Por Mariano
Jaimovich - En la previa electoral, existen diversas cuestiones de fondo
que preocupan a los economistas, como es el caso del bajo nivel de dólares
netos que dispone el Banco Central en las reservas para hacer frente a
importaciones corrientes de insumos, y también para el pago de compromisos de
deuda internacional.
Todo esto en un
marco en el que no existen incentivos reales entre los inversores extranjeros
para que ingresen divisas "genuinas" al país.
Y más allá que
existe como aliciente que en todo octubre la entidad monetaria compró más
de u$s400 millones para alimentar las arcas públicas, este evento se lee
más como consecuencia temporal del mayor cepo a los importadores, que como una
cualidad del BCRA o de más ingresos de divisas "reales".
Es decir, la
economía debe pensar más allá de noviembre porque los problemas
cambiarios son cada vez más complejos, algo que se refleja en un
cepo cada vez más estricto.
"El nivel de reservas internacionales netas roza
mínimos preocupantes. Su panorama no es alentador", advierte a
iProfesional Iván Cachanosky, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
De acuerdo la cifra
que informa el propio BCRA, el organismo monetario dispone de
aproximadamente u$s43.000 millones de reservas totales.
"Sin embargo, casi el 84% de ese monto
no pertenecen al Banco Central. Por un lado, están los depósitos en dólares de los privados por un monto que ronda los casi
u$s12.000 millones. Por otra parte, hay poco más de u$s20.000 millones
correspondientes al swap con China", alerta Cachanosky.
En resumen, según
este experto, en total las reservas están compuestas de la siguiente manera:
-Depósitos de
privados: u$s12.000 millones.
-Swap con China: u$s20.000
millones.
-Otros organismos internacionales
(principalmente el BIS): u$s3.150 millones.
-Contrapartida
contra el Tesoro por alrededor de u$s500 millones.
Al restar estos
ítems a las reservas totales, surgen las reservas netas que cuenta el organismo
para intervenir en el mercado.
"Así,
las Reservas Internacionales Netas (RIN) se encuentran en torno a
los u$s7.000 millones, pero la situación es más preocupante aún. Es
que no significa que esta cantidad sean dólares de rápida disponibilidad, ya que
dentro de esta cifra se encuentran casi u$s3.500 millones en oro y
otros u$s2.800 millones en DEGs (Derechos Especiales de Giro)",
detalla Cachanosky.
Por lo tanto, descontando estos dos conceptos, sostiene que
las reservas líquidas y de rápida disponibilidad son de "tan
sólo" u$s800 millones.
"Está más que
claro que ante una emergencia cambiaria, no hay margen para
maniobrar con tan pocos dólares", alerta este economista.
De acuerdo a la
opinión de Pablo Repetto, director de la consultora GRA de Gabriel
Rubinstein, las reservas netas líquidas (incluyendo los DEGs que se usan para
pagos, pero excluyendo el oro), "al ritmo que vienen cayendo desde
principios de septiembre, alcanzan para llegar con lo justo a la
semana previa a las elecciones".
Por lo tanto,
desde ahí en adelante, si continuara la caída de reservas netas, "será contra la posición de oro
o contra los encajes de los depósitos en dólares", subraya.
Atrás quedó el
recuerdo que, hacia mediados de septiembre, las reservas netas habían escalado
a los u$s10.000 millones. Cifra que se esfumó rápido porque ese mes hubo que
abonarle al FMI una cuota del pago de la deuda, por lo que se redujeron al
nivel mencionado de u$s7.000 millones.
Poder del oro, DEGS y
el después
En cuanto
al oro y los DEGs, para Cachanosky "no serán de gran
ayuda".
"El monto de
DEGs se irá a abonar otra cuota con el FMI en diciembre, por un monto similar.
En cuanto al oro, si bien se puede convertir en dólares, no es aconsejable
hacerlo. Esto es porque se daría una pésima señal de que el Banco Central se
está quedando sin recursos, como si estuviéramos ´rascando el fondo de la
olla´", detalla el economista de Fundación Libertad y Progreso.
No obstante, de
acuerdo a su perspectiva, espera que el Gobierno pueda mantener un mercado
cambiario relativamente tranquilo de aquí a las elecciones legislativas, porque
tanto el BCRA como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad
(FGS) poseen bonos en dólares que "podrían utilizarse para
evitar que los dólares paralelos legales suban mucho, y que la brecha no se
expanda aún más".
Claro, la gran
pregunta que se hace el mercado es qué podría ocurrir después de las
elecciones legislativas de noviembre.
"El
panorama no parece del todo alentador. Desde luego será clave lo que
ocurra en la negociación con el FMI, que se llevará a cabo post
elecciones. El alivio que pueda traer un buen acuerdo con el Fondo Monetario
dependerá del tipo de acuerdo que se llegue", resume Cachanosky.
Es decir, su
opinión, un acuerdo que incluya reformas estructurales daría la señal de un
cambio profundo que traería "mayor paz al mercado cambiario".
Sin embargo, este escenario es de "baja probabilidad".
En resumen,
el escenario más factible para este economista es que se llegará a
un acuerdo de facilidades extendidas, donde lo que se negocia es pagar en
mejores condiciones a cambio de metas fiscales y de reservas.
A tener en cuenta en ello es que los vencimientos con
el FMI para el 2022 rondan los u$s20.000
millones, y "Argentina no posee los recursos para pagarlo. Lo sabe el
país y lo sabe el FMI", alerta
Cachanosky.
Por esta razón,
la negociación "probablemente sea lenta y se defina
sobre ´el minuto final´".
En cuanto al FMI,
opina que daría la sensación de que se encuentra "resignado", por lo
que priorizaría que Argentina "no agrave su crisis y tener una
negociación ´en serio´ con un eventual próximo gobierno en el 2023",
opina.
Y completa: "Un acuerdo con facilidades de pago y
sin reformas estructurales será un alivio muy leve para un paciente que
necesita cirugía mayor. Un acuerdo sin reformas estructurales no logrará
que el riesgo país baje de los 1.000
puntos básicos, por lo que lo más probable es que Argentina continúe fuera de
los mercados internacionales. Y, por lo tanto, continúe dependiendo de la
emisión monetaria y de la deuda interna, que se vuelve un cocktail cada vez más
explosivo".
De ocurrir este
último escenario, Cachonosky concluye que "difícilmente la confianza
alcance" para que el mercado cambiario continúe con esta
"relativa estabilidad", y las probabilidades de una devaluación
crecerían.
Por lo general, hay
tres factores que detalla que suelen estar presentes cuando
ocurren devaluaciones. En primer lugar, niveles de brechas altas entre el
tipo de cambio oficial y los paralelos.
Segundo, un bajo
nivel de reservas internacionales netas. Y, por último, atraso cambiario.
"Repasando
estos tres puntos la situación de Argentina es delicada. La brecha cambiaria es
alta y amenaza con incrementarse. Las reservas internacionales netas se
encuentran en niveles bajísimos. En lo que respecta al atraso
cambiario, si bien este no es grande, sí se lo está alimentando. De esta
manera, todas las variables contribuyen a esperar que tarde o temprano
ocurra una devaluación post elecciones", finaliza Cachanosky a
iProfesional.-
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