Por Sofía Diamante - Uno de los principales problemas
económicos de la Argentina de los últimos por lo menos 30 años es que no genera los dólares que necesita para crecer de manera
sostenible, sin tener crisis recurrentes que la obliguen a una
devaluación brusca para corregir por precio, lo que no logra generar por
cantidad. En este sentido, el país tiene una oportunidad para aumentar sus
ventas al exterior en su sector que, además de generarle divisas, podría sumar valor en la industria y crear
empleo de calidad, según especialistas. Se trata de las “exportaciones verdes”, por las cuales ingresarían a la
Argentina alrededor de US$2000 millones al año.
En 2011, el país llegó a exportar US$1922 millones por este tipo de productos,
pero en los últimos años cayó 60% el ingreso de divisas respecto de ese pico,
según un informe de la
organización Fundar.
Dentro de la lista
de productos se encuentran maquinaria para el reciclado de componentes
orgánicos e inorgánicos, equipos para el control, manejo y traslado de
diferentes clases de desechos y contaminantes, y maquinaria para la filtración
y depuración de agua y gases. Un ejemplo concreto: secadoras centrífugas
utilizadas para el mantenimiento y reparación de equipos, que eliminan el
petróleo derramado en las superficies, o las máquinas para limpiar y secar
botellas. “En su gran mayoría, son productos que están fuera del radar de la
discusión pública y económica”, dice el informe.
Los productos
verdes son, por definición, aquellos que tienen un impacto
ambiental positivo, pero además tienen un nivel de complejidad
mayor que la media, lo que permite desarrollar aún más la industria
nacional e impulsar el crecimiento económico.
“La Argentina debe
planificar una agenda de políticas de desarrollo productivo verde (PDPV) que le
permita armonizar el crecimiento económico con una estrategia de desarrollo de
los sectores denominados ‘verdes’. Un paso en esa dirección es
identificar los productos verdes complejos, aquellos más cercanos a la
estructura productiva del país que sean a la vez fuente de mayor crecimiento
económico en el futuro. Tales productos se encuentran en el tipo de
sectores que a cualquier país le gustaría incentivar: su desarrollo incrementa
la tasa de crecimiento potencial de largo plazo y genera
derrames positivos a otros sectores de la economía”, dice el
informe de Fundar.
En otras palabras,
el economista Matías Gutman sostiene que el país
podría trazar una diagonal entre la agenda de crecimiento económico y la de
cuidado ambiental. “Si bien no alcanza para que se revierta la situación actual
de estancamiento solo con los productos verde, sí creemos
que da un empuje interesante en temas de complejidad económica y en
crecimiento, y sirve para una transición más sustentable en el
desarrollo futuro.”, señaló.
La buena noticia es
que la Argentina produce y exporta casi la totalidad de los
productos clasificados como verdes: de los 293 ítems que integran
esa clasificación, 268 forman parte de su canasta exportadora.
Sin embargo, desde 2011, pasó de exportar de manera competitiva 27 productos a
solo 14 en 2018.
“En ese lapso, la Argentina ha perdido participación tanto en las
exportaciones verdes mundiales, pasando de representar el 0,13% al
0,06%, como en las de América Latina, donde su participación cayó del 4,1% al
1,6%”, explicó el informe.
Según los
economistas, la canasta exportadora ‘verde’ de la Argentina
tiene bajo nivel de complejidad: en 2018 ocupaba el puesto 73 en el
ranking de países de acuerdo con el índice de complejidad verde (ICV). De los 14 productos que exporta de manera
competitiva, el más complejo de ellos (secadoras industriales utilizadas para
la gestión de aguas residuales) tiene un índice de complejidad
producto que lo ubica en el puesto 45 de los 293, y la mayoría de los
restantes aparece debajo del puesto 100.
“Los productos
verdes más próximos a las capacidades productivas actuales -y que serían
relativamente fáciles de desarrollar- no están entre los más complejos ni
forman parte de los nodos estratégicos que podrían impulsar nuevos desarrollos
en el futuro. Por ello, la estrategia de preservar
el statu quo de la estructura productiva no va a conducir a
una diversificación relevante: las capacidades actuales se readaptarían
hacia el desarrollo de productos verdes poco interesantes en su contribución al
crecimiento económico”, dice el informe.
Finalmente, los
economistas estiman que, con el desarrollo de esta canasta de productos verdes,
la Argentina podría lograr una aceleración del crecimiento
económico de entre 0,23 y 0,4 puntos porcentuales. “Adicionalmente,
mejoraría 32 posiciones en el ranking de complejidad verde, y pasaría del
puesto 73 al 41″, concluyeron.
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