hagan los subsidios”, es decir sacrificando obra pública.
Sin
embargo, otros análisis advierten que algunas metas serán difíciles de
cumplir. “La reducción de la asistencia monetaria es consistente con una
mayor consolidación fiscal, pero implica una mayor acumulación de deuda a una
tasa que debería ser positiva en términos reales, generando preocupación
especialmente en cuanto a la estructura de vencimientos que genera para el
mediano plazo” advierte un informe de Ecolatina.
Cabe
recordar que el financiamiento del Banco Central al Tesoro llegó a casi 4
puntos del PBI y este año deberá reducirse a 1%, de donde llevaría a que otras
fuentes de financiamiento aporten 2,5 puntos.
En
síntesis, el acuerdo con el FMI no deja muy conforme ni a vastos sectores de la
coalición gobernante ni a la oposición.
Tiene
el costo de un control trimestral, pero sin un programa que ataque los
problemas estructurales de la macroeconomía argentina, señalan los críticos.
El
ministro de Economía repite que es el “mejor acuerdo posible” y, en realidad,
respecto al nivel de exigencias que suelen tener los programas del FMI, el
organismo y Estados Unidos en particular tuvieron en cuenta razones
geopolíticas para llegar a un entendimiento.
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