Ahorristas que se acercan a sus bancos para extraer dólares que tienen
depositados se encuentran en muchos casos con una sorpresa desagradable: las
ventanillas sólo entregan los indeseados billetes “cara chica”. La preferencia
de personas y empresas locales por billetes de dólar de emisiones más recientes
es un fenómeno que nació en el mercado informal del dólar, en el que cuevas y
financieras pagan menos por algunas versiones antiguas del billete
estadounidense alegando que tienen menos aceptación. Para los bancos, ahora,
eso se transformó en un problema porque a pesar de que valen lo mismo que
cualquier otro papel moneda estadounidense los clientes tienden a depositarlos
más además de rehusarse a aceptarlos cuando se los entregan.
Una cliente de una entidad de capitales extranjeros se acercó esta
mañana a una sucursal bancaria cercana a Santa Fe y Bonpland. Quería retirar
dólares de la cuenta donde los tiene ahorrados y la cajera encargada no opuso
ningún reparo. Sin embargo, cuando empezó a poner los dólares sobre el
escritorio la clienta le señaló que se trataba de billetes “cara chica”,
papeles de USD 100 impresos antes de 1996 que tienen la cara de Benjamin
Franklin más pequeña que en las versiones más recientes.
La clienta pidió billetes más nuevos y la cajera se negó.
“Tenemos medio millón de dólares
cara chica y hasta que no se termine esa cantidad no vamos a entregar otros”,
le respondieron, según contó la clienta a Infobae.
En otro banco céntrico, en este caso público, se vivió esta semana una
situación similar con otro cliente. En este caso, le entregaron billetes de
distintas familias de la historia de The Bureau of Engraving and
Printing, el organismo encargado de la impresión de billetes de los Estados
Unidos.
Según relató el cliente, el banco se negó a darle exclusivamente
billetes nuevos. Todas las emisiones, nuevas o antiguas, tienen el mismo valor.
Si el cliente prefiere no recibir alguno, puede pasar otro día.
Infobae consultó a bancos al respecto y, si bien voceros aseguraron
que no se trata de un problema de grandes dimensiones, sí aclararon que es una
situación que se repite en las cajas de sus sucursales.
“La gente suele ir al billete para atesorarlo y, en ese sentido, elegir
el billete más nuevo puede tener sentido por su mayor resistencia al paso del
tiempo. Además, en términos de medidas de seguridad los más nuevos son mucho
más avanzados. Pero el problema está que por algunas falsificaciones que
circularon en el mercado paralelo hace tiempo que las cuevas pagan menos por
billetes cara chica y ese problema se nos trasladó a nosotros”, dijeron desde
un banco de capital local.
Así lucen los billetes "cara chica". Se distinguen porque la
efigie de Benjamin Franklin es más pequeña que en los billetes más modernos
Según explicó un empleado de la Tesorería de la entidad, ante el avance
de la tendencia optaron por tratar de satisfacer los deseos de los clientes.
“Siempre que podemos exportamos billetes viejos e importamos nuevos, lo
que nos trae un costo, para evitar esto”, admitió.
Según explican en otra entidad, mientras tanto, es cierto que los
clientes tienden a depositar billetes viejos “cara chica” pero que a la hora de
retirar todo el mundo exige billetes más nuevos. A diferencia de su colega, en
este banco público dicen haber optado por otra alternativa.
“La diferencia de precio en el mercado informal es una cuestión
idiosincrática que no tiene mucho basamento. Lo cierto es que todos los
billetes de dólar valen lo mismo, circulan y son aceptados por la Reserva
Federal de Estados Unidos. Si alguien te está queriendo cobrar distinto es una avivada,
no hay nada que dificulte la diferencia”, dijo un funcionario de la entidad.
Para manejar los deseos de los clientes, en este caso, optaron por no
prestarles mucha atención.
“Se entregan los billetes que tenga en cada momento la sucursal. Lo
normal es que la caja tenga más de un tipo y no vamos a andar separándolos o
dando a elegir cuál es el favorito. Lo que te toca, te toca. Todo tiene curso
legal así que el banco cumple al entregar cualquier billete”, explicaron.
Lo cierto es que los billetes “cara chica” no tienen defecto alguno. La
Reserva Federal de los EEUU los acepta como de curso legal como así
también a versiones aún más antiguas. Los billetes de dólar no vencen. Pero esa
realidad convive con la del mercado paralelo del dólar.
Los billetes de dólar más modernos se pagan más en las cuevas y
financieras de la City. REUTERS
En esa plaza existen dos precios diferentes para los billetes de USD
100. Los previos a 1996, cara chica, se venden hoy a $180 por dólar mientras
que las versiones más nuevas cotizan al precio de mercado, de $187,50 para el
día de hoy.
Los ahorristas que se acercan a las “cuevas” del microcentro porteño y
el resto del país a vender dólares “cabeza chica” se encuentran con que les
ofrecen hasta $7 u 8$ menos de tipo de cambio, sólo porque esos billetes son
“difíciles de mover”. En operaciones inmobiliarias y otros pagos hechos en
moneda extranjera, por ejemplo, no es raro que una de las partes rechace
recibir parte del pago en billetes de ese tipo.
La discriminación respecto a los billetes previos a 1996 ya generó que
las casas de cambio locales salgan a pedir ayuda a la embajada de los Estados
Unidos para que aclaren que son de curso legal y tan válidos como cualquier
otro, algo que en la representación diplomática resuelven muy fácilmente
refiriendo a la página web de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el
banco central de ese país.
“Se advierte a los consumidores
de todo el mundo que no es necesario cambiar los billetes de USD 100 del diseño
anterior por los nuevos. Es la política del Gobierno de los EE.UU. que todos
los diseños de la moneda de los EE.UU. sigan siendo moneda de curso legal,
independientemente del momento de su emisión”, había aclarado la Fed en 2013,
la última vez que renovaron el diseño del billete.
En cuanto a los motivos para el trato diferencial que existe según la
antigüedad del billete, no hay una versión única. Es habitual que en el mercado
informal circule el rumor de que los EEUU van a dejar de considerar como de
curso legal a alguna vieja edición. Pero una deducción más sensata de un
operador del mercado asegura que en realidad las mayores medidas de seguridad
contenidas en las versiones más modernas del dólar hacen más difícil una
falsificación, lo que explica la diferencia.
A simple vista, para saber si un billete de USD 100 es viejo o nuevo hay
que fijar la atención en la figura de Franklin. En los viejos, la cabeza del
científico que descubrió la electricidad y fue uno de los padres fundadores de
Estados Unidos está enmarcada en un óvalo. Por eso ese billete se conoce en la
jerga de los arbolitos como “cabeza chica”.
En cambio, la versión más reciente de los billetes estadounidenses es la
que tiene una banda azul que lo atraviesa y la cara de Franklin aparece en
primer plano, sin el óvalo. Ese es el billete llamado “cabeza grande”, y la
banda azul es una medida de seguridad adicional con la que se busca evitar las
falsificaciones.
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