Lunes 28 - Por Andrés Lerner - La escalada bélica que
se desató a partir de la invasión rusa a territorio ucraniano trajo una serie
de consecuencias económicas que llenan de incertidumbre el escenario a corto
plazo. La suba de los precios internacionales de la energía, el previsible
menor ritmo de crecimiento mundial y la inestabilidad en el panorama financiero
podrían impactar de lleno en las metas que se acuerden con el Fondo Monetario
Internacional. Fuentes oficiales le adelantaron a este medio que, de cambiar
drásticamente las condiciones globales, se podría disparar una “cláusula
guerra” para revisar los supuestos del plan.
Uno
de los funcionarios al tanto de las negociaciones le dijo a Ámbito que, en el
documento definitivo que llegará al Congreso Nacional y al Directorio del FMI, habrá un apartado que
permitirá revisar las metas trazadas en caso de que la guerra entre Rusia y
Ucrania modifique de manera radical las variables económicas. En el borrador
del preacuerdo que circuló días atrás, el mecanismo ya aparecía pero ligado a
posibles rebrotes de la pandemia, al menor crecimiento de los socios comerciales
o a la caída de los precios internacionales de los productos que exporta
Argentina.
“Acomodar la incertidumbre con flexibilidad
adicional no solo sería viable, sino que sería deseable”, le dijo a Ámbito
Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el FMI. Y agregó: “Es muy
importante acordar un mecanismo de este tipo. De lo contrario podríamos ir de
waiver en waiver y eso generaría una fatiga política que podría acelerar el
descarrilamiento del programa”.
Uno
de los puntos que podría verse trastocado por el cambio en las condiciones
internacionales es el compromiso que asumió el Gobierno de reducir los
subsidios a la energía. La estrategia oficial apunta a segmentar esos
desembolsos hacia los sectores de menores recursos. Pero la disparada en el precio
internacional del GNL, que Argentina importa para abastecer la demanda en
invierno, enciende las alarmas. Los primeros relevamientos dan cuenta de una
suba que llevaría la cotización de 8 a 38 dólares el millón de BTU.
Según
pudo saber este medio, las cláusulas irán en ambos sentidos. Es decir, si
surgieran modificaciones drásticas en los precios internacionales que mejoren
la ecuación de la balanza comercial y de la recaudación, Argentina debería
sobrecumplir las metas previstas. Incluso, el borrador antes mencionado ya lo
había dejado en claro: “Si los ingresos reales del sector público nacional
fueran superiores a los programados, nos comprometemos a hacer uso de esa
oportunidad para virtuosamente reducir el déficit fiscal de forma acorde”.
Entre
Rusia y Ucrania suman el 78% del comercio mundial de aceite de girasol, el 28%
del comercio de trigo y el 19% del de maíz. De acuerdo a un análisis que
publicó la Bolsa de Cereales, “la posibilidad real de una restricción se
tradujo en un aumento de los precios, pero también en una elevada volatilidad
en estos mercados que reflejan el nivel de incertidumbre”. El panorama es
también alcista para los mercados de insumos agrícolas, con presiones tanto en
combustibles como en fertilizantes.
El
mismo informe señala que “en el corto plazo, el valor exportado por Argentina
podría incrementarse, como consecuencia del aumento de precios, en
aproximadamente u$s1.800 millones. Aunque el resultado estaría condicionado a
la captura de los actuales precios, y a las cantidades de granos producidas”.
En diálogo con Ámbito, Antonio Aracre, CEO de Syngenta, explicó que las lluvias
que se produjeron en los últimos días trajeron una leve mejoría a la cosecha
que venía afectada por la sequía, por lo que las pérdidas serán levemente
menores a las calculadas. “Este escenario, con una hipótesis de conflicto
prolongado en dos países de producción similar a la nuestra, abre oportunidades
de mercados nuevos en un momento de demanda agitada y precios óptimos”, explicó
Aracre.
En
cualquier caso, todos los cálculos están atados a un contexto cambiante. Luego
de jornadas con escaladas de precios que alcanzaron el 40% en un día y
derrumbes de la misma magnitud en las veinticuatro horas siguientes, parece
difícil que cualquier meta no contemple una revisión por modificaciones del
contexto. “No recuerdo un momento de tanta incertidumbre: pandemia y guerra. El
contexto es único y la incertidumbre, la mayor desde la creación del FMI”, así
definió el escenario actual Torres.
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