Por Pilar Wolffelt - Uno de los temas que más
expectativas generaba en el mercado respecto de la letra chica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI ) era cómo se
haría efectiva finalmente la nueva política cambiaria que prevé una aceleración
del ritmo de microdevaluaciones diarias (crawling-peg) del dólar mayorista oficial que
lleva adelante el Gobierno. La presentación ante el Congreso del programa al
que se llegó con el organismo comienza a despejar las dudas al respecto: según
informó el Ministerio de Economía,
"no habrá ningún salto cambiario" y el objetivo es calibrar la
gestión del tipo de cambio "para garantizar la competitividad a
mediano plazo".
Así,
anticiparon que "la tasa de ajuste mantendrá el tipo de cambio oficial en
2022". Y, para lograrlo, se estableció que el dólar seguirá la evolución de los precios de la economía:
"si la inflación es
tanto, el tipo de cambio subirá parecido", indicaron.
Tal
como lo había informado el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Ángel Pesce, en la 27° Conferencia de
la Unión Industrial Argentina (UIA) del año pasado, la política monetaria que viene
se afianzará sobre la base de un monitoreo constante del proceso inflacionario.
Por
otro lado, se dejó en claro que esta política irá acompañada de una búsqueda de
mejoramiento del financiamiento del Tesoro con el fin de evitar que la emisión
monetaria presione sobre el dólar.
Dólar versus inflación: qué pasará este año
En línea con lo que se
negoció con el FMI, todo indicaría que el dólar oficial
acompañará, en la medida de lo posible, los índices mensuales de suba de precios con el fin de esta
política es evitar un salto
devaluatorio, una medida que sería muy dañina para la economía hogareña
de los argentinos porque tendría un efecto inmediato al alza en inflación ya
que, en su último informe anual sobre Regímenes de Tipo de Cambio y
restricciones cambiarias, el organismo marcó un punto de quiebre en la
Argentina en agosto de 2019, cuando abandonando un régimen de flotación para
pasar a ‘otro tipo de administración’, como es el control de cambios.
Sin
embargo, hasta ahora la aceleración del crawling-peg anticipada no se viene corroborando en los
hechos, ya que, tras un tímido ajuste en diciembre, cuando el Banco Central
devaluó en un nivel del 1,3%, en
enero, se elevó un poco más el ritmo y la divisa estadounidense se apreció en
torno al 2,2%, mientras que, en el segundo mes de 2022, el ritmo fue del
2,3%. Así, el dólar mayorista oficial terminó diciembre de 2021 a
$102,74 y llegó en febrero a los $107,50 (y en marzo ya superó los $108).
Con
una inflación del 7,9% en los dos primeros meses del año, la devaluación fue
del 4,6%. "¿Dónde está la competitividad?", se pregunta con esos
datos el consultor económico Salvador Di Stefano. Recuerda que el año pasado
tuvimos 50,9% de inflación contra 22% de devaluación y advierte que, si bien el
mercado dice que va a haber una devaluación de alrededor del 4% mensual,
"lo concreto es todo indica que no se está acelerando el tipo de
cambio", al menos por el momento.
Aceleración del crawling-peg:
las tasas ¿un primer paso?
Sin embargo, en el último
tiempo, el BCRA está preparando el terreno para seguir aumentando el
ritmo devaluatorio en los próximos meses. Un signo claro de eso es la medida
que tomó el 17 de febrero pasado, en sintonía con lo que le venía pidiendo el mercado y el Fondo y como reflejo de la
evolución de la inflación, de aumentar las tasas de política monetaria. Así, el nuevo
piso se elevó a 41,5% anual para
las colocaciones a 30 días, lo que representa un rendimiento de 50,4% de tasa efectiva anual
(TEA), mientras que, para el resto de los depositantes del sistema financiero,
la tasa mínima garantizada se establece en 39,5%, lo que representa una TEA del 47,5%.
Se
trata de la segunda suba de
la tasa de interés que implementa el BCRA en lo que va de 2022, luego del aumento que había
realizado el 6 de enero pasado. En esa ocasión, la tasa mínima para los
depósitos a plazo fijo tradicionales se había pautado en el 39% anual (TNA), mientras que la
TEA era del 46,8%.
Los
analistas coinciden en señalar que, con este nuevo ajuste, el rendimiento de
los plazos fijos para personas humanas se alinea con las expectativas de
inflación anual y se vuelven más atractivo para los ahorristas apostar a ese
tipo de inversiones, aunque consideran que aún falta para llegar a niveles realmente positivos. Y es que mantener este camino
serviría para tentar a los ahorristas para quedarse en pesos. Incluso, en el
oficialismo, algunos señalan que el alza de la tasa de interés podría ser una
clave esencial para lograr una reducción de la brecha cambiaria.
Y
pareciera que le está dando resultado porque en el último tiempo el dólar blue
y los financieros bajaron fuertemente y la brecha de redujo. Sin embargo, la
lógica indica que el movimiento de tasas debe efectuarse en simultáneo con la
aceleración del crawling-peg,
que también debería evolucionar al ritmo de la inflación.
Inflación: ¿la zanahoria del dólar oficial?
El
pronóstico de las consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el BCRA indica que, para
diciembre de 2022, se
ubique en $154,37, un nivel de depreciación anual que aún no se ve en los
hechos.
El
tema es que en el mercado advierten que el actual retraso del crawling-peg en relación a la inflación no podrá perdurar
mucho tiempo y esto se debe a que las reservas netas (estimadas en unos u$1.200 millones por estos
días) no alcanzan para sostener el ritmo de devaluación actual, lo que está
forzando al Gobierno a encarar un cambio en su política monetaria. Esta
estrategia se asimila a lo que sucedió con el acuerdo que firmo en FMI con Angola en 2018, donde
también existía una brecha
cambiaria amplia y se tomó un camino similar.
Pero
hace tres meses que el Gobierno viene diciendo que va a ir en ese sentido y no
lo hace y Di Stefano señala que la curva de contratos de dólar futuro marca un
3% de devaluación para marzo.
"¿No
será que el BCRA está
esperando el momento de la liquidación fuerte de la cosecha, cuando le entren
dólares y los Derechos Especiales de Giro para acelerar la evolución del tipo
de cambio?", apunta una fuente del mercado.
Crawling-peg: qué efecto tendrá en el dolar
blue
Hay que tener en cuenta que,
tal como advierte el economista Federico Glustein, un incremento
del crawling-peg afectará los tipos de cambio alternativos. Así,
explica que, si el ritmo se ajusta por sobre la inflación mensual, como señal de depreciación
constante del tipo de cambio, la demanda de dólares blue y los financieros estarían supeditados a las
expectativas en torno a los ingresos por exportaciones y el resultado de la
balanza comercial.
"Es
decir que, si sube el tipo de cambio oficial e ingresan muchos dólares,
probablemente se estabilicen los
alternativos", resume. En tanto que señala que, si el tipo de
cambio oficial sigue aumentando menos que la inflación como hasta ahora,
es esperable que "las cotizaciones de los dólares alternativos, se
apreciarán".
Esto
respondería a que el oficial seguiría muy por debajo de un valor apetecible
para el mercado, crecería la expectativa devaluatoria y habría más demanda en
el mercado de cambios (MULC) por estar barato. De hecho, en los últimos meses
creció la cantidad de compradores de dólar ahorro fuertemente y en enero
llegaron al millón de personas.
Dólar oficial: la brecha, variable clave
El
punto está en que todos los ojos están puestos en la manera en que el la
aceleración del crawling-peg pueda
ayudar a descomprimir la brecha entre el dólar oficial ($108) y los financieros (con un MEP a $197,5 y
un CCL a $201,4) y el blue (a $201), que, tal como advierte el director de
Analytica, Claudio Caprarulo, aunque han bajado un poco en los últimos días,
aún están aún muy altas.
"Pasamos
la peor etapa de cobertura, que fue la previa a las elecciones de noviembre de
2021, y ahora estamos en una mejor situación porque hay acuerdo con el Fondo,
que lo más probable es que se termine aprobando en el Congreso", anticipa.
De
todas formas, advierte que "seguimos teniendo un cepo cambiario que pone ciertos
límites que la brecha no va a poder
romper, principalmente porque la inflación se mantiene en niveles altos y,
en consecuencia, la demanda de dólares se sostiene".
En
ese contexto, el economista de EcoGo, Lucio Garay Méndez, opina que
"podemos llegar a ver que, en los próximos meses, los dólares financieros y el blue lateralicen en los valores
actuales, mientras el oficial se
moverá a un ritmo mucho mayor". Pero advierte que, recién cuando se
efectivice la aceleración del crawling-peg y
la evolución del tipo de cambio oficial se empareje con la inflación, se podría
llegar a descomprimir parcialmente la brecha.
Evolución del dólar: en definitiva, ¿qué esperar?
Los
analistas prevén que es esperable que siga acelerando el ritmo de depreciación
y advierten que el éxito de la estrategia dependerá, en gran medida, de cómo
evolucione la liquidación del sector agroexportador este año 2022 y de cómo se
defina la letra chica con el FMI.
Lo concreto es que lo
que deberá poner en marcha el Gobierno será lo que se acordó finalmente con el
organismo. En resumen, tal como señala el economista jefe de la Fundación
de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), Nicolás Zeolla, "el actual contexto de
incertidumbre financiera tiene como trasfondo el tratamiento en el Congreso del
acuerdo con el FMI".
Sostiene, en consecuencia que, aunque el acuerdo "aclara el panorama", el contexto aún es de
negociación y todavía falta el debate político en el Congreso.
En
consecuencia, la resolución de ese escenario será definitiva para el desempeño
que pueda llegar a tener el mercado cambiario en los próximos meses, tanto por
expectativa como por las políticas cambiarias que se acordaron con el FMI.
Pero eso no terminará con los
problemas para el dólar porque Caprarulo advierte que, en cada
revisión trimestral que llevará adelante el FMI, podemos estar discutiendo
si va a haber default o no y advierte que esa es una situación que meterá fuerte
presión sobre el mercado cambiario cada tres meses.
Todo indicaría que podríamos
ver la implementación de un crawling-peg más acelerado, que se ubique
entre el 3,5% y el 4% en los siguientes meses. Pero algunos
expertos señalan que hay que ver si eso es viable porque acelerar la tasa de depreciación
alienta la especulación en
la liquidación de las exportaciones y, por otro lado, el importador quiere
adelantar divisas antes.
Ese
es un doble juego peligroso para el equilibrio cambiario y, por ese motivo,
algunas fuentes oficiales indican que no hay que esperar una aceleración mayor,
por lo menos en el corto plazo.
|