Por Juan Strasnoy
Peyre - La aceleración de la inflación en septiembre
al 3,5% y la continuidad de un
ritmo similar en los primeros días de septiembre gatilló el reemplazo de Paula
Español por Roberto Feletti y llevó al
nuevo secretario de Comercio a impulsar un congelamiento de precios de unos
1.200 productos que aún está en discusión. Pero, por el lado de la macro, el
Gobierno definió una continuidad de la estrategia de precios y con el dólar.
Por el momento, el Banco Central mantendrá la tasa de
interés de referencia en 38%, guarismo en el que se ubica desde hace once
meses, y continuará con su táctica de ancla cambiaria, que implica deslizar
el dólar oficial
bien por debajo de la evolución mensual del costo de vida para intentar
arrastrarlo lentamente a la baja. Las políticas fiscal y monetaria fueron ejes
centrales en las reuniones con el Fondo Monetario Internacional.
Por el lado
cambiario, el comienzo de octubre mostró una ralentización aún mayor del ritmo
de crawling peg (deslizamiento administrado del tipo de cambio). En la primera
quincena del mes, el Banco Central convalidó un avance
del dólar mayorista de 44 centavos o 0,45%. Una suba incluso más acotada que la
del mismo lapso de septiembre (0,52%) y de agosto (0,5%).
Esto exhibe la
continuidad del ancla cambiaria. Se trata de una apuesta que el Gobierno
despliega desde comienzos de año (en los primeros nueve meses el IPC subió 37%
y el tipo de cambio oficial, 17,3%) y que definió sostener.
Consideran algunas
fuentes del gabinete económico que esto contribuyó a la lenta desaceleración
mensual de la inflación desde el 4,8% de marzo hasta el 2,5% de agosto y que el
pico de septiembre era esperado por motivos principalmente estacionales.
Con la misma
lógica, la tasa de política monetaria del BCRA se mantendrá en el mismo nivel
al que llegó en noviembre de 2020. Esperan que la inflación retome
el sendero de parsimoniosa desaceleración mensual.
En todo caso, será
el rendimiento de los títulos que coloca la Secretaría de Finanzas el que
podría moverse según la dinámica del mercado, como ocurrió en las semanas pre y
pos-PASO, para intentar captar más endeudamiento neto y acotar el ritmo de
expansión del financiamiento monetario del déficit, que en el año representa el
70% de las fuentes de fondeo del Tesoro (por encima del 60% presupuestado).
Mientras, continuará la absorción del grueso de la liquidez inyectada vía
colocación de Pases y Leliq a los bancos.
Lo cierto es que
Feletti reconoció que los datos recogidos durante los primeros días de octubre
mostraban que la aceleración continuaba. Esto motivó la búsqueda de un acuerdo
con las firmas productoras de bienes esenciales y de comercialización para
congelar el precio de unos 1.200 artículos por 90 días.
Hoy el secretario
analizará las listas en una nueva reunión con supermercadistas y alimenticias,
y advirtió que aplicará la Ley de Abastecimiento si no hay acuerdo. Ocurre en
medio de un acercamiento entre el Gobierno y la cúpula del empresariado, que
incluyó una reunión entre Alberto Fernández y figuras prominentes del
establishment local, la participación del Presidente en el cierre del coloquio
de IDEA y el llamado de las principales patas del oficialismo a un acuerdo
social posterior a las legislativas.
Controles sobre el dólar y FMI
Por las escasas
reservas internacionales, buena parte del mercado descree que el ritmo actual
de deslizamiento del dólar se sostenga más allá de las elecciones y por eso
apuesta a cubrirse (mediante bonos dólar linked y contratos de dólar futuro) de
un eventual salto devaluatorio o de una fuerte aceleración del crawling peg.
Esta semana, en una intervención que grabó para IDEA antes de volar a Estados
Unidos, Martín Guzmán volvió a descartar ese escenario. Fuentes
oficiales reafirman que el sendero para el tipo de cambio con el dólar está en
el Presupuesto y que no hay idea de modificarlo: $102,40 promedio en diciembre
de 2021 y $131,10 para fines del próximo año, según el proyecto de Ejercicio
2022.
Para sostener el
ancla cambiaria en el corto plazo, en el Central valoran el respiro que
trajeron las últimas restricciones impuestas durante octubre al pago anticipado
de importaciones, que se anunciaron el martes 5. Luego de vender u$s219
millones en las primeras tres ruedas del mes, después de la medida hilvanó
compras netas por más de u$s500 millones en las seis jornadas siguientes. Así,
el saldo mensual acumulado en la intervención en el mercado oficial es positivo
en u$s316 millones, algo atípico para un mes de estacionalidad desfavorable. En
la segunda quincena, podrían volver a verse ventas netas.
En ese marco,
Miguel Pesce regresó el viernes de su viaje a Washington, donde participó junto
a Guzmán y otros funcionarios de las reuniones de negociación del nuevo programa
con el Fondo. No acompañó a Nueva York al ministro, quien junto a Juan Manzur
se encontró con inversores y grandes fondos de Wall Street.
El presidente del
Banco Central reconfirmó que el organismo convalida una continuidad de los
controles cambiarios: el Fondo pide acumular reservas y, si se levantara el
cepo, volvería a dispararse la fuga y la demanda para atesoramiento, explicaron
fuentes al tanto del diálogo. Habrá cepo a la formación de activos externos
durante un largo rato.
Sí se apuntará a ir
flexibilizando de forma paulatina el acceso a divisas para que las empresas que
inviertan puedan girar dividendos e importar, en línea con el decreto para
grandes inversiones y algunos proyectos de ley sectoriales presentados en el
último tiempo que también persiguen el objetivo de aumentar el nivel de
exportaciones.
En ese mismo tren
de engrosar las reservas, es que -en caso de sellarse un acuerdo- el FMI le
volvería a enviar a Argentina los derechos especiales de giro (DEG) que el
Gobierno decidió utilizar este año para pagar los dos primeros vencimientos de
capital por cerca de u$s3.800 millones correspondientes al multimillonario
préstamo que contrajo Mauricio Macri en 2018, como adelantó este diario. Fue lo
que el Presidente les transmitió a los empresarios con los que almorzó el
martes.
Mientras tanto, la
semana pasada, en las reuniones técnicas con el staff del Fondo continuó la
discusión sobre las metas del futuro programa, con foco en el frente externo y
en la política fiscal y monetaria. El FMI, además de un recorte del déficit
fiscal, exige una disminución de la porción del rojo cubierta con emisión
monetaria durante la transición al equilibrio y su reemplazo por deuda en
pesos.
Aunque atraviesa
dificultades para cumplir su pauta financiera, es algo que comparte Guzmán ya
que considera que una mayor impresión de pesos recalentaría aún más las
presiones sobre la brecha cambiaria. La discusión, en ambos casos, pasa por la
velocidad. Fuentes con conocimiento de las conversaciones le dijeron a Ámbito que se discutió en detalle las metas de
déficit, cómo se mide el financiamiento y las distintas fuentes de fondeo.
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