Sábado 5 - Por Paula Urien - El presidente Alberto Fernández
hizo referencia a la importancia de las exportaciones ante la Asamblea
Legislativa: “Podemos alcanzar y superar los US$100.000 millones de
exportaciones sumando bienes y servicios”, expresó. El año 2021 cerró con un
total de exportaciones por US$77.934 millones e importaciones por US$63.184 millones.
El
récord de exportaciones solo de bienes en la Argentina se produjo en 2011,
cuando se hicieron envíos por US$82.961 millones.
Durante
su discurso, el Presidente afirmó que “en el mediano plazo podemos duplicar las
exportaciones de la Argentina. Necesitamos aumentar las exportaciones por vía
de una mayor producción, no con menos consumo interno”.
El
plan del Gobierno es que las exportaciones de bienes crezcan entre un 5% y un
13% con respecto a 2021. “En materia de servicios en 2021 se estiman unos
US$9000 millones y también se prevé una mejora para 2022. Por eso, sumando
bienes y servicios, existe la posibilidad de que este mismo año nos acerquemos
a los US$100.000 millones de exportaciones”, afirmó el primer mandatario.
Para
Marcelo Elizondo, este último punto no es una meta inalcanzable, ya que en 2021
las exportaciones de servicios estuvieron afectadas por la baja en el turismo.
“En condiciones normales, las ventas de la Argentina podrían estar en el orden
de US$90.000 millones. Las exportaciones de bienes, por su parte, tendrán
problemas, porque hubo importantes eventos climáticos que influyen en los
rindes”, asegura.
En
2021 la Argentina tuvo un golpe de suerte, con precios de exportación que
aumentaron más que los precios de las compras. Hay que tener en cuenta que el
70% de las exportaciones totales del país son bienes agroindustriales.
El problema laboral
Para
mejorar las exportaciones, depender de las commodities es riesgoso. La “fábrica
a cielo abierto” que es el campo argentino puede fallar, no solo aquí sino en
los países que compiten. Un fenómeno climático, como una seca en Estados
Unidos, eleva los precios de quienes compiten en el mismo rubro, pero sucede lo
contrario si luego llueve, por ejemplo. “Este año habrá precios altos por Ucrania,
pero cuando se vuelva a condiciones normales se cobrará menos por lo mismo”,
dice Elizondo.
Entonces,
queda poner el foco en otros productos que no dependen del clima para que haya
un aumento exponencial de las exportaciones y lleguen a duplicarse, como augura
el Presidente. Pero hay una traba importante: las condiciones del empleo, que
hacen que las empresas no quieran “agrandarse”.
Hay
más de 2 millones de desocupados en la Argentina (tomando como base la
población total) y un alto porcentaje de subocupados, según los últimos datos
del Indec. Pero el problema laboral va más allá, con casi 3 millones de
personas en la informalidad.
Juan
Luis Bour, economista senior de FIEL, explica que, para cumplir con un objetivo
de aumentar exponencialmente las exportaciones hay que tener políticas
macroeconómicas que las favorezcan. “Esto quiere decir, entre muchas otras
cosas, hacer tratados comerciales, algo que provoca resistencia en el Gobierno.
El único acuerdo formalizado es ampliar el swap con China, que es que te
presten plata para que les compres a ellos”, indica.
“Fernández
no se da cuenta de que el mundo cambia y la reforma laboral se produce todos
los días. Basta ver la cantidad de gente que trata de escaparse del sistema
argentino, como los freelancers”, dice. Se refiere a la exportación de
servicios del conocimiento, un rubro que, por ahora, está en su mayor parte
fuera del sistema laboral e impositivo de la Argentina.
“Hay
una reforma laboral en proceso facilitada por la brecha cambiaria del 100%. Lo
que hace la Argentina es poner trabas a la contratación de personas formales,
por eso crece el monotributista, la informalidad y el empleo público”, agrega
Bour. “El empleo privado asalariado formal está por debajo de 2019”, agrega.
Ordenar
la macroeconomía es la respuesta para exportar más, coinciden los
especialistas. “La Argentina pone énfasis en lo que no quiere hacer: no habrá
un ajuste cambiario, no está en el plan reformar el sistema impositivo; no baja
el gasto público. Si no se van a producir transformaciones, habría que pensar
qué va a cambiar después de 10 años de una economía que no crece”, analiza
Elizondo.
“Si
el país exporta más, habrá más empleo formal privado”, agrega Bour. Y sucede lo
mismo a la inversa, si se dan las condiciones para que el empleo crezca a
través de reformas que incentiven las contrataciones, habrá más empresas con
más trabajadores.
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